Partido entre Los Costeños y Los Pepes en Barranquilla alimenta debate sobre paz urbana
– Tinta clara
noviembre 10, 2025
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El fin de semana, en un juzgado del barrio Barlovento, presuntos integrantes de las marasLos Costeños’ y ‘Los Pepes’ Se enfrentaron en un inusual partido de fútbol. El
El fin de semana, en un juzgado del barrio Barlovento, presuntos integrantes de las marasLos Costeños’ y ‘Los Pepes’ Se enfrentaron en un inusual partido de fútbol. El encuentro, celebrado en medio del proceso de acercamiento entre estas organizaciones y la gobierno nacionalse presentó como un ejemplo de convivencia en el marco de la estrategia de “Paz total”.
La actividad deportiva, que se desarrolló en una zona históricamente dominada por ambas estructuras, atrajo a decenas de curiosos. Como se observa en fotografías y vídeos difundidos en redes sociales, Los jugadores portaron camisetas con logos alusivos a cada grupo, mientras que desde las gradas ondeaban banderas con los nombres de sus dirigentes. Uno de ellos, visible desde varios puntos, tenía el alias de ‘Castor’, máximo jefe de ‘Los Costeños’.
Camilo Pineda, coordinador de los diálogos de paz, Confirmó que el partido fue una iniciativa de las propias organizaciones. “Propusieron este tipo de reuniones como parte de los gestos de reconciliación territorial mientras avanza la conversación con el Gobierno”, explicó a medios locales.
El partido acabó con victoria de ‘Los Costeños’, según los asistentes. Sin embargo, más allá del resultado deportivo, el evento se convirtió en un símbolo del momento en el que Barranquilla frente a negociaciones con estructuras criminales urbanas.
Tregua ampliada y traslado de líderes
El hecho se produjo pocos días después del posible traslado de alias ‘Castor’ y Digno Palomino -líderes de ‘Los Costeños’ y ‘Los Pepes’, respectivamente- a cárceles de Barranquilla, con el fin de facilitar acercamientos con el alto comisionado para la Paz.
El encuentro se produjo en medio del proceso de acercamiento entre las pandillas y el Gobierno. Foto:Redes sociales
Según fuentes oficiales, ambas estructuras ampliaron la tregua hasta enero de 2026, dentro de un compromiso de no agresión que ha dado resultados. En el primer mes de cese, los homicidios disminuyeron un 57%, las extorsiones disminuyeron un 84% y los robos comerciales disminuyeron más de un 60%, según cifras del Ministerio para la Paz.
El proceso ha sido apoyado por el Consejo de la Comisión de Paz como un paso dentro de la política de Paz Total, que busca detener Violencia urbana a través de acuerdos con grupos criminales. En Barranquilla, donde el enfrentamiento entre estas bandas ha dejado decenas de muertos, la iniciativa ha generado expectación y también escepticismo.
Sin embargo, expertos como los del Fundación Ideas para la Paz Advierten que aún no se ha establecido una mesa de negociación formal. Según el análisis del think tank, los acuerdos actuales parecen más cercanos a pactos de conveniencia entre mandos intermedios que a una desmovilización real con compromisos verificables.
Desconfianza y desafíos para la paz urbana
La Defensoría del Pueblo ha insistido en que cualquier proceso de conversación debe garantizar los derechos de las víctimas y que no puede limitarse a acuerdos entre estructuras criminales. «El objetivo no es sólo reducir los indicadores de violencia, sino garantizar la verdad, la justicia y la reparación», ha reiterado la entidad, al tiempo que reclama una mayor coordinación institucional.
Digno Palomino y Jorge Eliécer Díaz, alias Castor. Foto:archivo privado
Barranquilla ha sido el epicentro de varias iniciativas de paz urbana. Desde hace meses, organizaciones sociales, líderes juveniles y mujeres participan en mesas de diálogo impulsadas por la Alcaldía y la Gobernación del Atlántico, en el que buscan “territorializar” la paz y fortalecer la confianza ciudadana.
Sin embargo, los analistas advierten que El contexto criminal del departamento es complejo y las estructuras locales mantienen vínculos con economías ilegales más amplias. lo que podría dificultar la consolidación de una tregua duradera.
Mientras las autoridades insisten en la necesidad de verificar cada paso del proceso, los ciudadanos siguen observando con cautela cómo rueda la bola de la paz en un campo donde, hasta hace poco, el sonido de los disparos era más común que el de los goles.