¿Cómo evitar que el país se quede sin energía? – Tinta clara
- noviembre 2, 2025
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En marzo de 1992 estalló en Colombia la crisis del apagón por causa del fenómeno de ‘El Niño’. Durante prácticamente un año, hubo cortes de energía de hasta
En marzo de 1992 estalló en Colombia la crisis del apagón por causa del fenómeno de ‘El Niño’. Durante prácticamente un año, hubo cortes de energía de hasta
En marzo de 1992 estalló en Colombia la crisis del apagón por causa del fenómeno de ‘El Niño’. Durante prácticamente un año, hubo cortes de energía de hasta diez horas diarias en todo el país. “El costo, según algunos estimativos, fue de dos puntos del Producto Interno Bruto (PIB), unos 35 billones de pesos de hoy”, explicó Tomás González, exministro de Minas y Energía y experto del Centro Regional de Estudios de Energía (CREE).
González fue el invitado especial al tercer encuentro del ciclo 2025 de “Líderes y empresas que construyen país”, convocado por Casa Editorial EL TIEMPO para debatir temas de alto interés para Colombia.
El de la energía es, sin duda, uno de ellos, porque, como expresó González, es la “sangre del sistema”: mueve industrias, bancos, buses, comercios, y también es indispensable en acueductos, colegios, hospitales y hogares.
“La energía es un factor absolutamente crítico para saber si podemos crecer al 2 o al 3% y más”, dijo en la apertura de la reunión Felipe Bayón, expresidente de Ecopetrol, y conductor de los encuentros, junto a Ricardo Ávila, analista senior de EL TIEMPO.
Al presentar al invitado, Bayón, hoy presidente de GeoPark, multinacional del petróleo y gas, destacó que, mientras hoy en todo el sector petrolero colombiano la inversión anual está entre los 4.000 y 4.500 millones de dólares, solo en una provincia de Argentina, Neuquén, esta llegará a 15.000 millones de dólares.
Tener suficiencia energética le permitirá a ese país darles la bienvenida a inversiones como la de OpenAI (Chat GPT), de 25.000 millones de dólares, para centros de datos altamente demandantes de este servicio.
Bayón llamó a adoptar un plan similar y destacó que el trabajo del exministro González bien puede presentarse a los candidatos presidenciales del 2026 como una hoja de ruta para que el país no se quede sin energía.
Tenemos que recuperar a Ecopetrol y volver a una junta directiva sin políticos y con gente independiente que entienda realmente el negocio”.
TomÁs gonzález
Exministro de Minas y Energía y experto en el sector.
El apagón del 92, dijo González, fue una crisis que el país supo aprovechar y lo hizo dejando atrás un sistema público, que fijaba tarifas con criterios políticos y no técnicos y tenía poca capacidad para invertir, y abriendo el sector a la inversión privada nacional y extranjera. Además, se generó una regulación técnica independiente y se crearon instituciones especializadas como la Comisión Reguladora de Energía y Gas (CREG) y la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME).
“Y nos ha ido bien. Pasamos de niveles de cobertura de 76% en 1995 a casi cobertura plena”. El otro gran logro ha sido la confiabilidad del sistema eléctrico, que no ha permitido que el país se apague de nuevo pese a que ha habido “Niños” más intensos y prolongados que el de 1992. “No nos hemos apagado porque logramos que llegaran las inversiones de manera correcta, con la regulación correcta y los inversionistas correctos”.
En ese lapso de treinta años largos, Colombia, en hidrocarburos, pasó de producir 450 mil barriles al día en promedio a más de un millón (2015), lo que después se ha mantenido en 780 mil barriles. “Tenemos más o menos un 80% más de producción y lo importante es que ese petróleo ha sido más impuestos, más regalías, más posibilidades de desarrollo”, resaltó González.
Sin embargo, el gobierno actual llegó en 2022 con una promesa de disrupción en lo energético, concentrada en marchitar los combustibles fósiles lo más rápido que se pudiera, aumentar la participación de las energías renovables en el sistema e introducir un componente social fuerte, sobre todo en materia de tarifas. Todo esto ha frenado inversiones y puesto en riesgo “el flujo de sangre al sistema”.
Para cambiar el panorama, hay cuatro cosas que, según González, debe hacer el próximo Presidente, “le guste o no le guste y sea cual sea su color político”.
