Lo que plantea el plan de choque para detener el accidente y las invasiones en la boquilla, Cartagena
mayo 5, 2025
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La entrada norte de Cartagena, un impresionante viaducto que conecta la ciudad con Barranquilla, representa tanto un atractivo visual como un punto de peligro significativo. Este corredor, que
La entrada norte de Cartagena, un impresionante viaducto que conecta la ciudad con Barranquilla, representa tanto un atractivo visual como un punto de peligro significativo. Este corredor, que debería ser un modelo de seguridad y modernidad, se ha convertido en un lugar crítico por la alta tasa de accidentes y el deterioro urbano que lo rodea. La comunidad de La Boquilla, situada adyacente a esta megaestructura, ha sido completamente excluida de los planes de diseño de la carretera, obligándola a convivir con un tránsito de motocicletas y a cruzar calles sin protección alguna, en una ruta improvisada que carece de condiciones técnicas adecuadas.
De acuerdo con datos divulgados por Tiempo, el año pasado se registraron más de 30 muertes por accidentes de tráfico en este tramo. Este alarmante número refleja problemas estructurales que se remontan a la construcción del viaducto, un emblemático proyecto del gobierno de Santos que, lamentablemente, no logró resolver la integración territorial con las comunidades circundantes ni la logística de circulación.
«El problema ha existido desde la construcción del viaducto«, admitió el alcalde de Cartagena, Dumek Turbay, en una entrevista con este periódico.
Existía una ruta diseñada exclusivamente para los habitantes de La Boquilla. En aquel entonces, no logramos llegar a un acuerdo con la comunidad, a pesar de que estaba presente el vicepresidente Germán Vargas Lleras. Lo que enfrentamos hoy es un caos: motocicletas zigzagueando contra la comunidad y una peligrosidad insostenible.
Dumek Turbay Paz Alcalde de Cartagena
El alcalde detalló que su administración está gestionando junto a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y líderes comunitarios, la posibilidad de reanudar el proyecto original que planteaba una vía de doble sentido hacia la ciudad y un camino seguro paralelo a La Boquilla. Mientras tanto, se han implementado medidas paliativas para mitigar riesgos, incluyendo la instalación de reductores de velocidad, cámaras de control y la presencia continua de la oficina de tránsito.
«Estas soluciones han sido valoradas por la comunidad, aunque todos sabemos que son solo una solución temporal«, admitió el alcalde.
Medidas urgentes antes del caos de la carretera
Movilidad en La Boquilla Foto:Oficina de Alcalde de Cartagena
Mientras se define un rediseño final, el distrito ha puesto en marcha un conjunto de medidas de mitigación para disminuir los accidentes: incluyen la instalación de reductores de velocidad, cámaras de monitoreo electrónico y un control activo por parte de los agentes de tráfico.
«A pesar de ser solo un alivio temporal, estas medidas han entregado resultados positivos y han sido bien recibidas por la comunidad. No obstante, entendemos que son insuficientes. La única solución estructural es corregir el diseño del viaducto que dejó de lado a La Boquilla«, enfatizó el alcalde.
A la comunidad le ha quedado clara su frustración ante la persistencia de los accidentes y la falta de atención institucional, la cual, según dicen los líderes del vecindario, ha sido un problema desde la inauguración del viaducto durante el mandato de Santos. Aunque se construyó una carretera paralela al vecindario, esta carece de conectividad real y mínimas condiciones de seguridad.
«Le doy una cabra»: hoja de ruta para detener las invasiones
Invasión en la margen derecha de La Boquilla, Cartagena Foto:Oficina de Alcalde de Cartagena
Durante la entrevista, el alcalde También reveló un problema que ha pasado desapercibido: un plan distrital para abordar las invasiones en la margen derecha del viaducto, donde han surgido asentamientos informales en tierras bajas, que están en áreas protegidas por su naturaleza y manglares.
«La dirección de control urbano ha elaborado un diagnóstico técnico y legal sobre la invasión en la zona del viaducto, ya existe una hoja de ruta establecida con entidades como Cardique y las compañías de servicios públicos«, anunció Turbay. El protocolo de acción estará liderado por el nuevo alcalde de la ubicación 2, Luis Barboza, quien asumió su cargo tras la reciente renuncia de su predecesor durante la Semana Santa.
El plan contempla inspecciones conjuntas con la gestión de riesgos e implementaciones de un mecanismo interinstitucional para definir acciones legales, sociales y urbanas necesarias para retomar el control sobre el área.
Las labores han estado en marcha, aunque sin la visibilidad deseada. Estamos realizando inspecciones recientes para entregar al alcalde Barboza un informe que le permita actuar con criterios, pero sin afectar a la comunidad.
El alcalde fue claro al afirmar que el distrito no buscará llevar a cabo desalojos masivos ni actuar de manera violenta; se buscará una solución integral que respete la legalidad, el medio ambiente y ofrezca alternativas de vivienda para aquellas familias vulnerables.
“No se trata de sacar a la gente por la mera estética de los edificios lujosos del sector. Aquí estamos hablando de derechos humanos, de acceso adecuado a la ciudad y de no seguir tolerando un desorden que podría convertirse en una tragedia,” añadió.
Un ingreso que avergüenza y reclama atención
Invasión en la margen derecha de La Boquilla, Cartagena Foto:Oficina de Alcalde de Cartagena
El viaducto del Gran Mangle, una de las más destacadas obras de ingeniería en la región del Caribe, contrasta drásticamente con el caótico paisaje que lo rodea. La entrada norte de Cartagena, que debería ser la llegada principal para millones de visitantes cada año, se ha transformado en un símbolo de desconexión entre grandes proyectos de infraestructura y las urgencias de las comunidades locales.
Hoy en día, en lugar de un acceso planeado y seguro, los visitantes se encuentran con motociclistas compitiendo con pasos peatonales inseguros, basura acumulada, construcciones ilegales y un sentimiento generalizado de desamparo.
El reto para la administración de Turbay es monumental: es imprescindible articular la inversión nacional, la voluntad política, una presencia institucional constante y, sobre todo, la participación social. Hasta el momento, los anuncios del alcalde marcan un posible punto de inflexión frente a un problema que había sido postergado durante años.
«Esta es una de las prioridades de nuestra administración. La Boquilla no puede seguir siendo el patio trasero de Cartagena«, concluyó Turbay.