Francisco, Pope Fan de San Lorenzo –
- abril 22, 2025
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Por escritura deportiva Desde su infancia en el barrio de Flores, en Buenos Aires, hasta los emblemáticos Jardines del Vaticano, Jorge Mario Bergoglio nunca dejó de ser un
Por escritura deportiva Desde su infancia en el barrio de Flores, en Buenos Aires, hasta los emblemáticos Jardines del Vaticano, Jorge Mario Bergoglio nunca dejó de ser un
Por escritura deportiva
Desde su infancia en el barrio de Flores, en Buenos Aires, hasta los emblemáticos Jardines del Vaticano, Jorge Mario Bergoglio nunca dejó de ser un ferviente aficionado al fútbol, ni del equipo que ama, San Lorenzo, siendo un fiel seguidor de sus colores a lo largo de su vida. El Papa Francisco hizo historia al convertirse en el primer papa latinoamericano, así como en el primer jesuita en ocupar el trono de San Pedro. Su conexión con el fútbol era genuina, y su pasión por el deporte nunca se apagó. El pasado 21 de abril de 2025, su última bocina resonó en el mundo, pero su legado perdurará, como un buen clásico que siempre está en la memoria de los aficionados.
Un corazón del Barça
Era común escuchar a Papa Francisco hablar con admiración y nostalgia de su amado San Lorenzo de Almagro. Su tarjeta de socio era casi una reliquia que mostraba con un brillo especial en los ojos. «Soy de San Lorenzo desde 1946», solía decir, haciendo el paralelismo con la emoción de una falta en el minuto 90. En 2013, tras haber sido electo como Pontífice, el club le obsequió una camiseta firmada por todos los jugadores, la cual levantó como si fuera un trofeo, con una sonrisa que expresaba más que mil sermones.
Pero eso no fue todo. En 2014, cuando San Lorenzo conquistó la Copa Libertadores, una delegación del FC Barcelona viajó a Roma para entregarle el trofeo simbólico. El Papa, visiblemente emocionado, bromeó diciendo: «¡Recé tanto a San Lorenzo que finalmente me escucharon!»
El deporte como puente
La comprensión de Francisco sobre el deporte iba más allá de la competencia; lo veía como un medio de fraternidad y encuentro entre las personas. Durante su papado, promovió el diálogo interreligioso a través del deporte y recibió equipos de fútbol de diferentes partes del mundo, bendiciendo balones, camisetas y corazones. «El deporte une a los pueblos», era una de sus frases recurrentes. Estrellas como Neymar, Buffon y Messi no fueron tratadas como meras figuras del espectáculo, sino como hermanos en la fe y la lucha por un mundo mejor.
Dentro de sus iniciativas, creó eventos como «Jugamos por la paz», donde atletas de distintas disciplinas se unieron en un esfuerzo solidario. En una ocasión, expresó: «Si los líderes mundiales jugaran más al fútbol y hablaran menos sobre guerras, el mundo sería un lugar mejor». Estas palabras dejaron una huella profunda en quienes lo escucharon.
Nota 2
La anécdota con Maradona
Una de las conexiones más especiales que tuvo Francisco fue con Diego Armando Maradona. En 2014, durante un evento denominado «Fiesta por la paz», el ícono del fútbol argentino le obsequió una camiseta de la selección con una dedicación sentida: «Con todo mi amor para Francisco, mi amigo del alma». El Papa lo recibió con la humildad de un niño que encuentra a un amigo en la calle y, aunque nunca se metió en polémicas deportivas, siempre destacó a Diego no solo como un talento incomparable, sino también como un ser humano que buscó la redención a lo largo de su vida.
Hoy, tras su fallecimiento, el mundo deportivo se une en tributo. Desde las tribunas hasta las oficinas de los clubes, todos recuerdan al Papa que unió a la gente a través del amor por el fútbol.
Incluso el Maratón de Roma guardó un minuto de silencio de 42 segundos, «uno por cada kilómetro», en su honor.
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