Lo primero es asegurar la cobertura universal. “Hay que arrancar por ahí porque no creo que sea sostenible todo lo que hay que hacer si mantenemos los niveles de exclusión”. Los estudios indican que hay una relación fuerte entre tener acceso y consumir más energía y empezar a desarrollarse. Según datos de la UPME, hay 1,4 millones de viviendas sin el servicio. “Son 4,1 millones de colombianos, casi la mitad de Bogotá, sin acceso a la energía”.
La solución más barata para el 29% es conectarla al sistema eléctrico; para otro 25% son las soluciones individuales (solares, normalmente) y para el resto, que es casi la mitad, las microrredes. En total, se necesitan 32 billones de pesos para cerrar esa brecha. Para González, es un número importante, pero no imposible, que se podría abordar con una “estrategia de escalera”.
La segunda tarea indispensable es asegurar la oferta, en lo cual hay retos grandes, según el experto. Entre el 2026-2027 ya no se tendrá suficiente energía para atender toda la demanda, según datos de XM. “Esto nos dicen que si queremos cubrirla entre 2026 y 2027, vamos a tener que expandir el sistema como está previsto”.
Los proyectos pendientes, sobre todo solares, deben entrar, pero también las térmicas deben poder funcionar a plena capacidad. “Con una agravante: las térmicas usan gas o carbón, y hoy hay déficit de gas, que estamos teniendo que importar, y el carbón es una ‘súpermala palabra’ en el contexto actual. ¿Quién le mete la inversión a una térmica, si no sabe cómo va a cambiar la regulación o políticamente vamos a seguir donde estamos?”.
Pero la expansión no va bien. Un gráfico muestra que está entrando, en el mejor de los casos, el 25% de lo que debe entrar. Según González, la razón fundamental de esto son las dificultades con los permisos y acuerdos comunitarios necesarios para iniciar los proyectos.
Por otro lado, hay problemas con los cables: los proyectos de expansión de la transmisión tienen un nivel de retraso de casi cuatro años y medio.
Según González, el desafío en materia de expansión de la generación y la transmisión es gigantesco, tanto con una transición energética rápida como con una lenta. Las proyecciones que presentó indican que las 21 gigas de generación de hoy habría que multiplicarlas por cinco y media veces en el primer caso y por tres y media veces en el segundo. Las energías renovables, además, deberían alcanzar una participación de más del 60% de la oferta.
Otro tema crucial es la interconexión. Un ejercicio hecho con ISA y la Escuela de Ingeniería de Antioquia sobre el flujo de energía entre regiones muestra que, si hoy Antioquia es la que más envía energía al resto del país, en el futuro lo será la región Caribe con sus recursos solares.
“En ese escenario no podemos seguir dándonos el lujo de tener en esa zona solo una línea colectora de 500 (kV). Necesitaríamos entre 15 y 17 líneas de 500 o entre 39 y 43 de 230 a 2040, pero basta pensar en lo que sería eso en términos de permisos, consultas y tiempo de transición”. En total, se debe hacer 30 líneas de 500 en 15 años, “con atrasos de 4 años y medio”.
La inversión total necesaria para la expansión eléctrica podría llegar a unos 80.000 millones de dólares, según el experto. “El sector público, así quisiera, no puede hacer ese esfuerzo. Esto requiere del sector privado”. Pero ese sector espera señales correctas que deberían incluir políticas responsables y menos riesgos sociales y de entorno.
La tercera tarea urgente, explicó González, es evitar el apagón financiero de las empresas del sector. Hoy se les deben 5,9 billones de pesos, de los cuales 2,5 billones son de alivios de la pandemia, 2,1 billones de subsidios y 1,3 billones se relacionan con deuda oficial (hospitales, colegios, etc.).
Los problemas tarifarios en la región Caribe, que tienen en jaque a las empresas Aire y Afinia, son una amenaza para el sistema. Esto, según el exministro, amerita hacer lo que se hizo en su momento con Medellín para que pudiera terminar el metro: destinar recursos de todo el país para superar el escollo. “Nos toca ayudarle porque es mucho lo que tiene que hacer la Costa por el resto del país”.
