La idea era buena. Y en papel Fue una fábula. montar un restaurante una isla artificial en pleno puerto de Alicante, referente de la hostelería valenciana donde se podía comer paella o tomar algo con vistas al Mediterráneo (directamente sobre él, mejor dicho), rodeado de veleros. Para que los clientes pudieran llegar a la isla, incluso se pensó en construir un barco-taxi.
La idea sonó tan bien, de hecho, que el Puerto de Alicante decidió hacer una fuerte inversión en ella, dedicándole millones de euros. Ahora en lugar de una isla idílica para tomar mojitos y cafés en medio de la boca lo que tiene es un gran desastre.
¿Una isla artificial? Así es. Para entenderlo hay que remontarse unos años atrás, a principios de 2022cuando la Autoridad Portuaria de Alicante adjudicó a Vías y Construcciones (filial del Grupo ACS) uno de sus proyectos más ambiciosos, al menos en lo que a la interrelación entre los muelles y la ciudad se refiere.
Lo que el Puerto encargó a la empresa fue la construcción de una gran plataforma en la desembocadura de su muelle interior, una especie de isla artificial de 669 m2 (34,8x20m) que sería apoyado con la ayuda de tres grandes pilotes de hormigón de 14 m anclado al fondo del mar. El concurso se lanzó con un presupuesto de 2,7 millones (impuestos aparte) y despertó el interés de varias empresas. La firma del Grupo AC acabó imponiéndose al resto con un proyecto de 2,1 millones.
¿Y para qué lo querían? La plataforma era sólo un medio, no un fin en sí misma. Su objetivo era apoyar un futuro restaurante ubicado en un enclave privilegiado, un lugar que ofreciera comida y bebida no con vistas al mar (muchos bares en Alicante ya las tienen) sino directamente sobre el mar.
Si la isla medía 669 m2, la idea era que el edificio dedicado a usos de hostelería ocupara 393 m2 en planta baja y se elevara en dos niveles (planta baja y primer piso). Los 260 m2 restantes se dedicarían al acceso público, con un paseo de tres metros de ancho. Para que la gente pudiera llegar a ese enclave privilegiado, también se planificó un barco-taxi. La idea volvía a ser ambiciosa: un barco sostenible, construido expresamente y gestionado directamente por el restaurante.
¿Se quedó en teoría? No. El Puerto de Alicante dio pasos importantes para hacer realidad el proyecto. La principal fue la adjudicación de las obras de la plataforma insular, que acabó erigida, como se puede verificar hoy en los muelles. El problema es que lo que en teoría debería haber sido un trabajo sencillo acabó complicándose para mal, como recientemente reconocido el propio Puerto.
En 2023 uno de los pilares de soporte se hundió parcialmente, lo que obligó a realizar trabajos de refuerzo en el fondo marino. A partir de ahí el proyecto entró en un bucle que ahora amenaza con condenarlo. De hecho, el Port insiste en que «nunca ha recibido» la obra, por lo que no la ha considerado buena.
«Una vez finalizada la obra, la empresa contratista se negó a realizar una prueba de carga que permitiera evaluar su estabilidad, tal como estaba previsto en el contrato, y como trámite imprescindible para que el puerto firme la aceptación de la obra», recordar del organismo. Es más, afirma tener un informe de CEDEX (entidad vinculada al Ministerio de Transporte) que «desaconseja firmemente» la realización de las pruebas por «el alto riesgo de colapso de la estructura».
¿Y ahora qué? Después de años de crisis de las plataformas abiertas y tras el último informe del CEDEX, el Port ha decidido tomar una decisión radical. Su última Junta Directiva ha dado luz verde para activar los procedimientos para «resolver» el contrato de construcción de la isla. Es decir, el organismo quiere romper el acuerdoalgo que ha sido comunicado a los responsables de Carreteras y Construcción.
Ahora la empresa tiene diez días para presentar alegaciones. Una vez pasado ese plazo, «y tras años de incidencias técnicas y negativas», la propuesta volverá al Consejo de Administración, algo que probablemente ocurrirá antes de 2026.
«En los últimos años el Puerto ha encargado auditorías e informes periciales que confirman el deterioro irreversible de la estructura y la imposibilidad de cumplir con las normas de seguridad para ubicar el restaurante propuesto en el proyecto original.» la organización argumentaque en sus cuentas de 2024 ya contemplaba «pérdidas por deterioro» de 2,7 millones de euros, que ha invertido en la plataforma.
¿Hay algo más? Sí. El Port no sólo propone rescindir el contrato. También quiere «restaurar» el fondo marino original para «recuperar las condiciones de navegabilidad» que existían antes de las obras de la plataforma. Si finalmente el contrato acaba rompiéndose, no es descabellado pensar que el conflicto llegue a los tribunales, pero la Autoridad Portuaria asegura que ya ha tocado todos los palos posibles, por lo que ve «agotadas todas las vías para remediar la situación».
¿Hay más afectados? El Puerto de Alicante no sólo adjudicó las obras de la plataforma. En abril de 2022 se lanzó otro concurso que completó el proyecto con su segunda pieza fundamental: el edificio que se levantaría sobre la isla artificial para actuar como restaurante. La seleccionada para su construcción y gestión fue una alianza empresarial entre Alicante Gastronómica SL y Restaura Gestión Forty SL, que a partir de ese momento se convirtieron en coprotagonistas del proyecto.
De hecho, no sólo se encargarían del edificio, un bloque elíptico acristalado con un gran patio interior ajardinado, un restaurante con vistas a Alicante y una terraza para tomar cócteles. Otra de sus funciones sería asumir el «mantenimiento y gobernanza» del barco taxi que conectaría la isla, un barco cuya inversión, preciso Plaza Alicantese hizo cargo del Puerto y se puso en marcha por 460.000 euros (impuestos incluidos). En enero la organización comencé a probarlo. Ahora todo indica que habrá que darle un uso diferente al que fue diseñado.
Imágenes | Puerto de Alicante 1 y 2
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