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Entre aromas a azúcar derretida, colores que gritan alegría y el susurro de historias transmitidas de madre a hija, un grupo de mujeres artesanas caleñas convirtieron la Feria
Entre aromas a azúcar derretida, colores que gritan alegría y el susurro de historias transmitidas de madre a hija, un grupo de mujeres artesanas caleñas convirtieron la Feria Alfeñique 2025 en un espacio de encuentro cultural más allá de fronteras.
Desde el suroeste de Colombia hasta el corazón de México, las representantes de la Asociación de Mujeres Artesanas de Macetas (Asomacetas) Llevaron no sólo sus creaciones de azúcar, sino un legado centenario que es también resistencia, identidad y amor por lo que se hace con sus manos.
Durante el encuentro se realizaron talleres en torno a ambas tradiciones. Foto:alcaldía de cali
Invitados por el municipio de Toluca, los artesanos caleños participaron activamente en una de las celebraciones emblemáticas del Día de Muertos en México, donde el alfeñique, figuras de azúcar que honran a los difuntos, es un símbolo sagrado.
Pero esta vez, el azúcar también habló en español colombiano, con el sabor único de las ollas caleñas, esos pequeños envases de dulces que, desde hace más de 80 años, simbolizan la infancia, la esperanza y la memoria colectiva en los barrios populares de Cali que fortalece los lazos de amor entre padrinos y ahijados.
Durante cinco intensos días, la delegación, acompañada por funcionarios de la Secretaría de Cultura de Cali, no solo expuso sus piezas en la imponente Plaza de la Constitución, sino que también enseñó, aprendió y tendió puentes.
En talleres como ‘Corazón de Alfeñique’ intercambiaron técnicas: las mexicanas mostraron cómo moldear figuras de azúcar con moldes de yeso y caramelos de colores, mientras las caleñas revelaron el secreto de sus vasijas: el uso de panela, la mezcla artesanal con clavo y canela, y la forma de moldearlas con los dedos, sin moldes, como hacían sus abuelas.
Este intercambio es el primer paso para que artesanos de México también compartan en Cali. Foto:alcaldía de cali
Uno de los momentos más emotivos ocurrió en la Capilla Exenta, donde se presentó oficialmente el libro ‘Dulces y Artesanías de Asomacetas’, una recopilación fotográfica y testimonial que rescata las voces de 47 mujeres que, desde los barrios de San Antonio, La América y La Candelaria, convierten el azúcar en memoria viva.
“Nos enseñaron a ver el azúcar como algo más que un dulce: como un acto de amor, de resistencia, de historia”, dijo un asistente mexicano luego de la presentación.
Con la emoción de vivir este intercambio cultural, la presidenta de Asomacetas, Magda Vargas, manifestó: “Expresamos nuestro profundo agradecimiento a la Alcaldía de Cali y el apoyo incondicional del Ministerio de Cultura, fundamental para visibilizar nuestra tradición. Gracias por permitirnos vivir esta experiencia internacional que, sin duda, fortalecerá los vínculos culturales y fortalecerá nuestras prácticas. También agradecemos la maravillosa bienvenida que recibimos, que nos hizo sentir su incomparable hospitalidad.”.
Cabe señalar que este encuentro no se limitó al intercambio de conocimientos. Como cierre simbólico, se firmó un Memorando de Entendimiento entre la Secretaría de Cultura Distrital de Cali, la Oficina de Relaciones y Cooperación de Cali y la Dirección General de Educación, Cultura y Turismo de Toluca. Este acuerdo abre la puerta a proyectos conjuntos en:
– Intercambio de artesanos para formación técnica.
– Desarrollo de rutas turísticas culturales ‘Dulces y Artesanales’.
– Creación de una exposición itinerante sobre ‘Azúcares del mundo: de Cali a Toluca’ y la posibilidad de que artesanos mexicanos visiten Cali en 2026 para participar en la tradicional Feria de Macetas.
El alfeñique, uno de los elementos claves de las ollas caleñas. Foto:alcaldía de cali
“Cuando una artesana caleña enseña a darle forma a una vasija, no solo transmite una técnica: transmite la historia de una ciudad que cree en su gente, en su capacidad de transformar la vida cotidiana en arte y en el liderazgo femenino como motor de cambio”, destacó la Secretaría de Cultura de Cali.
La Feria del Alfeñique 2025 cerró con una ceremonia de ofrendas compartidas: ollas caleñas junto a calaveras de azúcar mexicanas, velas encendidas y un mural colectivo donde niños de ambos países pintaron sus sueños con colores dulces.
En las calles de Toluca el olor a azúcar quemado se mezclaba con el de canela y nostalgia. Pero también, con la de la esperanza: la de dos pueblos hermanos que, a través de la dulzura, descubrieron que la cultura no necesita traducción. Sólo necesita manos que crean, que recuerden y que compartan.
JOSÉ ANTONIO MINOTA HURTADO
EDITORIAL EL TIEMPO CASA
COLOMBIA
Panorama de Tigo y Movistar ante una posible fusión. Foto:
