Rusia y Ucrania llevaron a cabo el mayor intercambio de prisioneros desde que comenzó la guerra, después de un acuerdo alcanzado en Estambul el 16 de mayo de 2025. El Pacto contempló la liberación de aproximadamente 1,000 prisioneros para cada lado, incluidos los militares y los civiles. El proceso se llevó a cabo en tres fases, concluyendo el 25 de mayo con la entrega simultánea de 303 personas por cada país.
De Kiev, el presidente Volodimir Zelenski describió el regreso de sus compatriotas como un «triunfo moral y humano», destacando que muchos de los liberados habían apoyado las condiciones inhumanas durante su cautiverio. Además, reiteró su promesa de no descansar hasta que logró la liberación de todos los ucranianos que permanecen detenidos en el territorio ruso.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia confirmó que el intercambio se desarrolló de acuerdo con lo acordado y sin incidentes. También enfatizó que entre los liberados hay varios soldados y civiles de alto rango que habían estado bajo custodia durante más de un año.
Este gesto humanitario llega en un momento de gran tensión diplomática. Las conversaciones de paz entre ambos gobiernos están paralizadas, y la reciente decisión del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de retirarse de un papel activo en la mediación internacional ha generado incertidumbre. El presidente declaró que «es hora de que Moscú y Kiev negocien directamente sus propios términos».
A nivel internacional, la atención ahora se centra en la próxima cumbre del G-7, que se llevará a cabo en Canadá en junio. Se espera que los líderes mundiales aprovechen esa reunión para discutir nuevas estrategias que promueven el alto el fuego duradero.
Aunque el intercambio representa un avance significativo, la situación en el frente sigue siendo crítica. La guerra continúa dejando a las víctimas y desplazadas, mientras que el mundo observa con cautela cada desarrollo nuevo.
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