La Panamericana, donde secuestraron al hijo de Giovanny Ayala, es el instrumento de control de unas disidencias que ‘se sacan las uñas’ en Cauca y Valle
– Tinta clara
noviembre 19, 2025
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Utilizando explosivos, ataques con drones y ráfagas de fusil, integrantes de las estructuras disidentes de las FARC que delinquen en el Cauca y el Valle del Cauca, han
Utilizando explosivos, ataques con drones y ráfagas de fusil, integrantes de las estructuras disidentes de las FARC que delinquen en el Cauca y el Valle del Cauca, han atacado a la Fuerza Pública e intimidado a la población civil en las últimas semanas.
Así se ha reflejado en los recientes ataques a Jambaló, Cajibío y Corinto, en Cauca, y con los ataques con granadas a la Comisaría de Los Mangos, el CAI Charco Azul y la sede de RCN, en Cali.
El ataque al CAI de Charco Azul, en Cali, fue perpetrado por bandas al servicio de la disidencia. Foto:alcaldía de cali
Contrario a lo que se piensa sobre un fortalecimiento de los grupos armados ilegales o simplemente una demostración de fuerza, poder y control, según analistas y autoridades, se trataría de una reacción desesperada ante las acciones militares y policiales que se han encargado de ‘respirarlos’ bastante de cerca.
Estrategias para ‘cuidar los negocios’
Para el analista militar, general de brigada (r) Pablo Federico Przychodny Jaramillo, los recientes ataques violentos en la región obedecerían a una estrategia para poder operar sus economías ilícitas.
“Las estructuras ‘Iván Mordisco’ están tratando de aliviar la presión que unidades militares y policiales están ejerciendo en la parte alta del cañón del Micay y en el cañón del río Naya. Quieren obligar a las tropas a pasar del lado occidental de la Panamericana y pasar al otro lado, para liberar áreas de la Fuerza Pública y poder transitar con más tranquilidad, porque tienen mucha droga acumulada en la región y no la han podido sacar. De esta manera, Jambaló y Cajibío quedan en el margen oriental de la Panamericana, limitando con lo que es la región de Tierradentro en el departamento del Huila y con el Tolima”, explicó el analista militar.
Control de producción de coca en el cañón del Micay, objetivo de disidencias. Foto:Juan Pablo Rueda/EL TIEMPO
La Panamericana, un instrumento de control
Otro punto de consideración que reveló el analista militar respecto de la estrategia que seguirían las disidencias es el control de la carretera Panamericana. Para ello, han realizado diversas acciones violentas, que van desde cilindros abandonados cargados de explosivos hasta retenes ilegales, como el que derivó en el secuestro de Miguel Ayala, hijo del cantautor de música popular colombiana Giovanny Ayala.
“La Panamericana no sólo está tomada por estructuras armadas, sino también por grupos criminales locales, incluso por organizaciones sociales que la bloquean y, en consecuencia, imposibilitan el tránsito hacia Popayán. En particular no me atrevo a ir a Popayán a ninguna hora del día, considero que es una ruta altamente insegura para viajar. El camino está lleno de intereses, y más cuando entramos en un período preelectoral”, consideró el analista.
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Además, asegura que esta dinámica de violencia en la Panamericana «retrasa el trabajo de la Fuerza Pública; los distrae, los mantiene pegados a la vía, mientras descuidan las partes altas, por donde ellos (los disidentes) pueden moverse».
Para Przychodny Jaramillo, una de las grandes dificultades a la hora de combatir este tipo de estructuras criminales es su método de combate, en el que no se alojan en campamentos, como antaño, sino entre la población civil, lo que dificulta estrategias como los bombardeos.
En el Valle del Cauca se ha reforzado la presencia del Ejército y Policía. Foto:Juan Pablo Rueda/EL TIEMPO
«Es poco probable que se realice un bombardeo cerca de centros poblados. Lo saben y son conscientes de los riesgos que se pueden presentar, por eso están tranquilos. Además, el apoyo con los Tucanos, el avión fantasma y con el helicóptero a sus pies se vuelve complejo, dada la presencia de una gran población civil no combatiente en la zona», añadió.
