Gustavo Petro va en una apuesta
- mayo 11, 2025
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El panorama político en Colombia se presenta como un escenario complejo y vibrante, reflejando el papel crucial que desempeña la figura del presidente de la República, Gustavo Petro.
El panorama político en Colombia se presenta como un escenario complejo y vibrante, reflejando el papel crucial que desempeña la figura del presidente de la República, Gustavo Petro.
El panorama político en Colombia se presenta como un escenario complejo y vibrante, reflejando el papel crucial que desempeña la figura del presidente de la República, Gustavo Petro. En la última semana, este hecho se hizo notar especialmente a través de la intensidad de sus discursos, los cuales resonaron en diversas localidades. Tras llevar a cabo entrevistas con aprendices el martes en la Plaza de Nariño, Gustavo Petro continuó su agenda en Cartagena con los alcaldes el miércoles, pasando posteriormente a Tibú y Ocaña en Norte de Santander durante el jueves y viernes.
Cada uno de estos momentos fue una oportunidad para que el presidente confrontara a sus críticos, presionara a sus funcionarios y presentara iniciativas trascendentes, como el aumento de la jornada escolar. Con su propuesta y un tono animado, Gustavo Petro se mostró como un líder decidido, no uno cuyo gobierno está en sus primeros mil días de gestión.
Este aparente dinamismo podría estar ligado al deseo de reforzar su presencia territorial antes de un importante vuelo hacia China que se realizó recientemente. Observadores políticos comentaron que hay una clara intención de aumentar el volumen y la autoridad del discurso del presidente, especialmente ahora que los vientos en contra que enfrenta el líder del Pacto Histórico se han moderado.
Según una declaración emitida por la misma administración, Petro “cierra abril y comienza mayo con un salto evidente en su imagen pública, según dos encuestas recientes que reflejan esta tendencia”. Ambas encuestas indican que la percepción del presidente es la más favorable en más de dos años.
La parte oficial sostiene que estos cambios han sido favorecidos por la estrategia de transmisión televisiva del Consejo de Ministros y la mejora en varios indicadores económicos, comenzando con una notable reducción en el desempleo. También se señala que “este escenario representa un nuevo momento político para el presidente, justo cuando el juicio del Senado está a punto de comenzar, lo que definirá en menos de un mes una propuesta de conferencia popular”.
Sin embargo, este contexto tiene lugar en un país donde los expertos definen el diálogo público como una “conversación” tan activa que resulta abrumadora. Leonardo García, un analista reputado, comentó que se registraron 70 millones de publicaciones en laRed social X en los primeros cuatro meses de 2025. “Aparte de ciertos temas específicos, existe un flujo constante de opiniones que demuestra que la controversia está en perpetuo movimiento”, agregó.
Es revelador observar cuáles son los temas que despiertan mayor interés entre los ciudadanos. Un asombroso 36 por ciento de lo que se discute en X se refiere a la política y el gobierno, superando ampliamente a otras categorías como la seguridad y el conflicto, economías y negocios, y dejando un estrecho 10 por ciento para el entretenimiento y el deporte.
Gustavo Petro es, sin lugar a dudas, el protagonista de esta conversación pública. García señala que “ya sea de forma directa o mediante aliados, el activismo del presidente está claramente orientado a plantear los temas que más le interesan”. A su vez, indica que “ninguno de sus opositores ha conseguido acercarse a esta dinámica; solo se limitan a reaccionar.”
Como resultado, se ha generado un ambiente de conflicto casi constante. De acuerdo con las cifras, el 42 por ciento de la conversación pública se considera negativa, en contraste con un 47 por ciento de información neutral y solo un 11 por ciento positivo. Más que centrarse en ideas, se concentra en personas, con una evidente polarización en el discurso.
Pese a que esta situación recuerda a momentos previos de la historia política del país, actualmente los vientos parecen soplar de manera diferente. Consultando las encuestas, por ejemplo, Invamer reporta un aumento de 11 puntos en la calificación del trabajo presidencial (cinco aprobaciones más y seis desaprobaciones menos). La mayor razón para estos cambios, desde la perspectiva del público, radica en el creciente apoyo juvenil, particularmente en Barranquilla, Cartagena, Cali y Bogotá.
No es menos notable el análisis de los datos obtenidos en estudios polimétricos. Las cifras reflejan un significativo avance en el apoyo a la izquierda, que ha pasado de un 17 por ciento en noviembre a un 25 por ciento actualmente, mientras que los que se identifican como partidarios de la administración han subido del 19 al 25 por ciento, con una disminución de la insatisfacción que ha caído del 27 al 22 por ciento. Esto refleja un punto de inflexión que favorece la administración actual.
“Este crecimiento se debe a la reforma de la fuerza laboral y el subsiguiente lanzamiento de la consultoría popular”, explica César Caballero, fundador de la consultora de datos y conceptos. “A los ciudadanos les ha quedado claro que el Congreso no apoya las propuestas sociales del presidente, y por eso ahora debe acudir a la gente, una estrategia que resuena especialmente con el público”, concluye.
Además, las reformas propuestas, que incluyen cambios en la jornada laboral y la compensación por horas extras, coinciden con las intenciones del gobierno de modificar el panorama actual, aunque estas se ven obstaculizadas por factores estructurales que perpetúan el dominio de una élite que supuestamente se beneficia de las decisiones políticas, a menudo a expensas de la población.
