La isla de la prisión que albergaba criminales legendarios, como Al Capone, podría reactivarse bajo la administración de Donald Trump, generando controversia y miedo.
Escritura internacional | 6 de mayo de 2025 – 10:40 am
San Francisco, California
La reciente propuesta de Donald Trump para reabrir la prisión histórica de Alcatraz ha sacudido tanto la opinión pública como las autoridades estatales y locales. El emblemático penal, situado en la helada bahía de San Francisco, es reconocido no solo por sus rigurosas condiciones de encarcelamiento, sino también por haber sido el hogar de criminales infames como Al Capone y George ‘Machine Gun’ Kelly.
Aunque Alcatraz cerró oficialmente sus puertas en 1963, tras varios intentos de escape frustrados y serios problemas dentro de sus muros, el anuncio de Trump sobre su posible reapertura para albergar a lo que él denomina «delincuentes más violentos» ha generado un intenso debate en la sociedad. Figuras destacadas como Nancy Pelosi, actual Presidenta de la Cámara de Representantes, han calificado la propuesta como «inconcebible». Sin embargo, muchos otros sienten que este anuncio revive viejos y siniestros recuerdos, recordando los tristes destinos de los 1.545 prisioneros que perdieron la vida y las dramáticas fugas que han contribuido a la leyenda del lugar.
La oscura historia de ‘La Roca’
La prisión, que también es conocida como ‘La Roca’, se hizo famosa por su aislamiento casi impenetrable, lo que hacía extremadamente difícil cualquier intento de fuga. De hecho, solo tres reclusos, John y Clarence Anglin y Frank Morris, lograron eludir su rigurosa seguridad en 1962, un evento que ha quedado marcado en la historia como un misterio sin resolver y que ha añadido un aura de intriga al penal.
El penitenciario no solo albergaba a las figuras criminales más notorias, sino también a personas condenadas por delitos menores, lo que subraya la severidad y variada naturaleza del sistema penal que allí operaba. Durante su tiempo activo, Alcatraz fue el escenario de infinidad de tragedias, incluyendo asesinatos entre internos, suicidios y actos de desesperación, los cuales han contribuido a su análogo legado oscuro.
¿Una isla de castigo?
El presidente Trump ha confirmado su intención de reabrir Alcatraz, aunque no ha especificado plazos concretos. Sugirió que la instalación se ampliaría para acoger a criminales más peligrosos, lo que ha encontrado una resistencia considerable. Muchos se cuestionan no solo la viabilidad de esta idea, sino también la ética de reabrir una de las prisiones más temidas en la historia de Estados Unidos.
Con Alcatraz habiéndose convertido en un popular destino turístico desde su clausura en 1972, la posibilidad de su regreso como centro de detención podría significar el final de un capítulo único en la historia del encarcelamiento estadounidense. Si la propuesta se concreta, los gritos de los guardias y el sonido de las celdas que se cierran podrían reemplazar la calma que ha reinado en la isla durante décadas, marcando un nuevo, y posiblemente sombrío, capítulo en su saga.
16