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permitir que los jubilados sigan trabajando – Tinta clara

  • octubre 19, 2025
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En septiembre de 2023, Europa se volvió al unísono hacia Alemania. La que normalmente era una de las economías más sólidas de la zona euro estaba dando la

permitir que los jubilados sigan trabajando

 – Tinta clara

En septiembre de 2023, Europa se volvió al unísono hacia Alemania. La que normalmente era una de las economías más sólidas de la zona euro estaba dando la voz de alarma: sumar una mayor esperanza de vida a un escenario demográfico de pirámide invertida y un contexto inflacionario dejaba un panorama muy poco halagüeño para quienes se van a jubilar próximamente. De hecho, el sistema estaba llevando a los jubilados a volver a buscar trabajo para complementar sus pensiones.

Dos años después las cosas no han mejorado, por lo que el gobierno las ha normalizado.

Un giro estructural. El Gobierno de Friedrich Merz ha puesto sobre la mesa una propuesta clara y pragmática: permitir a los jubilados que decide seguir trabajando ganar hasta 2.000 euros al mes libres de impuestos, una medida (el llamado “plan de pensiones activo”) diseñada para abordar la creciente escasez de mano de obra que está afectando a la mayor economía de Europa.

La iniciativa forma parte del paquete de reformas que el Ejecutivo ha vendido como su “otoño de reformas” y, según el proyecto de ley de manos del Financial Timesentrará en vigor el 1 de enero. La coalición con los socialdemócratas se prepara para aprobarlo con el argumento de conservar la experiencia y el conocimiento en las empresas y aumentar la tasa de empleo en un país que afronta una de las transiciones demográficas más severas del continente.

Qué se ofrece y qué se mantiene. La medida exime de impuestos hasta 2.000 euros al mes de ingresos laborales adicionales para los jubilados, pero no elimina las cotizaciones: los empleados y empleadores seguirán pagando cotizaciones sociales sobre esos salarios, que (según el ejecutivo) ayudará a fortalecer las finanzas de la atención sanitaria y de las pensiones, al tiempo que mejorará la liquidez de las empresas con experiencia senior.

Las ventajas ya existentes para quienes optan por la jubilación anticipada (la edad legal todavía tiene 67 añoscon incentivos para jubilarse a los 63 años). El cambio pretende, más bien, ofrecer un incentivo fiscal para que quienes puedan y quieran prolongar su vida laboral lo hagan.

Coste público y proyecciones. El propio Gobierno estima que la renuncia a recaudar impuestos por este incentivo le costará alrededor de 890 millones euros al año desde su entrada en vigor, una cifra que algunos institutos consideran optimista: el IW Institute calcula un coste anual mayor cerca de 1.400 millones y sitúa el universo potencial de beneficiarios en unas 340.000 personas.

Sin embargo, economistas como Holger Schmieding advierten que el impacto neto podría volverse positivo en dos o tres años si el aumento de la actividad económica y de las cotizaciones compensa la pérdida fiscal inicial, además del posible “efecto psicológico” de valorar socialmente la cotización de las personas mayores.

Lecciones internacionales. El Gobierno busca, entre otros ejemplosa Grecia: cuando Atenas permitió a los jubilados mantener su pensión completa y además se les gravaba a una tasa reducida (10%) por sus ingresos laborales, los trabajadores jubilados pasaron de 35.000 en 2023 a más de 250.000 en septiembre del año siguiente, un salto que ilustra el poder de los incentivos fiscales para movilizar la oferta laboral en los grupos de mayor edad.

Esa experiencia se utiliza en Berlín como señal de que la política puede trabajaraunque la escala, las estructuras laborales y las culturas laborales difieren.

Consecuencias en el mercado laboral. El gesto pretende atacar varios síntomas estructurales: Alemania hoy registra una de las jornadas laborales promedio más cortas de la OCDE y un marcado crecimiento del trabajo a tiempo parcial (que ya alcanza el 30% de la fuerza laboral, más del doble que a principios de los años 1990). La política tiene como objetivo aumentar las horas efectivas y retener el capital humano que de otro modo escaparía de las empresas.

Mantener al personal en el personal sénior puede ayudar reducir los cuellos de botella en sectores con escasez de cualificaciones y facilitar la transferencia de conocimientos, pero también plantea el reto de adaptar los puestos, la ergonomía y las políticas internas a una población activa de mayor edad.

Riesgos políticos y económicos. El principal riesgo es doble: Por un lado, la medida puede penalizar a los jóvenes y a los empleados en las primeras etapas de su carrera si las empresas optan por conservar puestos con nóminas más baratas y trabajadores más experimentados.

Por otro lado, la estimación fiscal del Ejecutivo podría quedarse corta si la membresía es alta, ejerciendo presión sobre las cuentas públicas en un momento en que el costo de los sistemas sociales ya está ejerciendo presión sobre el presupuesto. Además, recordó el Times que hay una dimensión de equidad y narrativa pública: promover que las personas trabajen más tiempo es políticamente sensible cuando hay sectores con empleo precario o salarios estancados.

Pragmatismo con dudas. En última instancia, el plan para permitir 2.000 euros libres de impuestos para los jubilados que trabajan es, en esencia, una respuesta pragmática y tecnocrática a un shock demográfico y a la falta de mano de obra calificada: busca monetizar la experiencia, apoyar las contribuciones y ganar músculo económico sin recurrir únicamente a la inmigración masiva o aumentos abruptos de la jornada laboral.

Todavía, tu éxito dependerá la magnitud de la adhesión, cómo se combina con otras políticas laborales (formación, conciliación, redistribución del empleo a tiempo parcial) y la honestidad de las proyecciones fiscales: si la acogida es alta, el coste podría acercarse a las cifras más pesimistas, y si es moderada, la iniciativa puede convertirse en un respetable ejercicio de ajuste institucional que contribuya a alargar la vida activa de muchos y mitigar parcialmente la factura del envejecimiento. Un escenario desconocido que Japón también contempla.

Imagen | Pexels, Dominio público

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