Durante una reciente reunión con representantes de los fanáticos, Eduardo Méndez, quien es el presidente de Independiente Santa Fe, explicó de manera detallada por qué el club no impone sanciones a los jugadores que presentan un bajo rendimiento en el campo de juego.

Según lo mencionado por Méndez, actualmente no existen mecanismos legales que permitan penalizar a un futbolista que se muestra desinteresado, que no dispara a portería o que no logra marcar los objetivos establecidos. Esto ha generado un debate entre los fanáticos y la administración del club, que se encuentra en una situación delicada.

«Es complicado medir el esfuerzo de los jugadores utilizando criterios legales. No podemos sancionar a un jugador que no cumple con las expectativas de rendimiento, porque eso podría derivar en problemas legales», afirmó Méndez. Además, subrayó que el club se encuentra al día con el pago de la nómina y espera un compromiso absoluto por parte de los jugadores, algo que es vital para el éxito del equipo.

También reveló que convocó a cuatro referentes del grupo para que se estableciera un diálogo constructivo acerca de la situación actual del equipo. En esa conversación se abordaron diversas problemáticas relacionadas con la actitud, el esfuerzo y la responsabilidad de cada jugador. Aunque Méndez solicitó un aumento en el compromiso de todos, dejó claro que imponer sanciones por el bajo rendimiento sería considerado ilegal y, por lo tanto, no es una medida viable.

La reacción de los fanáticos presentes en la reunión fue de desacuerdo. Varios expresaron que ciertos jugadores no demuestran el respeto adecuado hacia la camiseta y la rica historia del club. «No puedes recompensar la pereza. Queremos fútbol, ​​no excusas», comentó uno de los asistentes, reflejando así el sentimiento generalizado en la audiencia.

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Méndez insistió en que el club está atravesando un momento crítico. Aceptó que el equipo no está rindiendo en la cancha como se esperaba y que la presión sobre los jugadores y el cuerpo técnico es extremadamente alta. Sin embargo, reiteró su confianza en las capacidades de la plantilla y se comprometió a trabajar arduamente para lograr una mejora en el rendimiento colectivo e individual.

El diálogo con los referentes del equipo no garantiza resultados inmediatos, pero deja claro un mensaje fundamental: el club necesita una actitud renovada y un enfoque profesional por parte de todos los jugadores. Santa Fe no puede permitirse cometer más errores y la afición está demandando un esfuerzo visible y constante. La directiva ha dejado en claro a todos los jugadores que portar la camiseta de Independiente Santa Fe no es simplemente un honor, sino una responsabilidad que conlleva expectativas elevadas y un compromiso constante.