Expolicióe asesinado en disparos en el área de la U. de Antioquia sería un testigo clave en caso de corrupción en Medellín
mayo 8, 2025
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El martes 6 de mayo pasado, la conmocionante noticia de un tiroteo en las cercanías del campus de la Universidad de Antioquia capturó la atención de los habitantes
El martes 6 de mayo pasado, la conmocionante noticia de un tiroteo en las cercanías del campus de la Universidad de Antioquia capturó la atención de los habitantes de Medellín. Este trágico evento resultó en la muerte de dos personas: un hombre, quien fue la víctima principal de este ataque armado, además de una mujer que trabajaba en el servicio de limpieza urbana de la ciudad.
Al inicio, el foco de la atención se centró en la mujer, identificada como Floría Mosquera, quien formaba parte del grupo conocido como ‘Escobitas’ de Emvarias. Lamentablemente, Floría recibió un impacto de bala en el pecho que le costó la vida en el lugar del incidente.
El asesinato del saqueo
Sin embargo, a medida que pasaban las horas tras el suceso, comenzaron a surgir más detalles sobre la víctima principal de los disparos. Se trataba de un hombre que se movilizaba en un camión Toyota en el sector de El Chagualo.
John Jairo Mazo Paniagua fue asesinado a tiros mientras se desplazaba por El Chagualo. Foto:Telemedellín cortesía.
Luego se identificó al hombre como John Jairo Mazo Paniagua, de 44 años, quien anteriormente había sido oficial de policía del Sijin en Medellín. Mazo había dejado la institución en 2006, tras haber estado uniformado durante 19 años.
Un año después de abandonar la policía, el 25 de agosto de 2007, tuvo un inconveniente legal: se le incautó un arma de fuego en el vecindario Enciso, al este de Medellín, la cual no contaba con los permisos necesarios. A pesar de que Mazo argumentó que había comenzado a trabajar como escolta, no se le devolvió el arma.
Más tarde, Mazo acumuló otras dos anotaciones legales relacionadas con vehículos robados. El primero ocurrió el 28 de septiembre de 2009, cuando fue detenido en el vecindario United mientras conducía una motocicleta que había sido robada el 27 de julio de 2002 en Belén Rosales. La segunda anotación data del 21 de julio de 2015, cuando fue capturado en el vecindario Acevedo por el delito de recepción tras ser encontrado en posesión de un coche robado en Guayabal.
Además, se registraron dos anotaciones adicionales; una relacionada con la perturbación de la posesión sobre la propiedad y otra por un acto sexual con una menor de 14 años.
El ataque a Mazo ocurrió mientras esperaba que el semáforo en la carrera 55 con calle 62 cambiara. En ese momento, dos hombres a bordo de una motocicleta se acercaron a su ventana, y uno de ellos disparó contra Mazo en al menos seis ocasiones, impactándolo en el torso y la cabeza.
Desafortunadamente, Paniagua Mazo murió en el lugar de los hechos.
Los atacantes se acercaron en una motocicleta y dispararon seis veces al hombre. Foto:Archivo privado
Tras el crimen, las autoridades iniciaron la investigación técnica necesaria para determinar el motivo detrás del ataque. Desde el principio, los investigadores notaron el modus operandi de los atacantes, lo cual indicaba que este fue un ataque premeditado.
Aunque se consideró la posibilidad de que el crimen estuviera relacionado con organizaciones criminales en la ciudad, documentos judiciales sugirieron que el asesinato de Mazo se debería a un intento de debilitar una investigación judicial, en la que el ex policía era un testigo clave.
¿Testigo clave?
Se afirmó que Mazo era uno de los testigos principales presentados por la oficina del fiscal general en un caso de corrupción policial que involucraba a cinco uniformados asignados al grupo contra robos de Sijin.
Los eventos se desarrollaron en julio de 2024, cuando el alcalde Juan Francisco Mancilla Barbosa, junto a los subintendentes Carlos Andrés Jiménez Noguera y Cristian David Valencia Valencia, así como los patrulleros Thyana Karina Rodríguez Melo y Jeisson Fernando Rolón Sepúlveda, se presentaron en una propiedad de Girardota con una orden de allanamiento falsa.
Según informes judiciales, esos uniformados accedieron al lugar, donde encontraron a un adulto mayor con su sobrina menor, y se apoderaron ilegalmente de un esquí valorado en más de 40 millones de pesos, además de un arma de fuego semiautomática. También se indicó que habrían extorsionado al anciano para que no hiciera denuncias en torno a la presencia de menores de edad. Aparentemente, la policía intentaba hacer creer que la menor era quien portaba el arma.
De este modo, el anciano habría acordado pagar la suma exigida de 20 millones de pesos, pero los funcionarios, movidos por la avaricia, exigieron otros 150 millones de pesos para no acusarlo de posesión de armas de fuego.
John Jairo Mazo Paniagua, consciente de los hechos gracias a sus conexiones en el Sijin, habría denunciado la situación ante las autoridades. Su acción resultó en la captura de los uniformados, quienes enfrentaron cargos en marzo por falsedad ideológica en documento público, fraude procesal, peculado y extorsión.
Todos los implicados fueron sometidos a medidas de aseguramiento en un centro penitenciario, mientras el proceso judicial avanzaba. Sin embargo, Time investigó y verificó que el 3 de abril, el defensor de los uniformados presentó una apelación argumentando que la captura había sido ilegal.
Fragmento del proceso judicial contra la policía. Foto:Tiempo.
El 30 de abril, se ordenó la reprogramación de la siguiente audiencia contra los uniformados del Sijin. En este contexto, el defensor solicitó la revocación de la medida cautelar impuesta a sus clientes. Esto ocurrió el lunes 5 de mayo, un día antes del asesinato de Mazo Paniagua, quien iba a actuar como testigo en la audiencia.
Time confirmó que la audiencia para evaluar la medida cautelar contra los cinco oficiales uniformados estaba programada para el viernes 9 de mayo a las 10:10 de la mañana.
Nicolás Tamayo Escalante
Periodista de la nación, en Medellín.
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