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La trágica historia de Alba Rubiela Guerrero Angulo, de 53 años, resalta la grave problemática de la violencia intrafamiliar en Colombia. Este suceso, que tiene a muchos en
La trágica historia de Alba Rubiela Guerrero Angulo, de 53 años, resalta la grave problemática de la violencia intrafamiliar en Colombia. Este suceso, que tiene a muchos en estado de shock, se produjo en el municipio de Magangué, en Bolívar, y marca una devastadora pérdida, no solo para su familia, sino también para la comunidad que la conocía y respetaba por su labor social. La vida de Alba fue arrebatada por su propio hijo, Francisco Javier Meza Guerrero, en un acto de violencia incomprensible que se originó por una disputa relacionada con un subsidio que ella había recibido.
El fatídico evento ocurrió frente a la casa de Alba, en la calle 20 con Carrera 21c, en la zona de La Esmeralda. Justo después de haber terminado un día de trabajo vendiendo productos cerca del Centro Cultural Chico Cervantes, Alba recibió a su hijo, quien llegó a la residencia con un evidente descontento. La discusión entre ellos se intensificó cuando ella se negó rotundamente a entregarle parte del dinero del subsidio, lo que desencadenó un conflicto que resultaría mortal.
La policía ha señalado que la discusión se tornó tan violenta que Francisco, en un arranque de ira, entró a la casa, tomó un cuchillo y apuñaló a su madre. Las heridas fueron severas, seis en total; tres en el tórax y tres en el abdomen. Esto ocurrió con una rapidez escalofriante y, después de cometer el acto, él huyó de la escena, dejando a su madre gravemente herida.
A pesar de los esfuerzos inmediatos de los vecinos, quienes lograron trasladar a Alba al hospital La Divina Misericordia con signos vitales, su situación era crítica y, lamentablemente, la labor del equipo médico no fue suficiente para salvarla. Alba falleció poco después de ser atendida.
La pronta respuesta de la comunidad fue crucial; gracias a la alerta que emitieron, la policía pudo arrestar a Francisco Meza Guerrero apenas unas pocas cuadras del lugar del crimen. Cuando fue detenido, llevaba en su mano un cuchillo ensangrentado, que presuntamente fue el arma del delito.
Francisco Meza mató a su propia madre. Foto:Policía nacional
Antes de su captura, los agentes del orden habían recibido un llamado sobre la discusión acalorada entre madre e hijo. «Una patrulla acudió rápidamente al lugar y lograron ver a un joven que corría. Sin perderlo de vista, lo siguieron y lo detuvieron con un cuchillo de mango negro en su mano manchada de sangre», reportaron las autoridades en un comunicado.
Sobre los motivos detrás del crimen, la policía reveló que el agresor expresó que su madre era responsable del subsidio que había recibido y, tras su negativa a entregarle parte del dinero, su ira se desbordó, llevándolo a atacar de manera violenta.
La muerte de Alba Rubiela Guerrero ha caído como un balde de agua fría en la comunidad de Magangué. En vida, fue una abogada de las causas sociales y un pilar en su comunidad. Su dedicación se manifestó a través de su liderazgo en la Junta de Acción Comunitaria del vecindario La Esmeralda 2, donde trabajó infatigablemente por el bienestar de sus vecinos.
El alcalde de Magangué, Pedro Alí, se pronunció en un comunicado lamentando la pérdida de «nuestra amiga y colaboradora permanente y defensora de causas comunales, víctimas y otros sectores, Alba Guerrero Angulo». Su muerte deja un vacío en la comunidad, que recuerda su legado de lucha y servicio.
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