El icónico templo de la salsa busca reconocimiento oficial
– Tinta clara
noviembre 2, 2025
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En medio de una noche llena de ritmo, memoria y emociones, lLa Secretaría de Cultura y Patrimonio de Barranquilla anunció que La Troja, el emblemático estadio que por
En medio de una noche llena de ritmo, memoria y emociones, lLa Secretaría de Cultura y Patrimonio de Barranquilla anunció que La Troja, el emblemático estadio que por más de cuatro décadas ha sido punto de encuentro de salseros locales y visitantes, Entrará en trámite para ser incluido como Bien de Interés Cultural del Distrito.
El anuncio fue hecho por el secretario de Cultura, Juan Carlos Ospino, durante la celebración del Día de la Salsa en Barranquilla, en un evento que se desarrolló en la misma sede de La Troja, ubicada en la tradicional esquina de la carrera 44 y calle 74. El funcionario destacó que Esta medida busca preservar y reconocer el legado musical y cultural del lugar que se ha convertido en un icono de identidad de la ciudad.
“A partir de este martes iniciaremos el proceso para incluir a La Troja en la lista de candidatos a Bienes de Interés Cultural del Distrito. Queremos visibilizar y conservar los espacios que mantienen viva la esencia de Barranquilla”, dijo Ospino ante un público que respondió con aplausos y congas.
Un homenaje al legado de Edwin Madera
Edwin ‘Guayacán’ Madera, dueño y alma de La Troja. Foto:Redes sociales
El anuncio se hizo durante la conmemoración del Día de la Salsa en Barranquilla, fecha establecida en homenaje a Edwin Madera, fundador de La Troja, conocido como “el más cool de los culis”. Madera fue un apasionado promotor cultural y musical que, desde finales de los años 70, transformó un rincón del barrio Recreo en un santuario para los amantes de la salsa clásica.
Estuvieron presentes en la velada Darlin Celis, la viuda de Madera, sus hijos y decenas de trojeros como se autodenominan los fieles seguidores del lugar. La jornada transcurrió, como siempre en La Troja, al ritmo de los éxitos inmortales de Héctor Lavoe, Ismael Rivera y Rubén Blades, mientras la memoria viva del fundador resonaba en las paredes.
“Edwin hizo de La Troja un símbolo de alegría y cultura barranquillera. Este reconocimiento no sólo es merecido, sino necesario para que las nuevas generaciones entiendan lo que representa”, afirmó Celis visiblemente conmovida.
Un espacio que trasciende generaciones
La Troja, Barranquilla Foto:Cortesía
Durante el evento, El presidente del 44 Carnaval, Édgar Blanco, destacó que, si bien La Troja es un establecimiento privado, su significado es de todos los barranquilleros. «Es un patrimonio colectivo. Aquí bailamos, celebramos y compartimos sin distinciones. Eso somos como ciudad», afirmó.
el lugar, Fundado hace más de 45 años, ha sido testigo de la transformación urbana y cultural de Barranquilla. A lo largo de su historia ha acogido a músicos, melómanos y visitantes de todo el mundo, convirtiéndose en un referente del turismo musical y popular en el Caribe colombiano.
La propuesta de declararlo Bien de Interés Cultural implica que La Troja ingresa a un proceso de valoración patrimonial que evalúa su importancia histórica, social y simbólica dentro de la vida cultural de la ciudad. De aprobarse, el patrimonio podría acceder a apoyo institucional para su preservación, además de integrarse a la red oficial de sitios patrimoniales del Distrito.
Conserva la esencia de la salsa Barranquilla
La Troja, Barranquilla. Foto:Cortesía
Para el Ministerio de Cultura, este reconocimiento no sólo busca proteger un bien emblemático, sino también mantener viva la tradición musical y comunitaria que le da sentido. La Troja representa un modelo de convivencia popular en torno a la música, en el que convergen generaciones, clases sociales y culturas.
La iniciativa coincide con el interés del Distrito de fortalecer su política de patrimonio inmaterial, que ya ha permitido el reconocimiento de expresiones como el Carnaval de Barranquilla y danzas tradicionales caribeñas. En este contextoLa Troja simboliza una continuidad entre el pasado y el presente de la ciudad, un espacio donde la salsa sigue siendo un lenguaje de identidad colectiva.
La velada, que reunió a artistas locales, gestores culturales y decenas de melómanos, cerró de la manera más coherente posible: al son de trompetas, timbales y soneros legendarios.. La música volvió a llenar el rincón más salsero de Barranquilla, confirmando que, más allá de una resolución o una declaración, La Troja ya pertenece al patrimonio emocional de toda una ciudad.