Recientemente, las declaraciones del Ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, dirigidas hacia la gerente de la Compañía Social del Estado (ESA) de la Meta, María del Carmen Rodríguez, han generado gran controversia y críticas contundentes de múltiples sectores. Estos comentarios se produjeron durante una visita a un hospital en Puerto Gaitán, donde muchos han calificado el comportamiento del ministro como una falta de respeto, así como una acción inaceptable.

Uno de los primeros en manifestar su desaprobación fue el gobernador de Meta, Rafael Cortés, quien vehemente expuso: “Como mujer y defensora de nuestros derechos, debo plantear mi voz de protesta más enérgica. No hay justificación alguna para que se dirija de esa manera a una mujer, aprovechando su posición de poder. Dicha actitud no solo intimida, sino que es completamente inadmisible, especialmente al desear que ‘se enferme’ y que sea forzada a separarse de su tierra y de su familia”.

Durante la mencionada visita, y en presencia del personal del Centro Médico, el ministro expresó: «Con suerte te tocará y te enfermarás aquí y no tendrás familia, hijuepin, así que la envié a Villavicencio y Bogotá”, refiriéndose a pacientes que intentaban planificar emergencias y hospitalizaciones lejos de su localidad. Este tipo de declaraciones ha sido visto como una grave falta de respeto hacia no solo la gerente, sino hacia toda la comunidad.

Alfonso Jaramillo criticó la manera en que la administración departamental gestiona los puestos de salud: «No se puede simplemente creer que tener esos recursos significa que se está haciendo algo. Carecer de una gestión adecuada o un gerente competente no es aceptable», añadió, enfatizando que las gobernaciones no deberían encargarse de los niveles primarios de atención.

El gobernador recordó que en Puerto Gaitán, donde el ministro protagonizó este lamentable incidente, se había dado un evento trágico recientemente, cuando asesinaron a una madre y a su hija. Indicó, “¿Este es el tipo de ejemplo que quieres ofrecer a otros hombres? Ningún ministro tiene derecho a insultar o amenazar a las mujeres, y esto no lo permitiremos.” Esta agresividad verbal, según su percepción, es un reflejo de un abuso de poder comúnmente inherente a la cultura patriarcal, donde se insulta a las mujeres ‘por su bien’ y posteriormente se justifica con supuestos actos de bondad.

Aparte de esto, el gobernador también cuestionó la dualidad en las posturas del ministro. Señaló: “Felicitas y reconoces en privado el trabajo del sector salud en Meta, mientras que en público optas por insultar y menospreciar a sus profesionales». Además, le instó a presentar cualquier evidencia de mala gestión antes de difamar a los funcionarios como ladrones o corruptos.

Asimismo, el gobernador enfatizó que los funcionarios públicos no pueden considerarse dueños de la moral y los principios, reiterando su apoyo a la gerente de la ESE, quien se ha visto seriamente afectada por lo que él califica como un abuso de autoridad y ha preferido no hacer declaraciones públicas sobre el tema.

Villavicencio

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