Hoy reconstruye su vida en Acacías, meta – Tinta clara
- julio 15, 2025
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Tener su propio apartamento ha sido uno de los mejores regalos que la vida ha dado Carmen Judith Peña OliverosDespués de un destino cargado de espinas de su
Tener su propio apartamento ha sido uno de los mejores regalos que la vida ha dado Carmen Judith Peña OliverosDespués de un destino cargado de espinas de su
Tener su propio apartamento ha sido uno de los mejores regalos que la vida ha dado Carmen Judith Peña OliverosDespués de un destino cargado de espinas de su valledupar natal, donde El padre de sus hijos la engañó, abandonada y dejada en deuda y emocionalmente devastada.
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Tomó la difícil decisión de Deja a su hija Sara al cuidado de su abuela materna y lleva a su otro hijoAngel David, que apenas iba a cumplir un año, a Guaviare, con el corazón hecho piezas, pero convencido de que esta era la única forma de llevar a cabo a su familia, con la promesa de la oportunidad de trabajarl.
Carmen Judith Peña Oliveros y su hijo Angel David. Foto:Gobierno del meta
Con solo 33 años Carmen Judith llegó a una zona rural de Guaviare cuyo nombre prefiere no recordar, porque se enfrentó a una realidad quizás más cruel de lo que había dejado atrás.
Había aislado, confinado, sin comunicación con sus seres queridos y bajo el control de un grupo armado fuera de la leyViviendo en ansiedad constante. El comandante del grupo impuso la orden de no abandonar el área durante al menos un año y, permanentemente, La presionó para que se uniera a sus filas.
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Siempre se negó y durante su estadía en esa área lejos de Guaviare, durante unos dos años, sufrió los bombardeos que la fuerza pública hizo a ese grupo armado ilegalque, a su vez, llevó a cabo asesinatos y juicios sin ley.
Cansado de vivir con miedo y consciente de que su vida y la de su hijo estaban en peligro, Carmen Judith tomó la decisión de huir de cualquier noche, con su hijo en sus brazos.
Carmen Judith Peña Oliveros y su hijo Angel David. Foto:Gobierno del meta
Transportó en Canoa, subió Barrancos, se escondió en la jungla y sufrió hambre, viajó por la noche y se escondió durante el día. Su viaje duró cinco días y cinco nochesHasta que finalmente logró llegar a San José del Guaviare, donde sintió un soplo de libertad y paz.
Dos años después de su viaje a través de Guaviare, se mudó a Villavicencio, luego a Bogotá y, Finalmente, encontró refugio en el pueblo de El Rosario de Acacías, en la línea de meta. Allí se conoció nuevamente con su hija Sara, que tiene 18 años hoy, y vive en compañía de su hijo Angel David, de 15 años.
Los tres comenzaron a reconstruir sus vidas. Carmen Judith trabaja diciendo que Casas, su hija se preparó como asistente de odontología y su hijo estudió en la escuela. Hace solo seis meses le dieron un apartamento en el equipo de Torres de la Morena, en AcacíasLo que le permitió dejar atrás los pagos de arrendamiento y asegurar un techo para ella y sus hijos.
Ella fue víctima del conflicto armado. Foto:Tony Karumba / AFP
Al lado de Carmen Judith, 118 familias recibieron sus apartamentos y acaban de recibir sus hechos. Hoy, estas humildes familias tienen un techo y ya no sienten la angustia por el pago del contrato de arrendamiento o la legalización de sus hogares. «Ya hay 1.400 familias a las que se ha dado el título de su propiedad en el departamento»dijo el gobernador de Meta, Rafaela Cortés.
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La historia de Carmen Judith no es solo la de una mujer abandonada por su esposo y víctima del conflicto armado interno; Es el de una madre quien superó el miedo, el dolor y la injusticia con coraje, fe y amor incondicional.
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