Ha sido capturado y liberado al menos cinco veces.
– Tinta clara
noviembre 20, 2025
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El 20 de diciembre de 2019, el matrimonio ambientalista Natalia Jiménez y Rodrigo Monsalve salió de Santa Marta rumbo al pueblo de Palomino para celebrar su luna de
El 20 de diciembre de 2019, el matrimonio ambientalista Natalia Jiménez y Rodrigo Monsalve salió de Santa Marta rumbo al pueblo de Palomino para celebrar su luna de miel. No avanzaron más allá del corredor de Guachaca. Allí fueron interceptados por cuatro hombres que, según la Fiscalía, tenían un objetivo simple y brutal: robarles su camioneta.
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Pero al ver que las víctimas habían logrado identificar a sus agresores, los delincuentes tomaron la decisión final. Fueron trasladados hasta la vereda Perico Aguado, en la zona rural de Santa Marta, Los golpearon, los ataron de pies y manos, les cubrieron el rostro con capuchas y les dispararon en la cabeza.
Durante tres días hubo silencio en Sierra Nevada, hasta que los cadáveres fueron encontrados el 23 de diciembre. El país quedó consternado. Las familias afirmaron VERDADERO. Y la opinión pública exigió justicia. La noticia fue cubierta por medios locales y nacionales que informaron sobre la dureza de los hechos.
Hoy, casi seis años después, Ninguna de esas demandas ha sido respondida. y en este caso no ha pasado nada.
Tres capturados, ningún condenado
Luego del hallazgo de los cuerpos, la Policía rápidamente capturó a tres sospechosos: Jader Lozano Jaramillo, Luis Rodríguez Tovar y Andrés Felipe García Socarrás. Los tres quedaron detenidos.y se anunció firmemente que el caso avanzaría rápidamente.
Natalia Jiménez y Rodrigo Monsalve fueron asesinados cuando se dirigían a Palomino de luna de miel. Foto:Redes sociales
Sin embargo, el proceso judicial se vio atrapado entre aplazamientos, traslados, recusaciones y retrasos inexplicables. La investigación, que inicialmente parecía sólida, perdió impulso a medida que se acumulaban los días perdidos en los tribunales. Y llegó lo impensable: Los tres capturados fueron liberados por vencimiento de sus condenas.
No hubo juicio. No hubo sentencia. No hubo ninguna sanción. El caso que sacudió a Colombia quedó reducido a un archivo congelado. Y la justicia, en lugar de cerrarlo, lo dejó escapar entre procedimientos.
La oscura figura de un hombre que siempre regresa: quién es ‘Pipe Bareta’
Entre los excarcelados destaca uno como símbolo de impunidad: Andrés Felipe García Socarrás, alias Pipa Bareta. Para los habitantes del municipio de Ciénaga, Magdalena e investigadores de la región, su nombre es sinónimo de miedo y, al mismo tiempo, de frustración institucional.
En su más reciente detención, la Policía lo encontró armado y listo para disparar. Foto:policia nacional
Nativo de San Cayetano, SantanderPipe Bareta acumula una historia que refleja años de violencia: procesos abiertos por homicidios, acusaciones por sicariosdenuncias por violencia intrafamiliar, extorsión y tenencia ilegal reiterada de armas. Las autoridades lo han descrito como un hombre clave dentro de las Autodefensas Conquistadores de Sierra Nevada, la estructura criminal heredera de Las Pachencas que domina el norte del Magdalena.
Ha sido capturado al menos cinco veces. Y en todas esas ocasiones ha estado libre. Los archivos que lo vinculan no son menores. Su presunta participación en el asesinato de Natalia y Rodrigo fue noticia a nivel nacional. Su aparición en el cartel de los más buscados de Ciénaga en 2021 reflejó la seriedad de sus acciones. Y, sin embargo, cada captura acaba convirtiéndose en un trámite momentáneo, un paréntesis antes de volver a las calles.
La nueva captura… y el miedo a que sea otra
En su más reciente detención, la Policía lo encontró armado, listo para dispararen una zona de Ciénaga donde, según los investigadores, se desplazaba desde hacía meses como sicario y cobrador de extorsión. El coronel Jaime Ríos, comandante de la Policía Metropolitana, reconoció que sería “un gran golpe” para la estructura criminal, pero también dejó espacio para la pregunta que resume el sentimiento ciudadano: “¿Cuánto tiempo estará detenido?”.
El caso del matrimonio ambientalista nunca se resolvió. Foto:policia nacional
La duda no surge del pesimismo; proviene de la experiencia. Cada vez que capturan a Pipe Bareta, la comunidad siente un breve alivio. Cada vez que recupera su libertad, el miedo regresa como si nunca se hubiera ido.
“Es un ciclo que se repite con precisión quirúrgica, y que tiene una consecuencia directa: debilita la confianza en el sistema judicial y refuerza la idea de que la violencia es un fenómeno imparable”, dijo el defensor de derechos humanos, Lerber Dimas.
Las víctimas que el Estado dejó en paz
Mientras Pipe Bareta sigue moviéndose entre detenciones y libertades, la familia de Natalia y Rodrigo sigue esperando justicia. El eco de aquel diciembre de 2019 sigue vivo y no es porque el caso avance, sino porque Nunca se hizo lo suficiente.
En 2019 hubo varios capturados en la causa y todos quedaron libres por vencimiento de términos. Foto:policia nacional
La muerte de dos jóvenes dedicados a la investigación ambiental quedó atrapada en un laberinto procesal del que nadie es responsable. La Fiscalía no pudo llevar el caso a juicio. La defensa aprovechó cada retraso. Y el Estado, al final, no pudo garantizar ni una condena, ni una reparación, ni una verdad completa.
El crimen que sacudió al país terminó convirtiéndose en un doloroso ejemplo de cómo Colombia puede permitir Incluso los casos más atroces quedan impunes.
Un archivo que resume un problema mayor.
Lerber Dimas indicó que el asesinato de Natalia Jiménez y Rodrigo Monsalve no es sólo una tragedia individual. “Es la radiografía de un sistema incapaz para cerrar los casos más graves. Un sistema donde hombres acusados de múltiples homicidios, como Pipe Bareta, son capturados una y otra vez sin una respuesta definitiva. Un sistema donde La impunidad no es una excepción, sino una consecuencia.”, anotó.
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El rostro de esa impunidad tiene nombre y apellido. Y mientras el expediente sigue cogiendo polvo, Sierra Nevada arrastra una historia que debería haber sido contada desde la justicia, no por la frustración y el desamparo de que no pasó nada.
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Por Roger Urieles, para EL TIEMPO Santa Marta. En X: @rogeruv