Así, la informalidad hunde las futuras jubilaciones en Colombia y América Latina
– Tinta clara
noviembre 21, 2025
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La informalidad laboral se ha convertido en una gran amenaza para los sistemas de ahorro individual en América Latina. Con más de la mitad de la fuerza laboral
La informalidad laboral se ha convertido en una gran amenaza para los sistemas de ahorro individual en América Latina. Con más de la mitad de la fuerza laboral fuera del sector formal (51,7 por ciento según la Organización Internacional del Trabajo (OIT)), la región enfrenta un círculo vicioso: trabajadores que no contribuyen continuamente, densidades de contribución muy bajas (la cantidad de tiempo que una persona contribuye al sistema de seguridad social durante su vida laboral) y, como resultado, fondos de pensiones autofinanciados insuficientes (ahorros individuales obligatorios).
Colombia, con 56,1 por ciento de la fuerza laboral informal, está en el centro del problema y es uno de los países donde los efectos de esta realidad son más evidentes.según revela el último informe de la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP).
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«La baja densidad de cotizaciones resultante de la informalidad impide la acumulación de los recursos necesarios para garantizar pensiones autofinanciadas suficientes», advierte el estudio. El diagnóstico es definitivo: El trabajador latinoamericano promedio aporta menos de la mitad del tiempo de trabajo de un trabajador europeo, lo que reduce significativamente su capital acumulado para financiar una pensión adecuada.
Por lo tanto, atacar la informalidad es una de las principales respuestas para evitar que el problema se agrave en el futuro. No es lo único, también hay que trabajar para que las personas aporten pensiones desde temprana edad, ajustar los parámetros del sistema de pensiones a criterios técnicos y ampliar la cobertura no contributiva.
Si bien el promedio regional es alto, las diferencias entre países son profundas. Chile y Uruguay muestran los niveles más bajos de informalidad (27,5 y 28,5 por ciento, respectivamente), mientras que Bolivia y Perú tienen los más altos (84,5 y 72,1 por ciento). Colombia, México (55,5 por ciento) y República Dominicana (54,7 por ciento) aparecen en el punto medio, pero en un nivel igualmente crítico.
Informalidad en Colombia, México (55,5%) y República Dominicana (54,7%), en nivel crítico. foto:archivo privado
En su análisis, Fiap destaca que el problema no se limita a la falta de aportes. La informalidad también implica «la ausencia de protección social, menores derechos laborales y acceso limitado a servicios básicos como salud, educación y formación». Además, en la mayoría de los países los programas no contributivos no logran llenar estos vacíos.
En Colombia y Uruguay, por ejemplo, alrededor del 70 por ciento de los trabajadores informales reciben algún tipo de apoyo no contributivo, pero en otros países como Costa Rica (7,5 por ciento) y Honduras (6,9 por ciento) la cobertura es mínima. Esto amplía la brecha de protección y deja a millones de trabajadores en una edad vulnerable.
Escenarios
El informe simula diferentes escenarios para estimar cuánto mejorarían las pensiones autofinanciadas si América Latina lograra acercarse a los parámetros de los países desarrollados.
El primer escenario eleva la densidad de cotización al nivel promedio de la Unión Europea: 92,3 por ciento del tiempo de trabajo. Según el análisis, esto provocaría tasas de reemplazo en todos los países analizados, pero especialmente en Colombia.
«Aumentar el tiempo de cotización al promedio europeo aumentaría las tasas de reemplazo en 24 puntos porcentuales en Colombia para los hombres y 18 puntos porcentuales para las mujeres»destaca el documento. Ese es el mayor aumento entre Chile, México, Perú y Uruguay.
En el segundo escenario, además del aumento de los años de cotización, la tasa de cotización se incrementaría al nivel de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) (18,2 por ciento), y la edad de jubilación se unificaría en 65 años. Y ahí es donde Colombia vuelve a entrar con mejoras radicales: 60 puntos porcentuales para los hombres y 64 puntos porcentuales para las mujeres. Estos ajustes reducirían significativamente la brecha respecto a las pensiones europeas.
