Human Rights Watch (HRW) ha publicado un informe contundente que destaca la brutal represión instaurada por la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela, un esfuerzo desesperado por perpetuarse en el poder tras la realización de elecciones que han sido catalogadas como fraudulentas. Este informe no solo revela las atrocidades cometidas, sino que también ofrece un amplio y alarmante panorama de la situación de derechos humanos en el país sudamericano.
El análisis se basa en una exhaustiva recopilación de datos, que incluye la realización de más de cien entrevistas con víctimas, familiares, testigos y representantes de organizaciones de derechos humanos. Además, HRW ha llevado a cabo un riguroso proceso de verificación de videos, fotografías y documentos relacionados con diversas violaciones de derechos, entre los que se incluyen casos de asesinato, tortura, desapariciones forzadas y arrestos arbitrarios.
Entre las denuncias más graves recogidas en el informe se destacan los asesinatos ocurridos durante las protestas populares que exigían el reconocimiento del triunfo electoral de Edmundo González Urrutia. Ha habido informes creíbles que documentan al menos 25 asesinatos, donde la mayoría de las víctimas son jóvenes manifestantes de sectores de bajos ingresos. Esto pone de relieve no solo la brutalidad de la represión, sino también la selectividad y la impunidad con la que actúa el régimen.
Por otra parte, HRW también ha documentado múltiples casos de desaparición forzada, así como abusos sistemáticos en los centros de detención. Se ha reportado que más de 2000 personas han sido detenidas en conexión con las elecciones, muchas de ellas arrestadas sin orden judicial y en condiciones que constituyen desapariciones forzadas de acuerdo con el derecho internacional. Esto representa un alarmante patrón de violaciones que desdibujan las líneas de la legalidad y la justicia en Venezuela.
Prisioneros políticos
Un apartado esencial del informe se centra en la situación de los prisioneros políticos, detallando casos de tortura y maltrato. Las víctimas han señalado haber sufrido palizas, descargas eléctricas, asfixia y aislamiento en celdas de castigo. Es aún más preocupante el hecho de que HRW ha denunciado la detención ilegal de niños y adolescentes, muchos de los cuales han sido golpeados y tratados de maneras crueles e inhumanas. La detención arbitraria de opositores políticos, acusados de «terrorismo» e «incitación al odio», es otra de las prácticas condenables que se menciona ampliamente en el documento.
Un caso destacado es el de la líder de la oposición, María Corina Machado, quien ha sido señalada como una víctima de la detención arbitraria y desaparición forzada, lo que ilustra la extensión de la represión del régimen hacia figuras clave en la lucha por la democracia.
HRW hace un llamado urgente a la comunidad internacional para reafirmar su compromiso con la democracia y los derechos humanos en Venezuela, instando a los líderes mundiales a presionar al régimen de Maduro para que explique las atrocidades cometidas. Es fundamental que se lleve a cabo una rendición de cuentas por parte del gobierno venezolano, que, según palabras de Juanita Goebertus, directora de la división de las Américas de HRW, «ha matado, torturado, arrestado y desaparecido personas que apostaron por la democracia en Venezuela».
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