Murió a los 94 – Tinta clara
- julio 11, 2025
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En él Vecindario de San José de San Juan Nepomuceno, Bolívar, Justo en frente del cementerio del casco antiguo, hay una casa que todavía huele a un horno,
En él Vecindario de San José de San Juan Nepomuceno, Bolívar, Justo en frente del cementerio del casco antiguo, hay una casa que todavía huele a un horno,
En él Vecindario de San José de San Juan Nepomuceno, Bolívar, Justo en frente del cementerio del casco antiguo, hay una casa que todavía huele a un horno, una mantequilla derretida ya dulce cocinada en leña. Es la casa donde vivió y horneó. María Narcisa Bustillo, la mujer que dio vida a las galletas ‘María Luisa’, esos dulces polvorientos rojos y blancos que hoy son sinónimo de identidad en el corazón de los Montes de María. Esta semana, La noticia de su muerte a los 94 años estremeció a la gente. No solo una partera era; Se extinguió una llama de que durante más de medio siglo mantuvo la tradición y el espíritu de una comunidad que aprendió a resistir con el sabor.
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Era cualquier tarde cuando todo comenzó. En su pequeña tienda, María Narcisa encontró un dulce de leche olvidado en el refrigerador y una bandeja de galletas del día anterior que no se había vendido. «Ahora verás lo que voy a hacer con ese dulce»Él le dijo a su esposo, Eliécer Hernández, mientras preparaba el experimento que cambiaría sus vidas. Con manos firmes y olor a sintonizado, se unió a dos galletas delgadas con el dulce en el centro, las cubrió con merengue casero y las puso en el horno. El resultado fue tan delicioso como inesperado: una galleta suave, dulce y colorida con textura Eso se deshizo en la boca. Así nació la ‘María Luisa’.
María Narcisa Bustillo, creadora de la María Luisa. Foto:Cortesía
En San Juan, muchos recuerdan que en los años más difíciles del conflicto armado, cuando las montañas de María estaban marcadas por el miedo y el desplazamiento, La tienda de María Narcisa todavía estaba abierta. Con su esposo e hijos, vendió no solo galletas, sino también pan, cocadas y otros.
El ‘María Luisa’ se convirtió en el sustento de la familia Bustillo Hernández y, poco a poco, un símbolo del municipio. La fama del producto trascendió a la gente: Los viajeros los llevaron en bolsas de papel a Sincelejo, Cartagena e incluso Barranquilla. Pero aunque su sabor se hizo popular, el secreto de su preparación permaneció salvado.
María Narcisa nunca reveló cómo la hizo Dulce de Leche.
Nadie me dijo cómo hacerlo, así que no voy a decir
María Narcisa BustilloCreador de la galleta María Luisa
María Narcisa Bustillo, creadora de la María Luisa. Foto:Cortesía
Curiosamente, Ni ella ni sus hijos sabían ciertamente por qué ‘María Luisa’ los bautizaba, si se llamaba María Narcisa. «Nunca entendí de dónde venía el nombre», respondió, restando importancia. Pero el nombre era, al igual que el sabor, en el recuerdo colectivo de la gente. Hasta hace unos años, siguió recibiendo órdenes, aunque ya no las preparó.
El último recordado por su familia fue de 300 galletas a Sincelejo. Para entonces, la venta directa había sido asumida por otras mujeres en el municipio que, inspirada en su receta, comenzaron sus propias microempresas.
Entre ellos está La familia Canoles Arrieta en el vecindario de San Isidro. Han estado preparando las galletas ‘María Luisa’ durante más de 60 años y hoy hornean entre 2,500 y 3.000 unidades. Se llenan de Guava dulce, Dulce de Leche o Arequipe, y se secan al sol, como dicta la tradición. Varios proveedores los distribuyen por las calles e incluso en la carretera principal. Hay hermanas, primos, sobrinas y jóvenes que no exceden los 20 años. Por lo tanto, la receta sigue viva, viajando hacia una quinta generación.
MARIA LUISA COODLAS. Foto:Cortesía
Sentado en su mecedoraMaría Narcisa recordó que ya no horneaba, pero que la tienda aún estaba abierta. A veces, los clientes llegaban buscando ese sabor original que solo ella logró. «Algunos dicen que aquellos que lo hacen de otra manera no saben lo mismo»Dijo con una risa que revelaba orgullo y travesuras.
No era una masa escolar ni emprendedor con la visión del mercado. Era una mujer de la ciudadcreativo por necesidad, terco para el amor, dulce para la convicción. Con una bandeja de galletas en la mano, crió a sus hijos, sostuvo su hogar, resistió el miedo y le enseñó a su gente que hornear también era una forma de sobrevivir.
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Hoy, en San Juan Nepomuceno, no hay un rincón en el que no hablas de eso. En las esquinas, en los patios, en las estufas donde todavía se cocina el Dulce de Leche, su nombre regresa como una oración. «Si vienes a San Juan y no intentas una ‘María Luisa’, no estabas aquí»Los lugareños dicen con razón. Porque más que una galleta, es un legado.
María Narcisa Bustillo se fue, pero su historia está manchada en los dedos de aquellos que todavía son una ‘María Luisa’ por la mitad. SU la receta, su secreto y su fuerza, como una buena leyenda, continuarán repitiéndose de boca a boca … o morder con mordida.