Fedesarrarrollo advierte hasta el 45.8%
- mayo 7, 2025
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Un reciente informe técnico de Fedesarrollo ha encendido las alarmas en diversos sectores económicos del país al advertir sobre un posible incremento en las tasas de gas natural
Un reciente informe técnico de Fedesarrollo ha encendido las alarmas en diversos sectores económicos del país al advertir sobre un posible incremento en las tasas de gas natural
Un reciente informe técnico de Fedesarrollo ha encendido las alarmas en diversos sectores económicos del país al advertir sobre un posible incremento en las tasas de gas natural de hasta un 45.8% para el año 2026 en ciudades como Bogotá, Barranquilla, Medellín, Cali y Bucaramanga. Esta situación podría ocurrir si Colombia se ve obligada a satisfacer la mitad de su demanda a través de importaciones.
El informe, titulado «Gas natural: análisis de los efectos arancelarios de la caída en la producción nacional», presenta un escenario preocupante para el sector energético, así como para la industria y los hogares. La disminución de la producción de gas de origen local y la falta de nuevas exploraciones están propiciando una mayor dependencia de gas importado, el cual resulta más costoso debido a los complejos procesos de licuefacción, transporte y regasificación involucrados.
De acuerdo con el estudio realizado por la federación, la caída en la oferta nacional de gas se ha acelerado considerablemente en los últimos años. Para que esta tendencia continúe, se estima que para 2026, al menos el 50% del gas consumido por el país deberá ser importado, principalmente por vía marítima, a través de las plantas de regasificación situadas en la región del Caribe.
El gas importado tiene un precio mucho más elevado que el gas local. Debe ser licuado, transportado en barcos especializados y luego regasificado para su uso. Todo este proceso encarece el producto final, lo que se reflejará directa y negativamente en las tarifas que paguen los usuarios residenciales, comerciales e industriales.
César UparellaGerente de Diopi
Producción nacional de gas. Foto:Ballenas Field, Ecopetrol.
El color, que simboliza a la pequeña y mediana empresa del país, ha expresado su profunda inquietud por las repercusiones de este posible incremento. Para las empresas manufactureras, el gas no solo es un insumo energético esencial, sino que también constituye una variable determinante en sus costos operativos. «El aumento en el precio del gas impactará la competitividad industrial, podría resultar en cierres de negocios, pérdidas de empleo y frenar la reactivación económica», advirtió Uparella.
El experto también resaltó que este panorama se ve agravado por la decisión del gobierno nacional de suspender la exploración y explotación de nuevos depósitos de hidrocarburos y gas, una política que ha sido objeto de críticas por parte de varios gremios técnicos y económicos.
«Colombia tiene gas. Contamos con reservas en Casanare, en la región de Sucre y Córdoba, así como en alta mar frente a la costa del Caribe, cerca de Barranquilla. Sin embargo, si no se permite la exploración o el desarrollo de esas áreas, nos veremos en la necesidad de importar más gas a precios considerablemente más altos. Esa es una decisión política que compromete la seguridad energética del país», afirmó.
Imagen de referencia. Foto:Istock.
El informe de Fedesarrollo enfatiza la urgencia de reactivar la exploración y aumentar la producción local de gas. De no hacerlo, se proyecta que las tarifas podrían elevarse entre un 30% y un 45.8% en los próximos dos años, lo que tendría un impacto negativo en los hogares de clase media y baja, así como un efecto inflacionario considerable.
Además, se advierte que la infraestructura de importación actual no será suficiente si la dependencia del gas extranjero se duplica, lo que podría dar lugar a cuellos de botella, riesgos de escasez y una mayor exposición a las fluctuaciones del mercado internacional.
Llamado para rectificar la política energética
Gremios como ACOPI, Andi y expertos en el sector de energía minera han instado al gobierno a reconsiderar su decisión de suspender los contratos de exploración y reabrir la posibilidad de buscar nuevas fuentes de producción interna.
«La seguridad energética no puede depender de importaciones costosas. Necesitamos lograr un equilibrio: podemos avanzar en la transición energética, pero no podemos renunciar al gas natural que poseemos sin antes garantizar una fuente alterna segura y estable«, expresó Uparella.
El gerente también recordó que el gas es fundamental para sectores estratégicos como el de agronegocios, la generación de electricidad, el transporte y la producción de fertilizantes. Por lo tanto, enfatizó la necesidad de adoptar un enfoque técnico y no ideológico en las decisiones energéticas del país.
En medio de la creciente preocupación por una posible crisis arancelaria, Fedesarrollo y los sindicatos han destacado la necesidad apremiante de abrir un debate nacional sobre el futuro energético del país. Este debate debería incluir no solo la revisión de la política actual de exploración y explotación, sino también una hoja de ruta clara para asegurar un suministro sostenible y competitivo de gas natural.
«El país no puede llegar a 2026 sin una solución estructural. El riesgo no es solo un aumento de tarifas. Se trata de una crisis energética que compromete el bienestar de millones de colombianos y la viabilidad económica de cientos de empresas», concluyó Uparella.