Cartagena marchó indignada y rechazó el crimen de la pequeña Grettel Sofía Maestre, de 9 años, por una bala perdida
– Tinta clara
octubre 20, 2025
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La fiesta de la vida se detuvo en seco. Esa noche del domingo 12 de octubre, en la terraza de la casa de la abuela en el barrio
La fiesta de la vida se detuvo en seco. Esa noche del domingo 12 de octubre, en la terraza de la casa de la abuela en el barrio Villa Fanny, no había desorden ni ruido; solo el emoción alegre de una niña de 9 años, Grettel Sofía Maestre Berrío, quien se preparaba para ser coronada como la reina infantil de su comunidad en las Fiestas de la Independencia.
Ella estaba jugando con su celular, ajenos a que el destino, violento y ciego, se cernía sobre el barrio.
A las 9:30 de la noche, Un rugido sordo e invisible irrumpió en la conversación familiar. Grettel Sofía se desplomó.
Lo que siguió fue el pánico mudo de una familia que, en medio de la confusión, inicialmente creyó haber sido golpeada por una piedra.
No fue hasta que una tía notó que la niña convulsionaba y la abundante sangre manaba de una profunda herida en su cabeza que se impuso la certeza, brutal e innegable: era una bala perdida.
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Luchó por su vida
Llamado a preservar los derechos de la niñez. Foto:Mauricio Moreno / EL TIEMPO
A partir de ese momento comenzó una batalla desesperada. La pequeña fue subida a una motocicleta y trasladada de urgencia a la Clínica de Gestión Sanitaria de San Fernando.
Una vez estabilizada e intubada, fue enviada a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la Casa del Niño (Hospital Infantil Napoleón Franco Pareja), último reducto de esperanza.
Los médicos lo tuvieron claro desde el primer diagnóstico: la herida de proyectil en la región occipital había causado daños irreversibles. El pronóstico era reservado, pero la dura realidad ya había dictado sentencia.
Durante varios días Cartagena contuvo la respiración, siguiendo el fino hilo de la vida de Grettel Sofía.
El anuncio oficial sobre la muerte de la pequeña se produjo la tarde del viernes 17 de octubre: La niña había sufrido muerte cerebral. Sus sueños, sus risas y su ilusión de reinar se apagaron en el silencio de una cama de UCI, Víctima inocente de una violencia que se desencadena sin rostro y sin razón.
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El clamor de la gente en el calle para que se haga justicia
La Alcaldía de Cartagena, consciente del revuelo generado por la tragedia, ha mantenido una recompensa de 40 millones de pesos. para información veraz y concluyente que permita la identificación y captura del responsable.
La cifra es un reconocimiento tácito de que el tirador sigue libre y que Este crimen, perpetrado al azar, es resultado de un problema estructural de seguridad en la ciudad.
Sin embargo, para los vecinos de Villa Fanny, el dinero y las promesas judiciales no son suficientes para calmar el dolor o recuperar la confianza perdida.
Por eso, la respuesta al luto llegó en las calles este fin de semana, con la voz unida de la comunidad.
En un gesto de duelo y demanda colectivo, familiares y vecinos pidieron una caminata por la justicia para la tarde del sábado 18 de octubre. La convocatoria, difundida a través de emotivos carteles, reunió a los ciudadanos para vestir de blanco, portando globos y pancartas, y marchando desde la tienda Ara en el barrio La Sierrita.
“Unidos como comunidad, demostremos que no olvidamos”, fue el mensaje central de la convocatoria.
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La marcha no sólo fue el último adiós para la pequeña reina que nunca fue coronada; Fue un juicio comunitario de violencia excesiva. El Procesión silenciosa de globos blancos elevándose hacia el cielo de Cartagena se convirtió en un grito de exigencia a las autoridades: La vida en los barrios populares no puede ser una ruleta rusa donde un simple paseo por la terraza se convierte en una sentencia de muerte.
La investigación judicial continúa su curso, buscando el arma y el dedo que apretó el gatillo. Pero el legado de Grettel Sofía Maestre Berrío ya está escrito en la memoria de la ciudad: una tragedia que obliga a Cartagena a preguntarse si la vida de sus niños vale menos que una bala perdida en la oscuridad.