¿Qué está pasando en Puerto Gaitán? Las dos versiones en disputa entre la ANT y los menonitas por tierras en Altillanura; denuncian presunto despojo
– Tinta clara
octubre 19, 2025
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El campesino Kasimiro Slotkus denunció que la Agencia Nacional de Tierras (ANT), mediante resolución del 9 de septiembre, busca expropiarlo en 30 días, junto a otras 30 familias
El campesino Kasimiro Slotkus denunció que la Agencia Nacional de Tierras (ANT), mediante resolución del 9 de septiembre, busca expropiarlo en 30 días, junto a otras 30 familias campesinas y la comunidad menonita, de una propiedad de 6.125 hectáreas ubicada en la Altillanuraque pertenece a su familia desde su compra en 1988, “en una situación de abuso sistemático y violación de la propiedad privada”.
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La decisión de expropiación inminente del predio Campo Alegre, ubicado en la vereda La Cristalina – Berrulia, en Puerto Gaitán (Meta), está tomada, sostiene Slotkus, a pesar de haber agotado la vía legal y los recursos tradicionales, «desconociendo los argumentos de los propietarios y desconociendo fallos de la Corte Constitucional y sentencias de la propia ANT, llegando incluso a tergiversar argumentos para continuar con el proceso”.
ANT entregó terreno en Magdalena hace unos meses. Foto:HORMIGA
El subdirector de Procesos Agrarios de la ANT, Ricardo Romero, respondió que en la Altillanura están en marcha procesos de extinción de entre 80 y 90 terrenos baldíos por ocupación indebida, en procesos que demoran entre 11 y 12 años. “En el caso del predio Campo Alegre, hace tres semanas emitieron la decisión que da por concluido el procedimiento de recuperación de terrenos baldíos por ocupación indebida por parte de particulares y, en este caso, de una comunidad religiosa menonita”.
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Slotkus señaló que la ANT “no sólo está violando el derecho a la propiedad privada y al trabajo, sino también a una vivienda digna tanto para los adultos como para todos los niños que nacieron y viven en esas tierras”, y considera que “Es un caso que tiene un marcado incentivo político, tanto para cumplir promesas de campaña de entregar tierras como para orquestar una campaña de desprestigio contra la comunidad campesina menonita”.
La historia de la familia Slotkus en Campo Alegre
La propiedad de Campo Alegre, dijo Slotkus, “fue comprada por mi padre Wenceslao Slotkus Gailiusis, un inmigrante lituano exiliado de su país durante la Segunda Guerra Mundial, quien Llegó a Colombia en 1948 y comenzó a trabajar en el campo inicialmente como empleado y, luego, con ahorros y créditos, adquirió sus primeras hectáreas de terreno cerca de Villavicencio.”.
Se revelan versiones cruzadas y argumentos contrapuestos entre la ANT y las familias campesinas. Foto:HORMIGA
En 1988, continúa la historia, su padre de buena fe compró la finca Campo Alegre, conformada por sabanas naturales con el interés de desarrollar ganadería con pastos artificiales mejorados. Es una propiedad que cuenta con certificado de tradición y libertad, con inscripciones notariales desde 1964, y que anteriormente tuvo tres o cuatro propietarios particulares más. La propiedad siempre ha estado identificada públicamente, se paga el impuesto predial todos los años y se declara en alquiler, dijo.
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“Nuestro padre eligió esta región porque no había reservas ni asentamientos indígenas y, desde que se compró la finca, se empezó a explotar como sabanas naturales y a sembrar pastos artificiales mejorados para el ganado, sembrando de 250 a 500 hectáreas cada año y, de esta manera, aumentó la capacidad productiva de la finca. En el año 2000, debido a problemas de salud de nuestro padre, que tenía 80 años, la finca se dividió en siete propiedades”, recuerda Slotkus.
Posteriormente, en 2014, el Gobierno inició un proceso de expropiación de terrenos baldíos supuestamente con ocupación indebida, pero un año después la Corte Constitucional detuvo los procesos y ordenó al Incoder no continuarlos.
La Agencia Nacional de Tierras respondió a la denuncia por presunto despojo de tierras. Foto:HORMIGA
Tres años después, entre 2017 y 2018, la comunidad menonita comenzó a arrendar las propiedades con opción a compra y, luego de los primeros dos años, decidieron comprar la posesión y las mejoras. Así, parte de la finca Campo Alegre terminó siendo vendida, quedando sólo aproximadamente 900 hectáreas. Hoy el 90% de la propiedad está cultivada con maíz, soja y pastos.
