El viernes por la noche, se llevó a cabo una notable operación de recuperación del espacio público en la cresta de la Bahía de Santa Marta . Sin embargo, lo que debía ser un proceso pacífico terminó transformándose en un episodio violento que sorprendió no solo a los turistas, sino también a comerciantes formales y transeúntes que se encontraban en la zona.
La confiscación de ventas ambulantes denunció una lucha desesperada que culminó en una pelea violenta que involucró puños, patadas e incluso un arma blanca, lo que reflejó la tensión existente entre los vendedores informales y los funcionarios públicos encargados de hacer cumplir la ley.
Los hechos que rodean la pelea violenta en Santa Marta
La operación, que fue liderada por la Oficina del Alcalde del Distrito en colaboración con la Secretaría del Gobierno y el Equipo de Vigilancia del Espacio Público, tenía como objetivo erradicar las ventas no autorizadas de cervezas, frutas, comidas rápidas, y otros productos que, a pesar de las advertencias anteriores, seguían proliferando en la concurrida zona turística. Sin embargo, la férrea resistencia de los comerciantes informales ocasionó una escalada en el estado de ánimo de todos los involucrados.
El Bay Camellón es invadido de vendedores ambulantes. Foto: Cortesía: VEPCU
«Ya habían sido informados de que tenían que retirarse voluntariamente», explicó el Secretario de Gobierno, Camilo George, quien lamentó profundamente los hechos ocurridos y su impacto en la comunidad.
«La guía de nuestro alcalde, Carlos Pinedo, es clara: mantener una ciudad organizada tanto para sus residentes como para los visitantes. No podemos permitir que la falta de control en el espacio público prevalezca,» añadió con firmeza.
Testigos del evento relataron que la tensión aumentó a medida que transcurrieron los minutos. «Comenzaron a gritar y luego a intercambiar golpes. De repente, uno de los vendedores sacó un cuchillo y atacó a un funcionario,» expresó Daniel Mendoza, un turista de Bogotá que se encontraba en el escenario del incidente.
En cuestión de minutos, la situación se tornó caótica, ya que algunos proveedores intentaron recuperar sus productos a la fuerza mientras otros enfrentaban a los funcionarios que estaban supervisando el proceso. La rápida intervención de las autoridades policiales logró evitar una tragedia mayor. Al final, dos personas fueron arrestadas y actualmente enfrentan procesos legales.
Hubo dos capturados y un funcionario herido
La Oficina del Alcalde emitió un comunicado que rechazó categóricamente los actos de violencia que se llevaron a cabo: «Este ataque no solo compromete la integridad de los funcionarios que trabajan para la ciudad, sino que también socava la institucionalidad representada por la administración del distrito.»
El funcionario que resultó herido fue atendido de inmediato y se encuentra fuera de peligro. Sin embargo, el ambiente en el sector turístico se vio profundamente afectado por la impresión provocada por esta confrontación, especialmente en medio de la temporada alta de visitantes.
‘No queremos pelear, necesitamos trabajar’
Muchos de los vendedores ambulantes defendieron su presencia en la cresta, asegurando que esa es su única fuente de sustento. “No queremos pelear, solo necesitamos trabajar. ¿Cómo vamos a comer si nos quitan nuestro puesto?” compartió María Rodríguez, una vendedora ambulante.
La oficina del alcalde ha propuesto recuperar áreas que tienen una presencia masiva de comerciantes informales. Foto: Cortesía: VEPCU
La posición de las autoridades frente a este hecho
No obstante, durante meses previos a este incidente, gremios como Cotelco y la Corporación del Centro Histórico habían estado solicitando una intervención urgente en la cresta, denunciando el deterioro del espacio público y sus repercusiones en la imagen turística de Santa Marta.
«Decidimos avanzar con las acciones de recuperación del espacio público. Los visitantes merecen la oportunidad de caminar libremente por la cresta, sin obstáculos ni disturbios en su camino,” comentó Omar García, presidente de Cotelco Magdalena.
La administración del distrito reafirmó que las operaciones de recuperación continuarán, enfatizando que no cederán ante la presión ni ante actos de violencia. Además, se reiteró la disponibilidad de programas de reubicación y formalización para aquellos proveedores informales que estén dispuestos a regularizar su actividad comercial.
Mientras tanto, el desafío persiste: reconciliar el derecho al trabajo con la necesidad de mantener un espacio público limpio, ordenado y seguro en una ciudad que se ha comprometido cada vez más con el turismo como motor de su desarrollo en la Bahía Camellón.
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