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El bidé está muerto. El metro cuadrado lo mató y el diseño escandinavo lo enterró – Tinta clara

  • octubre 23, 2025
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En los baños españoles un elemento clásico está desapareciendo silenciosamente. El bidé estaba en casi todos los hogares y era tan inseparable del inodoro como el espejo del

El bidé está muerto. El metro cuadrado lo mató y el diseño escandinavo lo enterró

 – Tinta clara

En los baños españoles un elemento clásico está desapareciendo silenciosamente. El bidé estaba en casi todos los hogares y era tan inseparable del inodoro como el espejo del lavabo. Pero algo ha cambiado. Hoy en día, en los apartamentos urbanos nuevos y en las reformas modernas, el bidé se ha convertido en un lujo espacial. En cambio, según detalla la interiorista Pia Capdevila en Arquitectura y Diseño: «Hace un tiempo las sustituimos por duchas sanitarias, que ocupan menos espacio y son mucho más funcionales en baños pequeños.»

¿Qué quieres decir con un grifo? El cambio ha sido progresivo pero imparable. alrededor del El 60% de los hogares españoles Todavía existen bidés, pero en nuevas construcciones y reformas su desaparición es casi total. Las razones son simples, como explica la interiorista Ana García para El Mueble: Los baños se han reducido –en las ciudades suelen rondar los 4 metros cuadrados– y cada centímetro cuenta. Mantener un bidé supone reservar unos 60 centímetros de ancho junto al inodoro, un espacio que se puede aprovechar para una ducha más grande, un mueble con cajones o simplemente para ganar comodidad.

En este contexto, la ducha higiénica o “ducha sanitaria” se ha convertido en el gran sustituto. «Son grifos con una pequeña manguera y rociador que se instalan al lado del inodoro. No ocupan casi espacio y son muy funcionales», añade García. De hecho, en países como Tailandia o Indonesia, este sistema -conocido popularmente como pistola de auge— es el estándar de higiene doméstica.

Una nueva estética que lo invade todo. Decir adiós al bidé no es sólo una cuestión de espacio, sino de cambio cultural y generacional. El arquitecto Carlos Alonso. así resume el fenómeno en una entrevista para El Muble: «Un cliente que ya tiene un bidé seguramente querrá conservarlo. Pero uno que nunca ha tenido uno probablemente ni siquiera se lo planteará.» La higiene personal se entiende de una forma diferente, más rápida y funcional, sin piezas adicionales que interrumpan la estética limpia del baño.

Las viviendas, cada vez más pequeñas y versátiles, priorizan el orden visual y la eficiencia. La arquitecta Miriam Gómez en el mismo medio señala: «Colocar un bidé en el baño es un error muy típico. Ocupa mucho espacio y apenas se utiliza. Lo sustituimos por una ducha sanitaria al lado del WC.» Sólo algunos casos -baños grandes o viviendas con personas mayores acostumbradas a su uso- justifican su mantenimiento. Pero el clásico bidé, ese inodoro bajo y robusto, ya es una pieza de otra época.

Entonces, ¿qué es mejor? El dilema ya no es “¿bidet sí o no?”, sino cómo mantener la misma higiene sin perder espacio ni estilo. En los baños actuales, donde el metro cuadrado vale oro, las soluciones incluyen opciones compactas y funcionales. Las más habituales son las duchas higiénicas o duchas laterales, pequeños grifos con flexo que se instalan junto al inodoro y permiten lavar con agua sin ocupar más espacio. «Cuando el espacio no permite un bidé, recomendamos un grifo adosado al inodoro, con dos canales de agua. Es más estético, ocupa menos espacio y es igual de funcional», explica el arquitecto Carlos Alonso.

Sin embargo, si lo que buscas es un paso más en comodidad, el futuro ya está aquí: los sanitarios japoneses -también llamados inodoros inteligentes o washlets- están ganando terreno en España. Según Arquitectura y DiseñoCada vez son más los hogares que los incorporan, sobre todo en viviendas de obra nueva, por su funcionalidad y diseño compacto. Integran funciones de lavado, secado, control de temperatura e incluso desodorización automática. La diseñadora Eva Mesa, de Tinda’s Project, lo explica con experiencia personal: «La primera vez que probé un inodoro japonés entendí que era un sistema más coherente, más limpio y más evolucionado. Una vez que lo conoces no hay vuelta atrás».

¿Y qué es más higiénico? Aunque el bidé ha perdido terreno, los expertos médicos siguen defendiendo el uso del agua como el método más higiénico para el aseo personal. Según la Dra. Cindy KinComo cirujano colorrectal del Centro Médico de la Universidad de Stanford, el agua es el tratamiento estándar para eliminar la suciedad corporal en casi todos los contextos. Además, señala que quienes utilizan bidés o duchas de agua tienen entre siete y diez veces menos bacterias en sus manos que quienes utilizan sólo papel higiénico. Finalmente, detalla que el agua previene la irritación que puede provocar el papel seco y está especialmente recomendada para personas con piel sensible, hemorroides o en etapa postparto.

El futuro del bidé depende del mapa. Una publicación de The Big Data Stats eso se volvió viral En redes mostró cómo más de 60 países en el mundo aún utilizan el bidé o algún sistema similar de higiene del agua. El mapa no revelaba nada que no pudiéramos intuir, pero sí lo confirmaba con datos: el bidé sigue vivo, aunque no en todas partes de la misma manera.

En España, concretamente en Zamora, su instalación sigue siendo obligatoria por normativa urbanística, una excepción que sorprende incluso a los arquitectos municipales. Mirando hacia nuestros vecinos italianos, el bidé también es ley: desde 1975 es obligatorio en todos los baños. Por su parte, cruzando el Atlántico, en Argentina, Paraguay y Uruguay, el bidé mantiene una fuerte presencia cultural, tan arraigada como el mate o la botella de agua. Por otro lado, en gran parte de Asia y Medio Oriente la costumbre persiste, pero en otro formato: el del grifo lateral o ducha manual, como ocurre en Tailandia, India o Egipto, o incluso en Brasil, donde la versión con flexo se impuso al tradicional bidé.

El baño del futuro. La tendencia es clara: el baño será más compacto, tecnológico y sostenible. Quizás dentro de unos años recordemos el bidé como una reliquia doméstica, como el teléfono fijo o el tocadiscos: algo que era imprescindible y que hoy apenas sobrevive.

Pero su esencia, la higiene con agua, sigue más viva que nunca. Porque al final, más que un cambio de costumbres, decir adiós al bidé refleja cómo vivimos hoy: con menos metros y más diseño.

Imagen | desempaquetar y DavidB4

| El bidé está desapareciendo en los baños de toda España excepto en Zamora. Allí lo exige la ley.