Jamundí, en riesgo por estrategia disidente
La reciente ola de violencia por parte de estructuras disidentes de las FARC, llevada a cabo en Cali y el norte del Cauca, representa una advertencia sobre el riesgo que corre Jamundí y su zona rural, que, según el especialista en temas de seguridad y líder social, Stuart León, dejaría graves consecuencias para el municipio del sur del Valle del Cauca.
Ubicación estratégica
Para el analista, las disidencias ya han consolidado corredores en la zona rural de Jamundí, como los corregimientos de Villa Colombia, San Antonio y Timba, que conectan con rutas hacia el Naya y el Pacífico.
“Estos corredores facilitan la movilidad, la logística, el tráfico de insumos y la salida de productos ilícitos. Cuando un grupo intensifica ataques en un frente, tiene la capacidad técnica y logística para replicar o desviar operaciones a zonas cercanas, Jamundí tiene razón en esa geografía”, explicó León.
Disidentes del frente ‘Dagoberto Ramos’ buscarían abrir el camino para sacar la droga del país. Foto:Joaquín Sarmiento. AFP
Desde su punto de vista, esta situación generaría un fortalecimiento de las economías ilegales: «Entre la extorsión, la minería ilegal y el control comunitario, los grupos armados tienen recursos para sostener más ofensivas. Y cada vez que una estructura está mejor financiada, se expande con más violencia».
Otro factor que considera clave en su análisis es el cambio en los métodos de ataque, como el uso de drones, ráfagas de fusil y bombas cilíndricas, lo que demuestra capacidad técnica y mayor sofisticación.
“Esto es lo que estamos viviendo en el territorio nacional, lo que probablemente se siga replicando en sectores rurales de Jamundí donde ya han hecho presencia”, agregó el dirigente social.
Considera que, ante esta situación de violencia, la más perjudicada es la población civil, que está expuesta al pago de vacunas, secuestros, intimidaciones y presiones constantes por parte de grupos armados.
“Si aumenta la tensión en la zona alta, automáticamente el riesgo se traslada a la cabecera municipal, ya lo hemos visto con ataques con motobombas y artefactos explosivos”, comentó León.
Para enfrentar esta situación se considera que se deben realizar operaciones conjuntas sostenidas (no solo ataques puntuales), trabajos de inteligencia enfocados en corredores y economías ilícitas, protección real a los líderes comunitarios, que el Estado realice acciones sociales más allá de lo militar y avanzar en la construcción del batallón Alta Montaña.
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«Jamundí es un municipio clave en la disputa del Valle del Cauca. Y cuando los grupos armados aumentan los ataques en otros puntos, lo que sucede allí nunca es aislado. Siempre termina repercutiendo aquí. Por eso el riesgo es real, es inmediato y debe abordarse antes de que escale», concluyó.
El Valle del Cauca está blindado contra el terrorismo
Para que las acciones terroristas y militares no sigan siendo el pan de cada día en el Valle del Cauca, la gobernadora Dilian Francisca Toro presentó oficialmente el Comité para la Prevención y Anticipación del Terrorismo, Copat, que se creará mediante decreto en el departamento.
“Es un comité donde solo estaremos presentes los jefes de la Fuerza Pública, inteligencia, Fiscalía y nosotros los gobernantes, porque la idea es que podamos anticiparnos, prevenir y también mitigar los actos terroristas que ocurren en el departamento del Valle del Cauca, especialmente en Cali y Jamundí”, aseguró el líder del pueblo vallecaucano. Dinámica del copat
El Copat se reunirá cada 15 días y definirá medidas como el control de drones en el espacio aéreo.
«No cualquiera puede volar un dron, lo puede hacer siempre que cumpla con ciertos requisitos. Si vuelas un dron sin esos requisitos tendrás una sanción, una multa, pero también estarás expuesto a que te derriben», explicó.
Cabe tener en cuenta que dicho comité será el encargado de establecer el fortalecimiento de las capacidades de la Fuerza Pública en puntos estratégicos, así como los accesos al departamento.
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“Uno de los pasos estratégicos es el que va del municipio de Miranda a Florida; o los que van de Timba a Robles, de Cali a Jamundí, los de Jamundí a Cali, de Candelaria a Cali o a Palmira, porque Palmira también tiene prioridad dentro de los municipios que pueden tener atentados terroristas”, agregó el presidente.
JOSÉ ANTONIO MINOTA HURTADO
EDITORIAL EL TIEMPO CASA
COLOMBIA
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