Este lunes 29 de julio de 2025, una serie de intensos bombardeos rusos en varias ciudades en el este de Ucrania dejó al menos al menos 25 personas muertas Y más de 40 heridasEn uno de los días más mortales en los últimos meses en el conflicto que ya ha tenido más de tres años.
Las explosiones se concentraron en las regiones de Járkov y Dnipro, impactando áreas residenciales, hospitales y escuelas, según las autoridades ucranianas. Las imágenes compartidas por los medios locales muestran edificios colapsados y docenas de personas rescatadas entre los escombros.
El presidente ucraniano, Volodimir ZelenskiCondenó los ataques como un acto de «terrorismo deliberado contra civiles inocentes» y solicitó una reacción más fuerte de la comunidad internacional:
«No podemos permitir que esta brutalidad sea normal. Rusia ha cruzado otra línea roja», dijo en un mensaje transmitido por televisión.
En respuesta, varios países de la Unión Europea y Estados Unidos condenaron los hechos y advirtieron que podrían Imponer nuevas sanciones económicas y militares contra el Kremlin si no hay un avance tangible hacia un alto fuego. La administración de Donald Trumpquien recientemente intensificó su discurso de presión hacia Rusia, dio un período de 10 días Para que Moscú cese los ataques o delante de las consecuencias «sin precedentes», aunque no especificó qué tipo.
Paralelamente, el Consejo de Seguridad de la ONU convocó una reunión de emergencia para analizar la situación. Mientras tanto, millones de ucranianos continúan viviendo en medio del miedo, con refugios saturados y cortes de electricidad constantes en varias áreas afectadas.
Rusia, por otro lado, justificó los ataques alegando que estaba respondiendo a «posiciones estratégicas del ejército ucraniano» y negó que sus fuerzas hayan apuntado a la población civil. Sin embargo, organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch exigen una investigación independiente y acusan a Moscú de crímenes de guerra continuos.
Este nuevo rebote se produce justo cuando algunos analistas internacionales consideraron que las negociaciones de paz, mediadas por Türkiye y la ONU, comenzaban a tomar forma. Ahora, ese proceso parece haber sido suspendido.
En el campo, los ucranianos intentan mantenerse firmes, aunque todos los días es más difícil. «Perdimos todo en segundos», dijo Natalia K., una madre de tres hijos que sobrevivió a uno de los bombardeos en Járkov entre las lágrimas. «¿Cuánto tiempo tenemos que vivir así?»
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