en el universo de biohacking El extremo Bryan Johnson opera en una liga propia. El millonario tecnológico, conocido por su ‘Proyecto Blueprint’ que pretende alcanzar la eterna juventud con una financiación de dos millones de euros, ha anunciado una drástica reducción de los microplásticos en su cuerpo, medidos en el lugar más íntimo posible. Sus testículos.
El problema de los microplásticos. Uno de los grandes enemigos de la sociedad actual son sin duda los microplásticos y disruptores endocrinos que nos rodean. Botellas, envases, alimentos… pueden ser fuente de este tipo de elementos que pueden atentar contra nuestra integridad. Y es algo que actualmente se está investigando, porque de momento no se sabe exactamente qué significa tener una alta concentración de microplásticos en nuestro torrente sanguíneo.
La ciencia señaló en el pasado que era posible encontrar altos niveles de microplásticos en los testículos, pero hasta ahora no sabíamos bien qué implicaciones tenía esto. Y aquí es donde Bryan Johnson quiso investigarlo dentro de su proyecto para obtener el mecanismo que hiciera retroceder el ‘reloj biológico’ y calmara sus dudas sobre cómo afectaba a la fertilidad masculina.
Pero esto es algo muy preocupante en toda Europa en general, ya que vivimos en una época en la que en Europa
El experimento. ¿Cómo se hacen las demostraciones en la ciencia? Con ensayos clínicos si se hace con humanos. En este caso, Johnson fue utilizado como sujeto propio en lo que se llama ‘experimento n=1‘. Para ello, analizó la concentración de microplásticos en semen y sangre en diferentes periodos de tiempo, como se mencionó. en una publicación de X.
En este caso, la medición de microplásticos en su semen apuntó a lo siguiente:
- En noviembre de 2024 era de 165 partículas por mililitro.
- En julio de 2025 era de 20 partículas por mililitro.
Aquí se puede observar una importante reducción en la concentración de microplásticos en el semen, pero también ocurrió lo mismo en la sangre con una reducción de 70 a 10 partículas por mililitro en cuestión de siete meses. Literalmente había conseguido ‘lavar’ su semen para eliminar los microplásticos de su semen con el objetivo de mejorar su fertilidad.
Más allá del choque Medida inicial de plástico en el semen, Johnson asegura que sus resultados ofrecen «nuevas esperanzas» para la desintoxicación de estos contaminantes. Pero ¿qué hay de cierto en todo esto? ¿Estamos realmente tan contaminados? ¿Y su «cura» tiene algún sentido?
Basado en la ciencia. Y es algo que se está investigando ahora mismo. Específicamente, un metaanálisis de 36 estudios publicado en Contaminación ambientalSe confirmó que los microplásticos son un claro enemigo de la fertilidad masculina. Inducen estrés oxidativo en el sistema reproductivo, lo que desencadena inflamación testicular, muerte celular y por tanto una reducción de los niveles de testosterona que puede influir en la concentración de espermatozoides por mililitro de semen.
Pero esto no se queda aquí, un segundo estudio publicado en Ciencia del medio ambiente total analizaron las 23 muestras de testículos humanos (procedentes de autopsias) y 47 de perros. Encontraron microplásticos en el 100% de las muestras humanas y en todas las muestras de perros. Todo esto le dejó claro a Johnson una cosa: manténgase alejado de todo el plástico que terminaría en su comida.
La desintoxicación. Pero… ¿Cómo se limpia el semen? Ésta es la gran pregunta que todos podemos tener en la cabeza (y que querríamos preguntarle si tiene razón). Y aunque el propio Jhonson admite que se trata de una hipótesis, su equipo cree que la terapia ‘mayor responsable’ de esta drástica reducción es la sauna.
Su protocolo es intenso: 20 minutos diarios a 93°C, con una particularidad: «con hielo en los testículos» (práctica común para proteger la espermatogénesis del calor extremo). Pero esto es algo que se complementa con otras estrategias como:
¿Es cierto? La hipótesis apunta a que la sauna es el sistema de desintoxicación, pero ahora toca buscar evidencias que puedan contrastarlo. Ahora mismo, en la literatura se pueden encontrar ciertos artículos que intentan respaldar esto.
Para ver algo de una relación podemos ir a un estudio de 2012 publicado en Medio Ambiente Salud Pública lo que confirmó que el sudor inducido por la sauna es eficaz para eliminar metales pesados como el cadmio o el plomo y también plastificantes como el bisfenol (BPA) y los ftalatos.
Sin embargo, existe una diferencia crucial: los plastificantes no son microplásticos. Él BPA es una molécula química que se desprende de plástico; Los microplásticos son partículas físicas. Actualmente, no existe evidencia científica directa de que las partículas físicas de plástico puedan excretarse a través del sudor.
Qué pasó. Entonces, teniendo todo esto en cuenta, la pregunta obligada es ésta. Lo más probable es que la «desintoxicación» de Johnson sea un éxito de su segunda estrategia: la evitación. Al dejar de ingerir y absorber microplásticos (gracias al agua filtrada y a no utilizar plásticos en la cocina), tu cuerpo ha tenido la oportunidad de limpiarse por medios naturales. El papel de la sauna, aunque plausible para quimicos asociado con el plástico, sigue siendo especulativo sobre las partículas que son el problema en este caso.
Es reversible. Más allá de la sauna, la información más importante que aporta Johnson es la esperanza. Uno de los grandes temores que se puede tener en este caso es que la contaminación fuera acumulativa e irreversible, pero según estos datos, no es así. Aunque hay que tomar esto con mucha cautela porque la significación estadística destaca por su ausencia, al igual que la validez externa.
Para llegar a una conclusión de este nivel se tendría que realizar un estudio completo, protocolizado con grupos de hombres formados aleatoriamente y respetando los principios de los “Ensayos Clínicos Aleatorios”. Y este resultado puede ser el primer paso para que la ciencia en el campo de la fertilidad intente investigar mucho más al respecto.
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