“Para muchos ciudadanos, Gustavo Petro es percibido como un representante del estado, pero también como alguien que se pone del lado de la gente en oposición a un sistema injusto”, explica Miguel Silva, un experto en pensamiento crítico. «No obstante, en mis investigaciones, he notado que la gente también expresa frustraciones respecto a cuestiones de orden social y seguridad», agrega.
Esta dinámica política intensificada no es algo nuevo, pero su importancia se acentúa conforme se acerca el ciclo electoral de 2026. La cercanía del proceso electoral hace que las encuestas y el estado de la opinión pública tengan un impacto inmediato sobre la narrativa política, ya sean personas o partidos.
Según César Caballero, actualmente se implementa una estrategia con el objetivo de asegurar que el pacto histórico se mantenga como la principal fuerza política en la capital, a medida que busca retener el poder. No es relevante si las consultas populares logran las voces necesarias para cruzar los umbrales requeridos, pero son necesarias para la contabilidad política.
“Por una parte, esta estrategia permite reagrupar a las tropas; si alguien proyecta su participación en las consultas que podrían tener lugar en octubre o noviembre, es probable que la base Petrista esté alineada con miras al objetivo de marzo”, señala. “Por otro lado, esta estrategia señala a los congresistas que existe un flujo de apoyo popular significativo hacia el pacto histórico”, concluye.
El éxito en la representación parlamentaria influirá en el rumbo de las elecciones presidenciales. A pesar de que la izquierda enfrenta grandes desafíos para lograr mantenerse en el poder en Nariño, tiene la oportunidad de presentar candidato “bisagra”, es decir, uno que no visibiliza abiertamente el antiperismo, pero que incorpora algunas propuestas y reconoce logros como reducciones en la pobreza y mejoras en el empleo.
No obstante, el futuro dependerá en gran medida de la actitud que Gustavo Petro asuma en los próximos meses. En su círculo cercano de asesores, algunos creen que es necesario que él asuma con firmeza el discurso y las decisiones, lo que podría resultar en un clima político más tenso, no solo enfrentándose a los opositores, sino también a líderes sindicales, empresarios, medios de comunicación y diversas opiniones públicas.
Este juego de ajedrez político es tentador, especialmente para quienes todavía se consideran revolucionarios y buscan dejar su huella significativa. Además de aumentar su retórica, el gobierno ha tomado medidas en distintos sectores, buscando restringir la participación del sector privado en áreas que, según la ideología del presidente, deben rezagarse al ámbito público. Esto incluye sectores como salud, energía e infraestructura, entre otros.
Las tensiones también se reflejan en el ámbito internacional. Desde el reciente viaje a China, con una visita a Estados Unidos apenas reconocida, se espera que la reunión en Estados Unidos trate sobre la lucha contra las drogas y los esfuerzos de certificación en este respecto. Esto, combinado con retos fiscales y contradicciones, podría influir en el ambiente interno, donde el descontento popular puede empañar los logros alcanzados.
Sin duda, la situación presenta múltiples desafíos. Uno de ellos es que cualquier impacto negativo pueda repercutir en la calidad de vida de la población, caso de que el deterioro ambiental incida en el bienestar comunitario.
Dentro de su círculo de consejeros, hay quienes consideran que el discurso gubernamental tiene que radicalizarse, lo que explica el nivel creciente de lucha contra la oposición.
Aunque la economía crezca a un ritmo más acelerado que el año pasado, el panorama se ve incierto. La inflación todavía no se restablece en su canal normal y el entorno global plantea inquietudes que complican la superación de problemas fiscales. Con un déficit en aumento y mayores costos de endeudamiento, Colombia enfrenta un juego peligroso si no se atienden adecuadamente los niveles fiscal y de gasto.
La polarización social también añade una capa de complicación, dificultando la creación de enfoques conjuntos ante emergencias nacionales. El clima tenso puede desafiar las relaciones entre el pacto histórico y otros sectores, lo que agrega preocupación por entrar en un círculo vicioso de extremismos y conflictos sin resolución.
La realidad es que se añaden otros problemas pendientes que ya han sido identificados, especialmente el deterioro de la seguridad interna. La situación en el ámbito de la salud también es preocupante, lo que podría afectar a miles de hogares en el país.
Además, los nuevos escándalos o luchas de corrupción dentro del Ejecutivo podrían mermar la gestión y provocar un rechazo generalizado de los ciudadanos. Esto podría poner en tela de juicio un gobierno que, hasta el momento, ha enfrentado múltiples errores e improvisaciones. A pesar de que ha despreciado a una oposición que ha mostrado debilidades, es posible que pueda recuperar terreno si logra tomar la iniciativa en la agenda pública.
Por ende, Gustavo Petro debe ser consciente de los riesgos que conlleva su posición, especialmente con una revisión crítica de su estrategia dentro de las próximas semanas. Un posible error político podría ser asumir que la mejora en las encuestas es algo permanente y no arriesgarse a hacer movimientos adicionales. Si algo sale mal, no será el único que sufrirá las consecuencias.
Ricardo Ávila Pinto
Especial para El Tiempo
En x: @ravilapinto