El dilema del crecimiento y el riesgo de aumento de los precios de los servicios.
– Tinta clara
noviembre 17, 2025
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Las negociaciones sobre el salario mínimo para 2026, que se establecerá formalmente el 1 de diciembre, enfrentan un panorama complejo. La inflación en Colombia, que es el piso
Las negociaciones sobre el salario mínimo para 2026, que se establecerá formalmente el 1 de diciembre, enfrentan un panorama complejo. La inflación en Colombia, que es el piso técnico para decidir el aumento, fue de 5,51 por ciento anual en octubre de 2025, marcando el cuarto mes consecutivo de crecimiento y alcanzando el nivel más alto del año.
Este escenario ya está generando desacuerdos entre Gobierno, empresarios y sindicatos y plantea un dilema: cómo compensar el poder adquisitivo sin generar mayor inflación.
Aunque el Banco de la República pronostica que la inflación terminará en 2025 en 5,1 por ciento y disminuirá a 3,6 por ciento en 2026, el reciente salto ha alarmado.
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Luis Fernando Mejía, director ejecutivo de Fedesarroll, señaló en diálogo con Infobae Colombia que Esta situación «reduce el poder adquisitivo de las familias, especialmente de aquellas con menores ingresos».
Debido a esta retención de precios, el Banco de la República ha mantenido la tasa de interés de referencia en 9,25 por ciento. Según Mejía, las cifras recientes dan la razón al banco, ya que «los riesgos de presiones inflacionarias asociadas a un alto déficit fiscal y un aumento del 11% en el salario mínimo se están materializando».
Contra la propuesta de aumentar el salario mínimo
Las negociaciones aún no han comenzado, pero las posiciones ya están definidas y distantes:
* Propuesta del Gobierno: El presidente Gustavo Petro propuso un aumento del 11 por ciento, lo que elevaría el salario mínimo de 1.423.500 pesos a alrededor de 1.580.085 pesos. El Ministerio de Hacienda apoya el aumento como medio de redistribución.
* Propuesta técnica: Los expertos estiman que el ajuste mínimo, sumando la inflación (5,1 por ciento) y la productividad proyectada (que Mejía sitúa entre 0 y 1 por ciento), debería oscilar entre 6,5 por ciento y 7,2 por ciento.
* Gremios: Sectores como Fenalco criticaron el 11 por ciento propuesto, señalando los riesgos para la apertura del empleo formal y el acercamiento a la inflación.
Luis Fernando Mejía, director de Fedesarroll foto:ACP
Riesgo de aumento del precio del servicio.
En entrevista con Infobae, Luis Fernando Mejía advirtió que la alta inflación dificulta las negociaciones. Por un lado, los trabajadores están tratando de compensar la pérdida de salarios, pero por otro, un aumento muy alto puede alimentar nuevas presiones inflacionarias.
Desde Fedesarroll, Mejía estimó que un aumento razonable sería entre 6 y 7 por ciento, rango que «mantendría el poder adquisitivo y estaría en línea con la situación macroeconómica actual».
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El director de Fedesarroll advirtió sobre el riesgo de que se repita un aumento superior al 10 por ciento, como en años pasados. «Un ajuste excesivo aumenta los costos laborales, encarece los servicios y puede llevar a que estos costos se trasladen a los precios, especialmente en los sectores intensivos en mano de obra», afirmó.
Este punto es crucial, porque el aumento del salario mínimo no ocurre en el vacío. A esto se suman otros factores, como la reforma laboral, que también afectan los costos laborales del empleo formal, lo que podría tener un «efecto adverso sobre la formalidad y la trayectoria de reducción de la inflación».
*Esta nota fue preparada con el apoyo de AI y revisión de periodistas.