Para sorpresa de su familia y de los menonitas, en 2021 comenzaron a aparecer indígenas en el caserío La Cristalina, provenientes de Vichada, y un año después la ANT realizó un estudio socioeconómico a los indígenas para determinar si la propiedad Campo Alegre era territorio ancestral y “a través de dos resoluciones diferentes estableció que no lo era”, dijo Slotkus.
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En 2023, la ANT -continuó- reinició el proceso de recuperación de terrenos baldíos, solicitó inspección visual y realizó distintas visitas al inmueble; Al mismo tiempo, las comunidades indígenas “Comenzaron a solicitar tierras supuestamente ancestrales y, junto con la ANT, iniciaron un proceso para crear una reserva y asentamiento indígena en el pueblo, que nunca había existido.”.
Entre 2023 y 2024 emitieron una serie de resoluciones a favor de los indígenas “basándose en información falsa proporcionada por ellos y declararon la propiedad de Campo Alegre territorio ancestral indígena”. A esto se suma que “los indígenas reportan que en 2020 fueron desplazados por paramilitares, lo cual es falso, porque nunca hubo asentamientos indígenas en estos pueblos”, afirmó Slotkus.
La ANT y familias campesinas mantienen posiciones encontradas sobre el presunto despojo de tierras en el Meta. Foto:HORMIGA
Para su familia, “el proceso seguido contra sus bienes y otros similares en la Altillanura y en todo el país, por parte del Estado, Además de expropiar los terrenos, tampoco reconoce ni paga las mejoras construidas por sus propietarios, provocando daños sociales y morales y provocando malestar económico a las familias que han trabajado estas tierras a lo largo de su vida.”.
La respuesta de la ANT a las denuncias de despojo
El subdirector de Procesos Agrarios de la ANT explicó que “Con frecuencia hemos documentado que en la Altillanura se han consolidado muchos intereses consolidados de inversiones o conglomerados empresariales muy significativos, también de gran renombre, en ejercicios de explotación a nivel agroindustrial y modelos extensivos de uso del suelo.en beneficio propio, sino de terrenos públicos, de baldíos de la Nación”.
La Agencia Nacional de Tierras respondió a la denuncia por presunto despojo de tierras en el Meta. Foto:HORMIGA
Son propiedades que, en nuestra legislación colombiana, en el ámbito agrícola y rural, son terrenos baldíos de la Nación que tienen un destino específico: proporcionar tierras a sujetos rurales sin tierra, campesinos sin tierra o sujetos étnicos, como proporcionar resguardos indígenas, ampliar los consejos comunitarios y otras formas de propiedad rural en el país.
Y aunque la familia Slotkus argumenta que compraron esos terrenos desde 1988, “En estas propiedades de Campo Alegre, las 6.125 hectáreas que fueron objeto de la decisión, si bien se hicieron negocios y enajenaciones, lo que quedó documentado es que estos negocios en ningún momento demostraron que fueran propiedades privadas.”, dijo el subdirector de Procesos Agrarios de la ANT.
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Agregó que no se desconoce “que se habían hecho negocios entre particulares, pero esos negocios iban materializando expectativas de derechos que no estaban consolidados: No puedes vender un coche que no has comprado, no puedes ir con terreno público; No se puede vender un terreno baldío que nunca me fue adjudicado y esto pasó en estas propiedades.”.
En relación con la decisión tomada de no reconocer las mejoras logradas en 38 años, Romero aseguró que «el reconocimiento de mejoras sería en un ejercicio de contravia, sería un mecanismo interpretable de ejercicios de vida o autorización o posesión autorizada de bienes públicos, y en esta decisión no se reconocen mejoras porque no fueron documentadas, a pesar de que se abrió la oportunidad procesal».
Versiones cruzadas y argumentos contrapuestos: ¿qué está pasando en Puerto Gaitán? Foto:HORMIGA
Y sobre el desconocimiento de decisiones judiciales y la sensación de que no hay antecedentes cercanos de presencia de comunidades indígenas o desplazamiento de paramilitares, el subdirector de Procesos Agrarios afirmó que “Se llevó a cabo un procedimiento reglado formal, con etapas establecidas, momentos de participación probatoria y mecanismos de control legal, y esas declaraciones sobre lo desarrollado en la acción dejé al escrutinio de los mecanismos de control del procedimiento desarrollado.”.
La familia Slotkus tiene el recurso de reconsideración, que será resuelto por la misma autoridad que emitió la decisión, y el recurso de apelación, que será resuelto por el superior jerárquico, es decir, la Dirección de Ordenamiento Jurídico de Tierras de la ANT. Finalmente, los interesados pueden acudir ante el Consejo de Estado.