Los impulsores del salto de peso y pulso que definirá el final de 2025
– Tinta clara
noviembre 15, 2025
0
El dólar ha vuelto a ser protagonista en Colombia. En una semana donde el mercado esperaba una calma total, el tipo de cambio sorprendió cotizando incluso por debajo
El dólar ha vuelto a ser protagonista en Colombia. En una semana donde el mercado esperaba una calma total, el tipo de cambio sorprendió cotizando incluso por debajo de los 3.700 pesos -se registraron mínimos intradiarios del jueves de 3.760,93 pesos-, niveles no vistos desde mediados de junio de 2021. La fuerte caída de la moneda estadounidense y la rápida apreciación del peso han provocado un debate que ha apuntado en gran medida a fuertes entradas de dólares provenientes de las recientes operaciones de gestión de deuda del Departamento del Tesoro.
Estas operaciones, realizadas por la Dirección de Crédito Público, permitieron el ingreso de entre 4.233 millones y 5.300 millones de dólares. En un mercado sensible a la liquidez como el de Colombia, un flujo de esta magnitud genera efectos inmediatos, como quedó evidente esta semana. sin embargo, Los analistas coinciden en que esta no es una historia lineal. Si bien el origen principal de este fenómeno está en los movimientos internacionales -especialmente los de Estados Unidos- una parte clave de la explicación todavía está en Colombia.
LEER TAMBIÉN
«Esa cifra, en menos de un mes, tuvo un impacto muy relevante en el tipo de cambio. Al comparar el peso colombiano con otras monedas del mundo en el mismo período, queda claro que el peso está mostrando el mejor desempeño. Esto no es una coincidencia», dice Camilo Pérez, director de investigaciones del Banco de Bogotá. Asegura que no se trata sólo de monetización, sino también de expectativas: Cada vez hay más ruido en el mercado sobre la posible emisión de bonos en euros por parte del Gobierno, cuyos recursos -si se materializan- también podrían traerse al país.
En reciente entrevista con EL TIEMPO, Javier Andrés Cuéllar, director de Crédito Público, explicó que la intención del Gobierno «es seguir reemplazando deuda cara en dólares por deuda más barata en euros» y por eso se está evaluando «Hacer una nueva emisión en euros. Aún no hemos definido los tramos ni los plazos, pero la idea es emitir tres títulos en años en los que hoy no hay bonos en esa moneda».
En este contexto, el peso colombiano se posiciona como la moneda más revaluada de América en lo que va del año y una de las monedas que más se ha fortalecido frente al dólar en el mundo. La apreciación alcanza el 14,72 por ciento, ligeramente por encima del real brasileño, que avanza un 14,36 por ciento, según el portal tradingeconomics.com.
Un cóctel de factores
Si bien el dólar se recuperó levemente al final de la semana -subiendo 1,2 por ciento respecto del precio oficial del viernes y dejando la TRM al martes en 3.764,77 pesos-, la realidad es que la bolsa se encuentra en una tendencia bajista desde septiembre. La diferencia ahora es que el peso ha tomado la delantera entre todas las monedas emergentes, superando la barrera de los 3.700 pesos, un nivel que parecía lejano hace apenas dos meses.
Para algunos analistas, la caída del dólar era cuestión de tiempo. Para otros, llegó demasiado rápido. Pero el consenso sugiere que el movimiento tiene más de un motor detrás. Además de la presión de la monetización pública, hay otros elementos locales que explican la suba del peso.
LEER TAMBIÉN
Felipe Campos, gerente de investigación del Grupo Alianza, coloca a Colombia y Brasil en el centro del escenario, con monedas liderando la valoración regional (alrededor del 15 por ciento). Ambos países comparten altas tasas de interés internas y un entorno fiscal e inflacionario desafiante, con un IPC superior al 5 por ciento. Ese cóctel hace que sus economías sean atractivas para los inversores que buscan altos rendimientos con tasas globales más bajas.
Campos añade un componente político a la ecuación que, según él, también ha aumentado el atractivo de los activos colombianos: «Incluso cuando hubo conflictos directos entre (Gustavo) Petro y (Donald) Trump, los activos colombianos se apreciaron». El mercado, añade, ignora que el próximo gobierno será más moderado y envía señales favorables hacia las inversiones y la responsabilidad fiscal. especialmente en relación con la transición petrolera y energética.
presión global
A nivel internacional, la debilidad del dólar fue el factor decisivo. La economía estadounidense está experimentando señales mixtas en su mercado laboral, dudas sobre la trayectoria de la inflación y un ciclo de recortes de tipos por parte de la Reserva Federal. Este conjunto de señales debilitó el dólar.
