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Tecnología

Estados Unidos quiere construir un escudo antimisil sin precedentes llamado «Golden Dome». Y SpaceX tiene tecnología adecuada

  • abril 22, 2025
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La noción de un escudo antimisiles que resguarde a los Estados Unidos de agresiones externas no es algo novedoso, sino que ha estado presente en debates estratégicos desde

Estados Unidos quiere construir un escudo antimisil sin precedentes llamado «Golden Dome». Y SpaceX tiene tecnología adecuada

La noción de un escudo antimisiles que resguarde a los Estados Unidos de agresiones externas no es algo novedoso, sino que ha estado presente en debates estratégicos desde hace varias décadas. Durante la presidencia de Ronald Reagan, el país se aventuró en una idea futurista que fue conocida como «Star Wars». Sin embargo, este ambicioso proyecto no llegó a concretarse. Actualmente, la administración de Donald Trump está intentando reactivar esta temática, esta vez con las innovaciones tecnológicas del siglo XXI y un nombre que resulta incluso más amenazador: «Golden Dome» (La Cúpula Dorada).

Con tecnología de SpaceX. Al frente de la iniciativa para desarrollar partes esenciales del Golden Dome está un consorcio tecnológico con SpaceX, la empresa aeroespacial fundada por Elon Musk, como líder. Esta empresa se posiciona como la principal competidora en la construcción de este complejo sistema, según reportes de Reuters.

La propuesta de SpaceX consiste en la creación de una constelación que abarcaría entre 400 y más de 1,000 satélites dedicados a la detección de misiles hostiles. Estos satélites tendrían la capacidad de seguir las trayectorias de los proyectiles y decidir si representan una amenaza directa para la nación.

Adicionalmente, se proyecta una flota separada de aproximadamente 200 satélites que estarían equipados con sistemas armados, como misiles o láseres, que se encargarían de interceptar los misiles entrantes. Sin embargo, es importante mencionar que el grupo de SpaceX no participaría, de acuerdo con Reuters, en la sección ofensiva del sistema propuesto.

Vínculos conocidos. Además de SpaceX, otras dos empresas tecnológicas se han alineado con esta iniciativa: Palantir Technologies y Anduril Industries. Palantir es conocido por su software utilizado en el gobierno y fue cofundado por figuras notables como Alex Karp y Peter Thiel, quienes tienen lazos de amistad con Musk. Por su parte, Anduril se especializa en drones militares y tecnologías de defensa autónomas, y su creador más reconocido es Palmer Luckey, conocido por ser el fundador de Oculus VR. Todos ellos son millonarios y conocidos donantes de Donald Trump.

Si te interesa, suscríbete. La propuesta de SpaceX, Palantir y Anduril presenta un enfoque poco convencional para un contrato militar de tal envergadura: un modelo de suscripción. En lugar de que el Pentágono adquiera y posea la infraestructurasatélital, se sugiere que pague una tarifa para acceder a sus servicios.

Este método podría, según Reuters, facilitar la rápida implementación del sistema, eludiendo los procedimientos de adquisición típicos del Pentágono. Sin embargo, también implicaría un vínculo exclusivo con un proveedor, limitando el control gubernamental sobre el desarrollo y la fijación de precios futuros de la tecnología.

Después de que Reuters publicara esta información, surgieron preocupaciones sobre posibles conflictos de interés. En respuesta, Elon Musk contestó a través de su perfil en X, afirmando que «esto no es cierto», aunque no proporcionó más detalles al respecto.

Desde Iron Dome hasta Golden Dome. El nombre «Golden Dome» parece inspirado en la famosa Cúpula de Hierro de Israel. Sin embargo, las diferencias entre ambos sistemas son significativas: Israel, siendo un país pequeño, enfrenta amenazas de corto alcance, mientras que Estados Unidos es una nación continental con potenciales ataques desde múltiples vectores, incluyendo nuevos desafíos como los misiles hipersónicos que han desarrollado potencias como Rusia y China. Estos misiles, con trayectorias erráticas y velocidades extremas, suponen un reto que los sistemas actuales podrían no ser capaces de manejar.

Intentar replicar la Cúpula de Hierro a la escala estadounidense se presenta como una tarea tanto técnica como económicamente complicada. Por lo tanto, la alternativa más viable en este momento sería una solución basada en la constelación satelital de Starlink, cuyo costo se estima entre $6,000 y $10,000 millones.

Más política que defensa, por el momento. Aunque SpaceX y sus aliados parecen estar en una posición destacada, no se puede subestimar a los gigantes de la defensa tradicionales como Lockheed Martin, Northrop Grumman, RTX o Boeing, quienes también están pujando por su parte del proyecto. De hecho, el Pentágono ha recibido propuestas de más de 180 empresas diferentes.

La interrogante principal es si el Golden Dome realmente representará una innovación en la defensa contra amenazas tangibles, como las armas hipersónicas o sistemas de bombardeo orbital, o si simplemente se quedará como una promesa electoral más cerca de la ciencia ficción de «Star Wars» que de una estrategia militar efectiva. Lo que está claro es que, según la administración actual, nada de lo que planean realizar en el futuro puede preverse con certeza.

Imágenes | Peter Thiel y Elon Musk (PayPal); Starlink Stelas (Lowell)

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