Al comienzo de Julio, damos la bienvenida al teléfono Nothing (3), un dispositivo que marcó un punto de inflexión en la compañía por dos razones principales: mejores especificaciones y mayor precio. El teléfono inteligente se comercializa a un precio de 799 euros, una escalada significativa en comparación con el resto de los terminales que no ha lanzado nada. Usuarios, incluidos los más fieles, No han encajado bien este aumento de precio y Carl Pei, CEO de la compañía, ha respondido a las mayores críticas del teléfono en Uno de sus últimos videos. Una cosa está clara: la trayectoria a la que nada se deriva ya lo ha visto antes.
La tormenta perfecta. El lanzamiento de Nothing Phone (3) debería haber sido un momento de celebración para la startup. Sin embargo, a pesar de las grandes características de esta terminal, de las cuales nuestro socio Ricardo Aguilar nos ha hablado en su análisis, las críticas no han tardado mucho en llegar. El precio ha sido el tema de conversación más destacado, un salto de precio de 150 euros en comparación con su predecesor, nada de teléfono (2).
Tampoco su diseño está exento de las críticas. Y aunque el teléfono ha logrado aliviar la industria, haciéndonos olvidar por un momento de tanto diseño clónico, hay muchos usuarios que no entienden algunos elementos de su diseño, como Glyph Matrix. Los comentarios en el canal de YouTube de Nothing han sido especialmente difíciles, algo que ha llevado a Carl Pei a reconocer que algunos empleados están siendo «acosados» por decisiones de diseño.
El patrón habitual. Lo que nada está viviendo no es nuevo en el sector tecnológico. Es la historia que se repite una y otra vez: una marca se rompe con precios agresivos, conquista una base de usuarios entusiastas, crece en popularidad y, cuando alcanza cierto éxito, las presiones económicas lo empujan hacia el segmento premium. El resultado es inevitable: la queja de los fanáticos originales, que se sienten traicionados por la deriva de una marca que ya no es «tuya».
El caso PEI es especialmente llamativo. El fundador de Nothing proviene precisamente de OnePlus, donde vivió en primera persona esta misma transformación. OnePlus comenzó en 2013 como «asesino insignia» con el OnePlus One a 269 euros. Siete años después, el OnePlus 9 Pro cuesta más de 900 euros. Pei OnePlus abandonado En parte para esta nueva trayectoria que OnePlus había tomado, además de eso, quería concentrarse en su propio proyecto, prometiendo que nada sería diferente.
Lo ‘diferente’ ha tenido éxito, aunque tal vez no en el aspecto que nos gustaría. Y tres años después, su buque insignia ya cuesta 800 euros. Aunque como de costumbre en este tipo de estrategias, nada también tiene teléfonos más competitivos al precio, como su rango ‘A’ o su CMF por nada.
Síndrome de crecimiento. El problema no está en la ambición de nada de crear mejores productos, sino en la inevitable tensión entre mantener la identidad original y las realidades económicas del crecimiento. Pei dice En el video Que nada tiene «los costos más altos para los componentes en comparación con todos los demás» debido a su escala de producción más pequeña. Un dilema conocido en la industria, porque para crecer necesita mejorar el producto, pero mejorar el producto requiere aumentar los precios y elevar los precios alienos a su base de usuarios original.
Los fanáticos no lo ven justificado. Las críticas se centran en dos aspectos fundamentales: el teléfono (3) monta el Snapdragon 8s Gen 4 En lugar de la Elite Snapdragon 8 más potente que lleva otro buque insignia, y el rendimiento fotográfico está debajo de otros competidores directos. Para muchos usuarios, pagar lo mismo que para un iPhone 16 o un Galaxy S25 para especificaciones más bajas no tiene sentido (en los Estados Unidos, los tres dispositivos se encuentran oficialmente desde $ 799). PEI ha defendido que su marca «nunca fue destinada a los guerreros de las especificaciones», pero el mensaje no está pendiente.
Y ahora que. Nada está en una encrucijada Similar al que vivió OnePlus o Xiaomi. Puede continuar aumentando los precios y especializarse en el nicho premium, arriesgar su identidad ‘rebelde’ o tratar de mantener el equilibrio entre el crecimiento y la accesibilidad. Por el momento, todo indica que han optado por diversificarse, con teléfonos más accesibles y otros productos, como auriculares. La respuesta del mercado al teléfono (3) será decisiva en estos meses para marcar el camino que tomará la compañía. Mientras tanto, Carl Pei parece estar enfrentando al mismo fantasma que una vez lo hizo abandonar OnePlus.
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