Hambre mortal en Gaza: el hambre mata tanto como las bombas –
– Tinta clara
julio 24, 2025
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La Franja de Gaza está pasando por una crisis humanitaria sin precedentes. Desde el comienzo de la ofensiva militar israelí en octubre de 2023, las cifras de las
La Franja de Gaza está pasando por una crisis humanitaria sin precedentes. Desde el comienzo de la ofensiva militar israelí en octubre de 2023, las cifras de las víctimas no solo se cuentan con los bombardeos. Hoy, a mediados de 2025, el hambre se ha convertido en una de las principales causas de muerte. Más de cien personas han muerto por desnutrición severa, la mayoría de ellos niños, en los que diferentes organizaciones internacionales ya califican como una hambruna inducida y sistemática.
Uno de los factores clave es el bloqueo casi total impuesto por Israel desde marzo de este año. La entrada de alimentos, medicamentos, combustible y agua ha sido drásticamente limitada. Las autoridades israelíes controlan no solo lo que puede ingresar a Gaza, sino también cuándo y cómo se distribuye. Como resultado, la mayoría de las panaderías, granjas, pozos y redes de suministro internas se han colapsado.
Las condiciones en los hospitales son impactantes. Los médicos y los trabajadores de la salud cuentan escenas de niños esqueléticos, con ojos hundidos, sin siquiera llorar. Las habitaciones pediátricas se han convertido en unidades de emergencia nutricionales, donde los suplementos, las fórmulas infantiles e incluso el agua potable son escasas. Muchas madres no tienen cómo alimentar a sus bebés; La leche materna es escasa debido a la misma hambre sufrida por los padres.
Además, la distribución de la ayuda humanitaria se ha delegado a las organizaciones que, según las quejas, carecen de experiencia y transparencia. En numerosos casos, los puntos de entrega de alimentos han sido vigilados por el ejército israelí, y varios de ellos se han convertido en escenas de caos y muerte. Se han reportado más de 800 personas fallecidas mientras intentan acceder a las raciones de alimentos. La mayoría fueron víctimas de sellos, tiros o bombardeos cercanos.
Los expertos de la ONU y los grupos de derechos humanos han advertido que el hambre se está utilizando como tácticas de guerra. Las declaraciones de varias agencias están de acuerdo en que la privación deliberada de alimentos y agua, cuando se realiza de manera sostenida y con conocimiento del impacto en la población civil, puede constituir un delito internacional. La situación en Gaza parece cumplir con todos los criterios para tal acusación.
La población civil está completamente atrapada. Alrededor del 90 por ciento de las familias han tenido que recurrir a estrategias extremas para sobrevivir: reducir la cantidad de comidas por día, omitir los cambios de alimentos, consumir descomposición o incluso recurrir a hojas, hierba o papel para engañar al estómago. La mayoría de los hogares apenas alcanzan un tercio de las calorías mínimas necesarias para mantener la vida.
El daño estructural agrava aún más el desastre. Los sistemas eléctricos son prácticamente inútiles; El agua potable es un lujo inalcanzable para la mayoría, y los servicios de salud colapsaron hace meses. Las enfermedades infecciosas se expanden rápidamente entre los niños y los ancianos debilitados por el hambre, mientras que los cadáveres no reclamados se acumulan en morgues improvisados.
En este contexto, las voces internacionales que solicitan un cese inmediato al incendio no solo reclaman la violencia directa, sino también por el levantamiento urgente del bloqueo que evita la masa y la entrada sostenida de ayuda. Sin una intervención inmediata y determinada, Gaza enfrenta una catástrofe mucho más profunda y silenciosa que los misiles: el colapso absoluto de la vida humana debido a la falta de pan y agua.
La hambruna en Gaza ya no es una amenaza futura: es una realidad presente que mata todos los días, con la misma precisión que las bombas. Y su causa no es la escasez natural, sino la decisión política de cerrar el paso hacia lo esencial.