El apagón que España padeció el lunes 28 de abril, con una causa que permanece aún desconocida, ha dejado una lección muy clara y contundente: la radio fue, sin duda, el medio más efectivo para informarse antes de que surgiera la crisis. Las estaciones de radio lograron mantenerse operativas gracias a generadores eléctricos, y los ciudadanos españoles, con sus focos y linternas, pudieron tener una idea clara de la situación que estaban enfrentando.
En las horas siguientes al apagón, mucho se habló sobre la red social Tiktok, donde se vio una variedad de transistores curiosos. Desde el Radio-rana hasta el radio-barbía y otros radios que emulan modelos de épocas pasadas… los españoles, fieles a su estilo, hicieron de esta crisis un fenómeno cultural.
La época dorada del transistor. Entre mediados de los años 50 y finales de los años 80, la radio se transformó en un vehículo fundamental para la difusión de noticias, convirtiéndose en el medio de comunicación más inmediato. Durante este tiempo, las grandes empresas comenzaron a centrarse en ofrecer tecnología que pudiera incorporar esta versatilidad a sus productos. La solución era sencilla: convertir sus artículos en radios.
La radio, en este contexto, se erigió como la manera más rápida de recibir noticias y mantener a la población informada. Esto llevó a un fenómeno donde varios productos se integraron con la funcionalidad de la radio, ampliando su alcance y uso.
Un fenómeno cultural. Poseer una radio en el hogar se convirtió en un símbolo de modernidad y parte integral de la cultura pop, un tren al que la gran mayoría de la población, mayoritariamente estadounidense, se unió a partir de los años 60. Las marcas, buscando innovar, comenzaron a integrar radios en relojes, maletines, botellas de refresco, secadores de cabello y hasta en mochilas, convirtiendo la radio en un atractivo más que en una herramienta esencial. La televisión y el auge de Internet a finales del siglo XX contribuyeron a esta transformación.
Las radios más extravagantes. El reciente apagón ha generado una ola de contenido relacionado con los transistores más peculiares. Esta interacción viral demuestra la gran afición en España hacia estos dispositivos, que han demostrado una notable resistencia al paso del tiempo. Videos y memes inundan las redes, resaltando la creatividad en el diseño de radios.
Entre los ejemplos más curiosos se encuentra el champú HS, un pokéball informativo y el radio en forma de pizza que, según cuenta mi compañero Rubén, ha estado guardado en su cajón durante 25 años. Estos dispositivos demuestran ser inmunes a la obsolescencia programada, requiriendo únicamente un par de baterías AA para seguir funcionando.
Un mercado lucrativo. La nostalgia por estos objetos ha hecho que rescatar el champú HS tenga un precio de 75 euros en eBay, mientras que una cabeza de Darth Vader con radio supera los 100 euros, y una mini nevera de Coca-Cola con radio puede conseguirse por alrededor de 30 euros. Estos precios evidencian la demanda y la relevancia que aún tienen estos artículos en nuestra cultura actual.
A más de un siglo de su invención, la cultura de la radio continúa disfrutando de gran vitalidad y demuestra que la tecnología moderna no siempre es infalible. Resulta evidente que hay inventos que, a pesar de estar considerados obsoletos por algunos, siguen siendo fundamentales y no han sido superados por alternativas digitales.
Imagen | eBay
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