El balance fiscal del sector también es delicado, pese a que aporta unos 63 billones de pesos, siendo Ecopetrol una pieza clave, que necesita mantener y ampliar sus posibilidades de inversión y producción. “Tenemos que recuperar a Ecopetrol y volver a una junta sin políticos, y con gente independiente que entienda el negocio”.
Por otro lado, el exministro llamó la atención sobre los subsidios a los combustibles fósiles, que se llevaron casi 80 billones de pesos en los últimos 4 años. González explicó que, eliminando los que quedan del diésel (cuyo precio está por debajo del promedio regional), se generarían 8 billones de pesos para resolver las necesidades fiscales dentro del sector. Con esos recursos se podría mejorar la cobertura energética y ayudar al Caribe, por ejemplo. “La reforma tributaria está dentro del sector y no requiere pasar por el Congreso”.
Finalmente, la cuarta prioridad planteada es “repensar la transición energética”, partiendo de la imposibilidad de cumplir los compromisos en materia de reducción de emisiones para el 2030 y buscando que sea más realista y justa.
Colombia ya no tiene suficiente gas para atender su demanda interna, no solo de industrias, comercios y hogares, sino de las generadoras térmicas. En el 2028, una tercera parte de las necesidades no se podrá cubrir con gas propio. Solo volvería a tener suficientes recursos al final de la década con los hallazgos del mar Caribe. Mientras tanto tendrá que importar a precios mucho más altos.
Sin embargo, si se usa el fracking, podría haber más gas y más barato en 18 o 24 meses. Felipe Bayón explicó que, con este método de fracturamiento hidráulico, la provincia argentina de Neuquén, donde está el yacimiento de Vaca Muerta, produce cuatro veces y medio lo de Colombia (3.500 millones contra 880 millones de pies cúbicos/día).
“El fracking puede estar en la mitad del tiempo y la mitad del precio de otras soluciones. El problema es que le dijimos ‘no’ sin evaluarlo, aunque hoy no está prohibido”, dijo el exministro Tomás González.
“Ha habido seis intentos de hacerlo, pero esa sería una mala decisión porque, si bien puede haber dificultades en algunas zonas, ya no es un riesgo inmanejable”, agregó González. En su criterio, podría haber restricciones puntuales, pero no prohibición total.
Contra el fracking se esgrimen argumentos relacionados con la contaminación de los cuerpos de agua, el manejo de los lodos que deja el proceso, la sismicidad y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sobre este último, Bayón dijo: “Con datos de 6 años de operación, el fracking llega a un nivel equivalente a 8 kilogramos de CO2 por barril y el del barril de Ecopetrol es de 50 kilogramos de CO2. Es mucho mejor ambientalmente hacer fracking que producir en los Llanos o el Magdalena Medio”.
Bayón ve en este recurso tecnológico una oportunidad para darle vuelta a la realidad energética del país, como lo hizo Argentina, que se vio obligada a cortar sus exportaciones de gas en el año 2007 y hoy, casi 20 años después, están construyendo terminales para exportar gas en estado líquido.
En Colombia, recordó González, el camino hacia el fracking se empezó a gestar hace más de 15 años cuando la Agencia Nacional de Hidrocarburos trajo expertos norteamericanos y se armó una regulación ambiental rigurosa. “De hecho, hoy se podría pedir una licencia ambiental, pero nadie se atreve en el estado de cosas actual”, dijo.
No obstante, el ambiente de opinión no parece ser el mismo de hace unos años atrás y la posibilidad de obtener la ‘licencia social’ parece más clara. Incluso, algunas figuras políticas que rechazaban esta alternativa se han declarado dispuestas a revisar sus posiciones ahora que hay mejor información sobre la tecnología y el problema ha empezado a sentirse en el bolsillo.
Mientras llega un cambio, el gas que utilizan tantas industrias y llega a las casas seguirá encareciéndose. En los últimos 10 años, habíamos estado acostumbrados a pagar precios de 5 dólares por millón de BTU, pero ya en 2024 fueron del doble más o menos.
“Este año tenemos precios como tres cuartas partes más altos, y, en cuanto al importado, estamos hablando de 15 dólares en promedio”. Pero hay grandes usuarios pagando más de 21 dólares, explicó el experto. Para González es claro que si se le dice de nuevo no al fracking, “seguro va a haber gas con algunos rezagos, pero más caro y eso no tiene sentido”.
