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Orange tiene un plan silencioso para reinar en Telecos españoles: Get con todos los Masorange

  • mayo 12, 2025
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Orange ha comenzado a establecer contacto con bancos de inversión internacionales, según Expansión. El objetivo de esta iniciativa es preparar una oferta para adquirir el 50% de Masorange

Orange tiene un plan silencioso para reinar en Telecos españoles: Get con todos los Masorange

Orange ha comenzado a establecer contacto con bancos de inversión internacionales, según Expansión. El objetivo de esta iniciativa es preparar una oferta para adquirir el 50% de Masorange que actualmente no controla. Para facilitar esta operación, la compañía ha reservado una cantidad significativa de 4,400 millones de euros, extraída de los beneficios del megadividendo generados durante la fusión, específicamente para llevar a cabo este movimiento estratégico.

Los fondos que se perfilan como los principales proveedores en esta transacción son Providence (14.8%), KKR (13.4%) y Cinven (12.1%), en alianza con los accionistas minoritarios españoles que también poseen participaciones en Masorange.

¿Por qué es importante? Este movimiento tiene el potencial de marcar un punto decisivo en el competitivo mercado de telecomunicaciones en España, donde Orange busca no solo ser un competidor más, sino convertirse en un gigante dominante. Este desarrollo continúa el proceso iniciado con la fusión de Masmóvil y Orange España, un proceso que culminó en la creación de Masorange.

Si esta operación se materializa, podría tener un impacto considerable en la competencia, los precios y la calidad de los servicios que se ofrecen a millones de usuarios en el país.

Entre líneas. La situación actual es clara. A pesar de que el acuerdo de los accionistas, conocido como PACT, establece que las obras para un posible OPV no pueden iniciar formalmente hasta septiembre de 2025, Orange ya está tomando medidas proactivas.

  • Esta anticipación subraya la importancia estratégica que la compañía francesa otorga al mercado español.
  • Además, demuestra su determinación por evitar complicaciones o la competencia de cualquier interesado en la participación disponible.

La CEO de Orange, Christel Heydemann, ya insinuó durante la última presentación de resultados que «el OPV no era la única opción». También indicó que tenían los 4,400 millones reservados para «mantener todas las opciones abiertas».

Esto se presenta como una señal contundente de su disposición a explorar alternativas más allá del OPV en la búsqueda de su objetivo de adquirir el control total.

En perspectiva. Este movimiento no solo representa una estrategia de expansión para Orange, sino que también marca el final de un episodio de consolidación en el panorama europeo de telecomunicaciones, donde tres grandes grupos—Deutsche Telekom, Telefónica y Orange—están formando un oligopolio europeo más estructurado.

España, que ha sido reconocida como uno de los mercados de telecomunicaciones más competitivos de Europa y con precios relativamente accesibles, podría estar al borde de un aumento en sus tarifas debido a la potencial disminución de la competencia. Mientras tanto, Movistar enfrenta competencia de Vodafone España y Digi.

Para Orange, hacer de España su segundo mercado más importante, después de Francia, tiene un valor estratégico inmenso:

  1. Le permite diversificar sus riesgos en relación a la presión regulatoria que enfrenta en su mercado interno.
  2. Y le proporciona más fortaleza financiera en el contexto europeo, lo que es vital para su sostenibilidad y expansión.

Y ahora qué. Aunque el cierre de la operación formal no podrá realizarse hasta marzo de 2026, cuando expire el período de dos años que prohíbe la venta de acciones según el pacto de fusión, todo indica que Orange y los fondos preferirán una venta directa en lugar de optar por un OPV.

Un OPV podría complicar la situación para ambas partes:

  1. Orange tendría que enfrentarse a las obligaciones adicionales de operar una subsidiaria en el mercado bursátil.
  2. Y los fondos estarían obligados a vender sus participaciones de manera progresiva, lo que podría afectar la estabilidad del mercado.

La pregunta crucial ya no es si Orange completará esta absorción, sino cómo se verá el mercado español una vez que logre el control total de Masorange. Además, surge la interrogante de si los reguladores van a intervenir en esta creciente concentración de poder en un sector tan crucial como el de las telecomunicaciones.

El cambio de liderazgo en Bruselas, desde Vestager hasta Ribera, podría allanar el camino y eliminar obstáculos para la consolidación europea que se dibuja en el horizonte.

La clave en este momento no radica solo en si Orange completará la operación, sino en cómo afectará al mercado español y, en última instancia, si los reguladores intervendrán en esta significativa concentración de poder en un sector como el de Telecos.

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