La presencia de cambuches improvisados por migrantes, ubicados frente a una institución educativa al sur de Pasto, ha generado malestar y preocupación entre los habitantes del barrio La Minga y sus alrededores. La situación se prolonga desde hace varias semanas, y ha sido calificada por los vecinos como un foco de contaminación visual y un mal ejemplo para los alumnos que asisten diariamente a clases.
Marta Yampuezán, madre de familia, afirmó que los cambuches han alterado la imagen del entorno y afectado la tranquilidad de la zona. «No se trata de discriminar a nadie, pero esto no puede volverse normal. La comunidad educativa está preocupada y no entiende cómo las autoridades permiten que esto continúe», afirmó.
Los cambuches, construidos con plásticos, palos y otros materiales reciclados, se han ubicado en las inmediaciones del colegio, afectando la entrada y salida de los alumnos. Además, los padres temen por la seguridad de sus hijos y el impacto visual negativo que genera esta situación en los menores.
«No es el entorno que queremos para nuestros hijos. Lo ven todos los días y se preguntan por qué nadie hace nada», dijo una madre que pidió no ser identificada.
La comunidad ha presentado solicitudes a las autoridades locales para realizar un desalojo ordenado y encontrar alternativas dignas para las personas que actualmente ocupan el espacio público. Aunque entienden la difícil situación de muchos migrantes, subrayan que la solución no puede ser permitir ocupaciones irregulares frente a los centros educativos.
Además de la contaminación visual, los vecinos dicen que también se presentan problemas de salud por la acumulación de basura y la falta de baños en la zona. Temen que si no actúan pronto la situación se deteriorará aún más.
Los habitantes del barrio La Mingare hacen un llamado urgente a la Alcaldía de Pasto, a la Secretaría de Gobierno y Migración de Colombia para intervenir de manera coordinada y respetuosa. Solicitan que se tomen decisiones que respeten los derechos humanos, pero también garanticen el orden, la seguridad y el bienestar de la comunidad estudiantil.
El problema sigue latente, mientras los vecinos esperan respuestas claras y acciones concretas.
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