Laura Clavijo, directora de investigaciones de Bancolombia, lo resume así: «El dólar global se está debilitando. La economía estadounidense muestra signos de enfriamiento y la política arancelaria ha traído riesgos inflacionarios.. Ese dólar fuerte que teníamos antes ya no existe y la tendencia podría continuar por algún tiempo”.
A esto se suma lo que algunos analistas llaman un «superciclo» de los mercados emergentes: capital internacional que busca mayor rentabilidad, precios atractivos de las materias primas y un mayor aumento de las remesas, que podrían superar los 13.000 millones de dólares este año. Con este panorama, Colombia entró de lleno en el radar y el peso fue un receptor directo.
«El dólar mundial estuvo explicando hasta septiembre. Después, América Latina siguió apreciándose, pero el dólar global se estabilizó», vuelve a subrayar Campos. Para él, «hay camino hacia los 3.500 pesos, pero no ahora. Estamos adelantados. Con las elecciones en Chile y las investigaciones internas por delante, el ruido puede traer algo de vuelta».
¿Hasta cuando?
Si una fuerte entrada del dólar fortalecería al peso, su salida podría tener el efecto contrario. Andrés Langebaeck, director de estudios económicos del Grupo Bolívar, advierte: «Este flujo de dólares no es permanente. En algún momento, el gobierno tendrá que comprar dólares para pagar la deuda externa. Cuando eso suceda, veremos la tendencia contraria».
Esta demanda futura de dólares podría coincidir con momentos de inestabilidad política o económica, lo que amplificaría el movimiento alcista del tipo de cambio. Por eso algunos expertos creen que el tipo actual está por debajo de lo que indican los fundamentos.
Hay sectores que claman por que el dólar regrese al nivel de 4.000 dólares para aliviar sus problemas. foto:iStock
Clavijo está decidido: «Los niveles por debajo de los 3.700 pesos están lejos del tipo de cambio justo, que estimamos en alrededor de 4.000 pesos. Hay margen de corrección».
Gran parte de este posible retorno depende de tres variables: si se detiene la monetización pública; que el dólar global recupere fuerza (por ejemplo, con una subida de tipos de la Fed o una mayor aversión al riesgo), o que surjan factores de volatilidad interna, como tensiones políticas, reformas fiscales o cambios en la estrategia de deuda pública.
En medio de esta tormenta monetaria, hay quienes se están beneficiando y otros que esperan que el dólar regrese al nivel de 4.000 pesos para aliviar sus problemas actuales.
Y a medida que el dólar cae, algunos sectores lo celebran mientras que otros sienten el impacto.
Entre los ganadores están los consumidores, ya que un dólar más bajo abarata las importaciones y puede reducir la inflación de productos que dependen del mercado externo: tecnología, combustible y materias primas. También ganan las empresas que compran insumos en el exterior, las que tienen deudas en dólares y los inversores que apuestan por activos en pesos.
En el lado opuesto están los exportadores y las empresas que reciben ingresos en dólares, para quienes la conversión a pesos se ha vuelto menos favorable. También afecta al turismo emisor y a los receptores de remesas: aunque el efecto no es enorme, un dólar más barato significa menos pesos por cada envío. También sufren aquellos que no han ajustado su estructura de costos o cobertura ante esa apreciación acelerada.
cerrando el año
Los analistas coinciden en que, si bien el nivel actual es impresionante, no necesariamente se mantendrá sin ajustes.
César Pabón, director senior de investigación económica de Corficolombiana, predice que la monetización seguirá siendo el factor dominante en el corto plazo.
Los analistas coinciden en que, si bien el nivel actual es impresionante, no se mantendrá sin ajustes. foto:Sergio Acero Yate
Camilo Pérez, del Banco de Bogotá, cree que las políticas del sector público podrían seguir impulsando la apreciación, aunque advierte que la tendencia depende de la continuidad de los flujos.
Langebaeck, del Grupo Bolívar, insiste en que el flujo positivo es temporal y podría revertirse cuando el gobierno vuelva a comprar dólares.
Clavijo, de Bancolombia, estima que una tasa “justa” rondaría los 4.000 pesos; Campos, de Alianza, ve probable un nivel de 3.700 pesos, pero cree que el ruido político podría llevar a una recuperación, mientras que analistas de Credicorp Capital pronostican un rango entre 4.000 y 4.050 pesos para fines de 2025.