Más de la mitad de su población es desplazada – Tinta clara
- mayo 30, 2025
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La operación ‘Cordillera’ del Ejército Nacional en el municipio de Cumbitara, sin descanso, sigue el rastro de tierra y aire a los disidentes del FARC, que durante décadas
La operación ‘Cordillera’ del Ejército Nacional en el municipio de Cumbitara, sin descanso, sigue el rastro de tierra y aire a los disidentes del FARC, que durante décadas
La operación ‘Cordillera’ del Ejército Nacional en el municipio de Cumbitara, sin descanso, sigue el rastro de tierra y aire a los disidentes del FARC, que durante décadas impuso terrorismo en un extenso territorio financiado por el tráfico de drogas y la minería ilegal.
Cumbitara, en East Nariño es el municipio que no excede las 6.200 hAbitantes, por lo que es uno de los más pequeños en esta área del suroeste del país y es uno en el que más de la mitad de su población ha sido afectado, la mayoría, desplazada o confinada.
Crisis humanitaria de grupos armados en Cumbitara, Nariño. Foto:Gobernación de Nariño
En su afán de obtener ingresos criminales a voluntad, el arma elevada aprovecha un corredor de movilidad estratégica para sus maniobras oscuras.
Estos son los ríos Patía e Iscuandé donde estos grupos armados movilizan coca y oro, hasta el punto de que en unas pocas horas logran llegar al Océano Pacífico en la medida en que es muy difícil para las agencias de seguridad alcanzar las capturas.
Si desde hace años Coca era su principal medio de financiamiento, ahora es el oro el recurso al que apostan, para obtener ganancias y así obtener un armamento sofisticado y otros elementos no convencionales para enfrentar la fuerza pública.
Crisis humanitaria de grupos armados en Cumbitara, Nariño. Foto:Gobernación de Nariño
Hoy, el único gramo de oro tiene un valor de mercado de 400,000 pesos, mientras que un kilo de clorhidrato de cocaína cuesta alrededor de 4 millones.
El coronel Carlos Dígier Pérez, comandante de la Fuerza de Tarea de Despliegue Fast No. 2, adjunto a la tercera división del Ejército Nacional, asegura que la Policía Nacional y el progreso de la oficina del Fiscal General en las investigaciones destinadas a establecer las rutas y el destino que tiene el precioso metal.
«El enfoque del ejército por ahora es afectar estas estructuras que están en estos enclaves de coca e ingresos ilícitos a través de la extracción de depósitos mineros», enfatiza.
Han transcurrido 15 días de la fuerte lucha entre las tropas del Ejército y el grupo armado residual ‘Franco Benavides’, del personal general central de los disidentes de FARC, en esa área remota del Bajo Cumbitarra y en la cordillera occidental de Nariño, donde las comunidades de los corregimientos de Damasco, Santa Rosa y Sidon temen el fuego cruzado.
Los intensos enfrentamientos se cumplen del aire con helicópteros de artillería y del suelo con las tropas del ejército.
Crisis humanitaria de grupos armados en Cumbitara, Nariño. Foto:Gobernación de Nariño
El coronel Pérez sale de las quejas hechas por las autoridades civiles y los líderes sociales en la región, cuando advierten que cerca de sus hogares hay bombardeos que han dejado varias casas afectadas y animales muertos.
La tranquilidad y la comprensión son sus dos palabras con las que envía el primer mensaje a las comunidades angustiadas de la región, pero al mismo tiempo defiende la operación ‘Cordillera’, como una misión militar estructurada y planificada para los municipios de Cumbitara, Polycarpa, Los Andes, Leiva y El Rosario.
«Ese es el escenario, esta operación fue planificada y diseñada para recuperar la presencia del estado, en una región donde algunos enclaves de estas estructuras armadas ilegales se han desarrollado simultáneamente», dice y no duda en enfatizar que son aquellos que intimidan y extorsionan a la población civil, y lo que es peor para practicar la reclutamiento de minors.
Desde la perspectiva operativa, considera que el equilibrio en Cumbitar es muy positivo, si uno tiene en cuenta que las tropas lograron llegar a áreas donde durante 15 años el ejército no ejerció una presencia permanente.
Ejército. Foto:Efe.
«Hoy estamos a punto de los corregimientos de Damasco y Santa Rosa en Cumbitara y veredas como La Palma, Santacruz y Buenos Aires», advierte y agrega que es en ese escenario donde las tropas continúan desarrollando operaciones militares con el objetivo de proporcionar tranquilización y seguridad a la población civil.
Él confiesa que el Ejército no tiene un equilibrio oficial sobre el desplazamiento y el confinamiento de los habitantes, como consecuencia de los constantes enfrentamientos.
En este sentido, aclara: «No hemos tenido ninguna referencia del movimiento de la población civil, sobre los corredores de movilidad que hemos controlado».
Sin embargo, no resulta que puede haber un confinamiento de habitantes en los corregientes de Sidón y Santa Rosa, sino que enfatiza que se debe a la presencia de la estructura armada ilegal antes mencionada.
