La Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada se ha hecho famosa esta semana por un sencillo cartel en papel que se ha convertido virales en las redes sociales. En el mensaje, publicado por el Vicedecano de Prácticas, se puede leer: «No se atiende a los padres. Todos los estudiantes matriculados en prácticas son mayores de edad».
Entre otros miles de usuarios, el cartel fue difundido por el catedrático de la Universidad de Granada Daniel Arias Aranda en tu perfil de LinkedIn, diciendo: «Cuando tienes que poner este cartel en la universidad es que algo va mal. Querido estudiante: resuelve tus propios problemas y no mandes a mamá y papá. Recuerda, la mayoría de edad en España son 18 años».
Debate en redes: autonomía y madurez. Las reacciones en las redes sociales no se han hecho esperar, con un intenso intercambio de opiniones entre alumnos, familias y profesores. Hay quienes defienden firmemente que los estudiantes «son demasiado mayores para defenderse», como señaló un estudiante. entrevistado por Antena 3y que «no tiene sentido que los padres vayan a gestionar exámenes o tutorías».
Toca la imagen para ir al mensaje original.
Por otra parte, el secretario general de la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre respondió al mensaje del profesor desde su cuenta en Otro usuario fue aún más lejos, pensando que «Incluso debería ser ilegal, una persona mayor de edad ya no es representada por sus padres en los asuntos legales a menos que un juez determine lo contrario; considero que ayudar a los padres va en contra de la autonomía de la voluntad del estudiante».
padres helicóptero. En el fondo de la conversación flotaba –perdón por la redundancia– el concepto de «padres helicóptero», término acuñado en 1969 por el escritor Haim Ginott en su libro «entre padres e hijos«.
El término describe el comportamiento de madres y padres que están tan atentos a cada cuestión de sus hijos que muchas veces intervienen en procesos que ellos, como adultos, deberían resolver solos. Especialmente en temas universitarios o laborales. Sin embargo, un estudio revelado que este exceso de control puede llevar a que los niños tengan problemas para resolver conflictos y afrontar el estrés diario, algo que les haría más ansiosos y dependientes.
Aunque el personal de la Universidad de Granada me acordé en el pais Recuerdan que, afortunadamente, se trata de «casos totalmente aislados», la colocación del cartel estuvo motivada porque algunos padres han acudido a presentar quejas, gestionar matrículas o pedir explicaciones directamente al personal de la universidad en nombre de sus hijos. «En estos casos le explico a la madre que lo que hay que promover es el razonamiento crítico del alumno, que es él quien refuta una corrección, no sus padres», declaró a el pais José Ángel Morales García, catedrático de Neurociencias de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Un nuevo perfil de padre. Más allá del fenómeno de los padres helicóptero, otra de las claves sociales que explican el auge del debate es que los actuales universitarios pertenecen a la generación Z, cuyos padres pertenecen a la generación X o millennials, nacidos entre los años setenta y los noventa.
Esta generación de padres fue el primero en ir masivamente a la universidad en España y está formado por profesionales que han trabajado en multinacionales, lo que les confiere la solvencia suficiente para sentirse interlocutores legítimos con profesores, personal académico e incluso seleccionadores de un puesto de trabajo, asumiendo un papel más protagónico que el propio estudiante o candidato.
Respecto a épocas anteriores, el hecho de que una mayor proporción de padres tenga experiencia universitaria ha cambiado la relación con los centros. Ahora sienten que tienen derecho a intervenir o debatir porque conocen el sistema desde dentro. Aún así, los docentes insisten en que “la relación académica es entre el estudiante y la universidad”. El investigación revelan que fomentar la independencia durante la juventud mejora su madurez y autoestima.
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Imagen | Pexels (Arina Krasnikova), Daniel Arias Aranda