Natalia Gutiérrez, presidenta de Acolgen. Foto:Cortesía
XM dijo que ya estamos en déficit de energía firme. El gobierno que llegue en 2026 no tendrá tiempo para aprender. Debe tener clarísimo qué hacer por- que puede haber dificul- tades al prestar el servicio por falta de energía firme en el verano 2026-2027, según el mismo XM.
NATALIA GUTIÉRREZPresidenta de Acolgen
Mario Pardo, presidente de BBVA. Foto:Cortesía
El país necesita desarrollo económico y social, y lo que más contribuye a ello es la inversión privada, cuyo nivel depende de la competitividad del país. Y el coste de la energía es factor determinante de la competitividad de un país. La energía, por tanto, no solo es la sangre, sino el músculo de la economía.
Mario PardoPresidente de BBVA
Luis Arango, director de Colsubsidio Foto:Cortesía
El sector energético vive un momento decisivo: avanzar hacia fuentes más limpias y sostenibles es impostergable, pero siempre con la responsa- bilidad de garantizar la continuidad y la seguridad del suministro. El reto es lograr una transición con innovación, confiabilidad y equidad.
LUIS C. ARangoDirector de Colsubsidio
Adriana Solano, Consejo Colombiano de Seguridad Foto:Cortesía
Debemos fortalecer la conciencia colectiva sobre el valor estratégico del recurso minero- energético, especialmente en los territorios donde su presencia impulsa el desarrollo. Su cuidado y su gestión responsable son un pilar para asegurar la energía y el progreso en Colombia.
Adriana SolanoConsejo Cololombiano de Seguridad
Javier Rodríguez, vicepresidente de Aecom Foto:CEET
Más que cerrar la brecha social, lo que se necesita es abrir una brecha productiva, tener un país con una economía más grande. Existen mil millones de opciones para generarla. Un plan económico bien desarrollado llevará la electricidad a donde no llega.
Javier Rodríguez
Vicepresidente de Aecom
Carlos Mauricio Vásquez, director de Compensar Foto:Cortesía
Necesitamos pensar en una lucha decidida contra la corrupción porque ahí tenemos un desangre significativo que deberíamos corregir como sociedad, para tener remanentes razonables que nos permitan dar recursos a renglones difíciles como la energía.
Carlos Mauricio Vásquez
Director de Compensar
Erika Zarante, CEO LATAM Airlines Col. Foto:Cortesía
Colombia tiene un rol estratégico en cuanto al combustible sostenible para aviación (SAF). Gracias a la iniciativa liderada por Latam, se está aprovechando la palma para producirlo y no solo satisfacer la demanda interna sino posicionar al país como exportador en la región.
ÉRIKA ZARANTECEO LATAM Airlines Colombia
Mauricio Patiño, Gerente de Construcciones Planificadas Foto:Cortesía
En Colombia, en los próximos 10 años deberíamos construir 4 millones de viviendas para suplir la demanda. Podemos impulsar proyectos que generen su propia energía e inyecten lo que reste a la misma red pública. Hay que aprovechar experiencias de otros países.
Mauricio PatiñoGte. Cons. Planificadas
Gerardo Hernández, presidente de AV Villas Foto:CEET
Para evitar una crisis energética en el país es crucial que haya estabilidad jurídica. Las reglas estables permiten alinear los incentivos con el sector privado para que vuelva a existir la inversión que el sector necesita.
GERARDO HERnÁNDEZPresidente de AV Villas
El grupo de dirigentes empresariales que están participando en las sesiones de cada mes está conformado por: Erika Zarante, CEO Latam Airlines Colombia; Carlos Mauricio Vásquez, director general de Compensar; Luis Carlos Arango, director general de Colsubsidio; Adriana Solano, presidenta del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS); Gerardo Hernández, presidente del banco AV Villas; Mario Pardo, presidente ejecutivo del banco BBVA en Colombia; Mauricio Patiño, gerente general de Construcciones Planificadas; Javier Rodríguez, vicepresidente de Aecom; Natalia Gutiérrez, presidenta de Acolgen; Ana Milena López, presidenta de Corficolombiana; Juan Rafael Pérez, CEO de BTG Pactual, y María Lorena Gutiérrez, presidenta del Grupo Aval.