Fifth Street, atibuida e incluso con banderas de 800 metros
– Tinta clara
junio 15, 2025
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Manuel estaba orgulloso de afirmar ser un veterano del ejército, pero también dijo lamentablemente que perdió a muchos de sus amigos durante la lucha intensa. La calle Quinta,
Manuel estaba orgulloso de afirmar ser un veterano del ejército, pero también dijo lamentablemente que perdió a muchos de sus amigos durante la lucha intensa.
La calle Quinta, hace mucho tiempo, no estaba llena de una demostración de paz. Foto:Juan Pablo Rueda / El TIempo
Eran otras veces, pero la misma guerra y muchas muertes, como las de los ataques perpetrados por disidentes de la FARC, bajo el mando de ‘Iván Bite’, el 10 de junio en Valle y Cauca, que dejó ocho muertos y más de 75 heridos en ambos departamentos.
La gigantesca bandera de Cali, confiado a la marcha
El veterano de las fuerzas militares, de 74 años, encabezó la caravana que cargó la bandera de Cali, de 800 metros de largo, casi un kilómetro de extensión, que el ex concejal de la ciudad y el empresario Carlos Andrés Clavijo encargó algunos bordados. Fue para viajar los 4.5 kilómetros que cubrían el enorme ‘Marzoa del Silencio’ este domingo.
La calle Quinta, hace mucho tiempo, no estaba llena de una demostración de paz. Foto:Juan Pablo Rueda / El TIempo
Y fue masivo desde el principio, el parque de Las Banderas, en el sur de la capital de Valle del Cauca. Los participantes llegaron vestidos de camisetas blancas, algunos con globos, otros con margaritas y banderas conmovedoras del National Tricolor. Los Vuvuzeles retumbaron en ese paso para caminar en la calle Quinta, el corredor de carretera que se une al norte con el centro y el sur de Cali.
Durante el viaje, los miles de manifestantes que atibraban el quinto en esa dirección hacia el Plazoleta Jairo Varela, icónico para una trompeta como monumento en honor al maestro del grupo de nicho. La frase «Forzar a Miguel, Force Miguel» y las oraciones, como el Santo Rosario del senador a quien un joven asesino a sueldo le disparó el 7 de junio, en un modelo de Modelia, en Bogotá, causando indignación en todo el país.
El Exconcejal dijo que mientras llevaba la bandera que la semana pasada visitó al senador y candidato presidencial en la Clínica de la Fundación Santa Fe, en la capital del país. «Sigue peleando. Es estable y peleando», dijo.
A pocos metros de él, Carmiña Jiménez comenzó a rezar el rosario, cuando los que encabezaron la marcha avanzaron 10 cuadras, aunque continuaron más personas del parque de Banderas. «Tenemos que ir por la paz, no nos matan», dijo la señora.
La calle Quinta, hace mucho tiempo, no estaba llena de una demostración de paz. Foto:Juan Pablo Rueda / El TIempo
Al lado del sello de Clavijo, otro pasó, exprimió: «Vamos a ir más tarde porque llevamos la bandera de Colombia». También midió unos 800 metros o más.
A medida que las marchas, los vehículos que viajaron en la dirección opuesta al sur, sonaron los altavoces en apoyo de la manifestación contra lo violento.
Muchos dijeron en la marcha: «Qué buena celebración del Día del Padre». Con calma, la movilización continuó sin entusiasmo, bajo un sol intenso que motivó a los vendedores de botellas de agua a hacer su ‘agosto’, transportando en sus carros, banderas de Colombia. Querían estar en sintonía con la ocasión.
La calle Quinta, hace mucho tiempo, no estaba llena de una demostración de paz. Foto:Juan Pablo Rueda / El TIempo
La ruta se giró a la derecha para buscar en el río Boulevard, un segmento solo para peatones de 900 metros, cerca de la misma longitud de las banderas que se enviaron para elaborar para este propósito.
Oraciones con minuto de silencio
Al llegar a la calle Octava con First Carrera o Colombia Avenue, en el centro, la marcha salió a la izquierda, cruzando el río Cali, a través del puente de La Cervecería. Pasó por el Instituto Departamental de Bellas Artes y a través del Parque Las Piedras hasta que llenó 2 North Avenue, donde está el Plazoleta Jairo Varela, frente a la oficina del alcalde de Cali.
Una vez, la manifestación masiva se acercaba, había canciones y más oraciones. Además, un minuto de silencio para luego cantar los himnos de Colombia y Cali. En las imágenes estaba el fervor de los asistentes que tomaron la plaza, ubicada entre el norte y el centro de la ciudad.
«Desde aquí (en la plataforma) vemos que aún más personas vienen de la calle Quinta», dijo quien tomó el micrófono para pedir el minuto de silencio. Habían pasado dos horas y media desde el comienzo de la ‘Marzoa del Silencio’ y después de más oraciones, la ciudadanía, tomada de las manos, terminó alegre y cantando la cumbia del memorable maestro Lucho Bermúdez. Era una voz al unísono repetir «Colombia Querida Tierra».
Carolina Bohórquez
Corresponsal de El Tiempo
Cali
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