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El análisis es claro: En Colombia no sólo se cotizan por poco tiempo, sino que se paga poco dinero y se cotizan por muy pocos años, lo que explica la baja capacidad de autofinanciar pensiones por encima del salario mínimo.
Una advertencia a los jóvenes
Para la Fiap, el rezago de los jóvenes en el mercado laboral es la principal señal de alerta. La organización señala que la informalidad de los jóvenes alcanza el 60 por ciento, y que los trabajadores entre 20 y 30 años necesitan más tiempo para empezar a cotizar. Esto, advierte el informe, tiene un impacto desproporcionado debido al papel de la rentabilidad compuesta. «Retrasar el inicio del pago de las cotizaciones tiene un importante impacto negativo en el importe final de las pensiones», señala.
La evidencia lo respalda: no cotizar durante los primeros diez años de vida laboral reduce la tasa de reemplazo entre 5 y 16 puntos porcentuales para los hombres y entre 5 y 13 puntos porcentuales para las mujeres, según el país. En Colombia la caída es una de las más graves: hasta 15,6 puntos porcentuales para los hombres.
Aplazar el inicio del pago de las cotizaciones tiene un efecto negativo en el importe de las pensiones. foto:Guillermo Herrera. Archivo de tiempo
Pero incluso cuando las brechas en las pensiones son las mismas, importa cuándo ocurren. Si aporta cero en los primeros diez años, el impacto es mayor que si estas brechas se distribuyen a lo largo de su vida laboral. Allí, Colombia reaparece entre los países más afectados, según el documento.
La no cotización durante los primeros diez años de vida laboral reduce la tasa de reemplazo entre 5 y 16 puntos porcentuales para los hombres y entre 5 y 13 puntos porcentuales para las mujeres, según el país. En Colombia la caída es una de las más graves: hasta 15,6 puntos porcentuales para los hombres.
Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones Gremio
La FIAP insiste en que las diferencias entre América Latina y la OCDE en tipos de cambio no se explican únicamente por la informalidad. También tienen peso los parámetros estructurales rezagados en la región: “parámetros como la tasa de contribución y la edad de jubilación tienen un impacto significativo en el nivel de las pensiones.
Hoy, la contribución obligatoria en Colombia es del 16 por ciento, por debajo del promedio de la OCDE, y la edad de jubilación (57 años para las mujeres y 62 para los hombres) también está por debajo del estándar internacional. Ajustar estos parámetros de forma técnica y gradual, según la FIAP, sería fundamental para mejorar las pensiones autofinanciadas.
Salidas para Colombia y la región.
El informe insiste en que la solución no pasa por ninguna medida aislada. La región necesita avanzar en cuatro frentes clave:
1. Reducir la informalidad del trabajo.
La Fiap afirma que «la reducción de la informalidad debe constituirse como un objetivo central de las políticas públicas». Para Colombia, esto significa simplificar los costos laborales, fortalecer la inspección y crear mecanismos efectivos para la transición de la informalidad a la formalidad para las micro y pequeñas empresas.
2. Fomente las cotizaciones tempranas.
La organización advierte que el retraso en conectar a los jóvenes representa pérdidas irreparables del ahorro total. La clave serían los programas que fomenten las contribuciones de los primeros empleos, como las contribuciones automáticas, las contribuciones a plataformas o los planes de microahorro para pensiones.
3. Ajustar los parámetros del sistema de pensiones a criterios técnicos.
En su informe, la Federación recomienda instituciones independientes que se adaptan automáticamente cuando cambian las condiciones demográficas. «Es necesario contar con una institucionalidad técnica que aísle estos ajustes de la discusión política», afirma el estudio.
4. Ampliar la cobertura no contributiva para cerrar brechas.
Aunque Colombia ha avanzado con programas como Colombia Mayoor, millones todavía quedan fuera. La entidad propone ampliar el alcance para quienes nunca han podido cotizar.