Ejército colombiano Foto:@Fuerzasmilcol
Cuando niega categóricamente las versiones de las autoridades civiles y los líderes sociales, según lo cual, el combate ha producido daños a las casas y la muerte de las vacas, esto está subrayado: «Las operaciones han sido meticulosamente planificadas. Hemos recibido disparos, incluso, los ataques de algunos centros poblados o aldeas. Obviamente, estas estructuras que han llevado a cabo estas actividades ilegales se están llevando a cabo en el hogar de los hogares de la población civil de la población civil».
Foto de archivo de tropas del ejército colombiano Foto:Cortesía del ejército
Él dice que, incluso, los soldados han tenido que arriesgar sus vidas cuando reciben fuego permanente a través de artefactos explosivos improvisados o por métodos de lanzamiento (drones).
Hemos decidido no responder a estos ataques porque consideramos que puede haber daño colateral, no soy consciente de la afectación de hogares o animales, porque los combates se han desarrollado estrechamente con esta estructura ”, advierte más tarde.
Por ahora, cuántos miembros del grupo fuera de la ley han sido dados de alta, en medio de los enfrentamientos, pero no descarta que hay varios muertos, aunque no hay cuerpos recuperados.
Tampoco tiene evidencia clara sobre la posible instrumentalización de esa estructura criminal en la población civil, pero lo que está claro es que existe una restricción permanente que ejerce en esa región y también el reclutamiento forzado de niños.
Esta actividad siniestra y oscura tal como la describe, enfatiza que se hace a través de falsas promesas en las que lamentablemente los niños caen y están involucrados en la guerra.
Enfrentados con las versiones entregadas por los líderes sociales en el área en el sentido de que la operación ‘Cordillera’, en Cumbitar es un fracaso, Pérez responde sin dudas: «La operación es una gran aliento, se plantea y se piensa en tres escenarios, en los que se han lanzado importantes resultados que nos permiten decir que es exitoso, pero lo sería, entonces estaríamos siendo la operación o tal vez la operación o tal vez habrá dejado las áreas de las áreas de las áreas de las áreas».
Desde su posición, el alcalde del municipio de Cumbitara, Adriana María López, confiesa su gran preocupación por la crisis humanitaria que enfrenta su jurisdicción desde el pasado 16 de mayo, cuando comenzó los combates entre el ejército y el grupo armado Franco Benavides.
Se da cuenta de que hay 852 familias afectadas por el desplazamiento y el confinamiento, según un censo preliminar, es decir, alrededor de 3,400 personas, es decir, el 54.8 % del número total de habitantes en sus áreas urbanas y rurales.
El funcionario dijo: «También hay pérdidas materiales como los efectos de la vivienda y la muerte de los animales domésticos, debido a impactos en el incendio y detonaciones de bombas».
En las últimas semanas, su agenda se ha cumplido entre las ciudades de Pasto y Bogotá, en este último manejando las soluciones más urgentes ante diferentes instituciones, para salvaguardar la vida de la población civil y la garantía de sus derechos violadas en medio del conflicto armado.
Luego dijo: «De la administración municipal rechazamos toda violación de los derechos humanos y reiteramos todo nuestro compromiso con la vida, la dignidad y la paz de todos nuestros habitantes».
El diputado de la asamblea de Nariño Isabel Rodríguez Guevara, nativo de Cumbitarra, confiesa sin temor a estar equivocado que los hechos que la violencia ha dejado en su tierra natal son innumerables.
Si comenzamos a contar todos los hechos violentos que se han planteado desde que se dio el proceso de paz hasta hoy, son innumerables y el conflicto se agrava cada vez más «, dice y agrega que cuando los grupos armados ingresan a un área dejan artefactos explosivos abandonados, para que los campesinos sean obligados a dejar sus tierras por temor a mutilarse.
Luego presenta la siguiente queja: «Los habitantes decidieron irse cuando un artefacto explosivo cayó en un pasto y mató a un Semoviente, está allí cuando la comunidad decide moverse».
Según el miembro de la corporación, eso sucedió en el distrito de Damasco, a una hora del jefe municipal de Cumbitara el 18 de mayo.
Angélica, una habitante del Corregimiento de Santa Rosa, advierte que ella y su familia completan 15 días en un estado de confinamiento, lo que ha significado vivir en medio de incertidumbre, terror y miedo permanentes.
«Todos estamos en confinamiento porque no puedes dar vueltas, hay muchos atentados para el conflicto armado aquí», dice la mujer, mientras agrega que las madres deben correr de sus hogares para llevar a sus hijos, cuando se sienten cerca del ruido de las balas de rifle.
En el difícil escenario de la violencia en su pequeño pueblo con la voz rota, afirma: «Corre el riesgo de cualquier bala perdida, por el momento en que los niños no tienen clases, esta situación es muy difícil, lo que le pregunto al gobierno es que no arrojan más bombas y que los helicópteros dejan de lanzar balas cerca de nuestros hogares».
Mauricio de la Rosa
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